Jacques Cousteau: Pionero de la ciencia aplicada a la conservación del medio ambiente
Hoy, hablar de campañas en defensa del ecosistema marino es moneda corriente, incluso se ha convertido en tópico “de moda” como tendencia política para congregar adhesiones a proyectos y campañas sin mucha sustancia, con meros afanes electorales. Sin embargo, hubo un hombre que, en pleno siglo 20, decidió dedicar su vida y esfuerzo a la difusión de información científica para concientizar a la Humanidad respecto de las maravillas naturales que ocurren en el fondo del mar. Hablamos de Jacques Cousteau, científico y comunicador social de gran influencia en el mundo entero, que realizó una serie de investigaciones, plasmadas en incontables artículos y producciones audiovisuales de alta calidad, que hablaban del mundo submarino con una pasión y conocimiento nunca antes vistos. Este francés universal atravesó la tierra armado de sus cámaras para mostrarnos la belleza, profundidad y riqueza naturales que esconde -o escondía- el mar. Falleció hace 17 años, un 11 de junio. Recordémoslo en esta nota:
Jacques Yves Cousteau fue un explorador, investigador y científico de nacionalidad francesa. Cousteau nació el 11 de junio de 1910 en Saint André de Cubzac, Francia. A temprana edad se interesó por el agua entreteniéndose con juguetes mecánicos y cámaras acuáticas. Realizó sus estudios en Roma, Burdeos, Nueva York y París, y tras este periodo de formación entró a formar parte de la armada francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Cousteau se entrenó como aviador naval y, durante el ejercicio de su profesión, tuvo un accidente muy grave que le apartó de su carrera como piloto de aviones y le predispuso a investigar el mar. Este fue un momento determinante en la vida de Cousteau, pues fue en esta época de su vida que, por primera vez, utilizó una máscara subacúatica y, junto al francés Emile Gagnan, inventó el famoso Aqualung o pulmón acuático. El famoso Aqualung era un dispositivo que permitía respirar bajo el agua libremente sin la necesidad de un tubo de aire en la superficie. Este sistema es utilizado hoy en día por todos los buzos del mundo.
En 1948, Cousteau adquirió el Calypso, un antiguo dragaminas que transformó en su yate y laboratorio. Con esta embarcación y su fiel tripulación navegó por todo el mundo, convirtiéndose en toda una referencia para el resto de los investigadores marinos. El Capitán, como se le conocía a Cousteau, dio inicio de esta forma a su larga carrera científica desarrollando entre otros inventos, por ejemplo, un sistema de propulsión a vela, experimentando con dos sumergibles monoplazas y dirigiendo investigaciones sobre técnicas de buceo en saturación.
En vida, Cousteau se hizo acreedor a prestigiosos premios y galardones internacionales como el Premio a los Investigadores de la prestigiosa publicación National Geographic y el galardón que le otorgó las Naciones Unidas: Premio internacional sobre el Medio Ambiente y la Medalla Presidencia de la Libertad que le entregó esta institución internacional. Cousteau fue nombrado miembro de la prestigiosa Academia Francesa y fue también director del Museo Oceanográfico de Mónaco durante más de tres décadas.
Con el fin de acercar el mundo submarino al espectador, Cousteau diseñó también una cámara destinada especialmente a las grabaciones submarinas, con la que empezó a trabajar en sus viajes al centro de la tierra. Tras la película Pecios (1945), Cousteau rodó Paisajes del silencio (1947), Tarjeta de inmersiones (1950), El mundo del silencio (1955) y El mundo sin sol (1964). Dirigió también el programa experimental de supervivencia en el fondo marino, denominado Precontinente, en el que se utilizó tecnología de punta, como habitáculos submarinos y cámaras de descompresión.
Pionero en la promoción de campañas para la defensa del planeta, en 1991 recibió en España el Premio Cataluña que otorga el Institut d’Estudis Mediterranis (Instituto de Estudios Mediterráneos), dependiente de la Generalitat (Parlamento catalán). Miembro de la Academia de Ciencias de Francia desde 1988, realizó campañas contra la contaminación y se unió a los grupos que protestaron contra las pruebas nucleares de Francia, efectuadas en la región del Pacífico sur.
En 1992, fue invitado a Río de Janeiro en Brasil, a la Conferencia Internacional de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente y el Desarrollo, y desde entonces se convirtió en asesor para las Naciones Unidas y el Banco Mundial.
Jacques-Yves Cousteau murió de un ataque al corazón el 25 de junio de 1997 en París, a los 87 años de edad. A pesar de los persistentes rumores, alentados por algunas publicaciones y sitios web islámicos, Cousteau no se convirtió al Islam, y cuando murió, fue enterrado en un funeral católico cristiano.
Fue enterrado en el panteón familiar en Saint-André-de-Cubzac en Francia, su lugar de nacimiento. Con Cousteau murió uno de los últimos hombres de ciencia con verdadero hambre de saber, saber que él siempre sometió a estrictas y rigurosas pruebas empíricas.
En este vídeo podemos ver parte de su asombroso trabajo:
https://www.youtube.com/watch?v=MwBTKqqrND4
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