Ricardo Palma (1833-1919): A cien años de su partida
Ricardo Palma es el nombre de una conocida universidad privada. También de una transitada avenida y parque en el distrito de Miraflores, donde vivió el escritor, fallecido hace 100 años. En ese parque hay, en la actualidad, una escultura en tamaño natural que está sentada en una de sus banquetas, a la espera de que los profesores se sienten a conversar con él para intercambiar opiniones sobre cómo educar a los niños y adolescentes de hoy pero a su alrededor solo ve jóvenes consultando sus celulares y adultos que hablan de fútbol todo el tiempo. Este año, en que se cumple el centenario de su fallecimiento, cabe preguntarnos: ¿Es importante leerlo actualmente?
Las Tradiciones de Ricardo Palma fueron escritas en un periodo de diez años, entre 1872 y 1883 y publicadas luego, múltiples veces, bajo el título Tradiciones peruanas, en ediciones completas, parciales, corregidas y aumentadas, a través de siglo y medio. Más allá de que estén o no en el Plan Lector de este año, es importante que los maestros recomienden su lectura a los alumnos ¿Por qué?
Porque Palma fue un cronista de su tiempo, con fuertes dosis de humor, romanticismo y sentido de lo que podía resultar interesante más allá del tiempo. Su manejo del lenguaje popular y de las costumbres de nuestro pasado lo encumbraron como una de las plumas más respetadas del Perú que estrenaba su estatus de país independiente tras años de colonización española.
La lectura de Tradiciones no resulta, por tanto, anacrónica o innecesaria por tratarse de costumbres y saberes populares ya desaparecidos hace mucho. Entre líneas hay elementos que son perfectamente vigentes en estos tiempos de globalización e internet: la discriminación, el pensamiento mágico-religioso, la viveza criolla, los murmullos en las calles, la pacatería. En fin, situaciones y reacciones que, en diversas y más variadas maneras, siguen presentes en nuestro comportamiento social y que forman, para bien o mal, nuestra noción de identidad.
Sumérgete con tus alumnos en la sabrosa lectura de títulos como La conspiración de la saya y el manto, El alacrán de Fray Gómez, Loas ratones de Fray Martín, Los caballeros de la capa, Don Dimas de la tijereta, Santiago el volador, entre otros, y descubre un universo de frases ingeniosas, referencias históricas y personajes inolvidables.
En la revista Cosas se publicó un perfil de Ricardo Palma que, además de su trabajo literario, reseña con corrección su labor como recuperador de la Biblioteca Nacional del Perú tras el saqueo del ejército chileno al final de la Guerra del Pacífico. Dice el periodista Renato Velásquez: “Palma recurrió a todos los vecinos de Lima para volver a nutrir de textos la casi inexistente Biblioteca Nacional, pero también escribió a amigos e instituciones en el extranjero para conseguir donaciones. En sus cartas contaba todos los horrores que vivía Lima, y alguna de ellas fue publicada por periódicos de otros países. Recordemos que él era un intelectual reconocido internacionalmente. Representó al Perú en la conmemoración de los 400 años del descubrimiento de América que se celebró en España, donde leyó el discurso de clausura ante el niño rey Alfonso XIII y la reina regente María Cristina”. Por este motivo se le conoce como “El Bibliotecario Mendigo”.
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