Reflexiones Magisteriales: Educación y medios de comunicación, ¿aliados o enemigos?
Las tendencias mundiales indican que la nueva educación debe preocuparse por la formación de individuos preparados para recuperar los valores del humanismo sin perder la conexión con el mundo tecnológico moderno. Una educación para ser mejores personas. Mencionan las inteligencias múltiples, las posibilidades de internet, el arte y la cultura, el respeto y la tolerancia a los demás (razas, orientaciones, creencias, gustos). Y abundan los libros y las conferencias en TED al respecto, los videos motivadores y las sesiones de autoayuda, coaching, capacitaciones y recuerdos de figuras emblemáticas como María Montessori, Johann Pestalozzi, José Antonio Encinas. Después, nuestros alumnos encienden la televisión a las diez de la mañana de un domingo y lo primero que ven son las repeticiones de El Valor de la Verdad. ¿Los medios están ayudando a la escuela? Unas reflexiones al respecto en esta nota…
Es un tema abierto al debate, como muchos otros en el desarrollo de la ciencia educativa, pero que además implica cierta controversia por el papel de un concepto que sale al frente cada vez que se intenta poner sobre la mesa la problemática de los contenidos de ciertos medios masivos de comunicación en señal abierta (televisión), programas radiales o diarios impresos: la libertad de expresión.
“Los medios de comunicación de masas constituyen un aparato de socialización muy importante: influyen en nuestras ideas, hábitos y costumbres. Algunos expertos incluso llegan a afirmar que la cantidad de información comunicada por la prensa, las revistas, las películas, la televisión y la radio, excede en gran medida al volumen de información que llega a través de la enseñanza y los contenidos que se transmiten en la escuela” (Fuente: Educaweb.com). Por ello es necesario que reflexionemos, en el caso peruano, de qué manera se está ejerciendo esta influencia en las poblaciones escolares, que muchas veces pasan más tiempo frente a un televisor (o su versión online en el Smartphone) que frente a una enciclopedia.
¿Cómo hacemos calzar el predicamento moderno de las ciencias pedagógicas que buscan recuperar la orientación casi filosófica del ser humano, ante la predominancia de los adelantos tecnológicos; y el estímulo que se pretende dar, en las aulas, a temas como el respeto, la tolerancia, la formación integral que combine temas académicos con sana diversión, cultura, aprendizajes múltiples y formación para el trabajo; con la avalancha de anti-modelos de comportamiento que abundan, precisamente, en aquellos programas que más rating y publicidad tienen y producen? Incluso aquellos cuyos contenidos son “para adultos” terminan ingresando al sistema de conocimientos de niños y adolescentes pues son repetidos incesantemente a toda hora. Si tomamos el concepto del párrafo anterior, cabe preguntarse: ¿Qué tipos de socializaciones se están promoviendo y cuánto influye esta exposición en los hábitos, ideas y costumbres de las mentes aun en formación de nuestros escolares?
La televisión es un negocio y una herramienta de información y entretenimiento. También podría ser una gran aliada de la educación. Sin embargo –con excepción del canal del Estado y de algunas opciones en la llamada “televisión por cable”, que tiene ya una limitación al requerir ser pagada a diferencia de la señal abierta, que es libre- dedica muy poco (o casi nada) de su programación a balancear ese volumen inmenso de contenidos que están claramente divorciados de toda conexión con la educación, en términos de que puedan ser complemento de alguna parrilla curricular o campaña de orientación de apoyo a las escuelas. Sin llegar a la propuesta radical del filósofo alemán-norteamericano Herbert Marcuse, quien aseguraba que la única solución era “intervenir los medios”, algo debería hacerse para equilibrar la situación.
¿Qué propones, maestro, desde tu visión y experiencia?
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