¿Y quién fue John Joseph Pershing?
Una de las formas más usadas por las sociedades contemporáneas para homenajear a sus figuras ilustres -sean estas artísticas, militares, deportivas, políticas o religiosas- es bautizar calles, avenidas, plazas y otros lugares públicos con sus nombres. Esta práctica que tiene centurias de existencia se ha mantenido hasta la actualidad y muchas de las calles y avenidas llevan nombres propios que, debido al desinterés con el cual estos personajes han sido cubiertos a causa del tiempo, el olvido y la desinformación, no significan nada para nadie. Por eso en esta sección biográfica tratamos de encender reflectores sobre aquellos ilustres peruanos o extranjeros que hoy son asociados a una avenida pero que han perdido toda personalidad y sentido para el caminante o conductor de vehículos. La avenida de hoy está ubicada entre los distritos de Magdalena y San Isidro, en plena capital de Lima y lleva por nombre un apellido visiblemente anglosajón. Esta arteria es una de las más transitadas ya que conecta a la ruta que dirige hacia el aeropuerto, principal puerta de ingreso y salida del país. En sus cuadras hay hoteles, bancos, locales comerciales, etc. “¡¡¡Bajan en Pershing!!!” gritan desaforados, miles de cobradores, millones de veces por día. “¿Vas por Pershing?” preguntan las señoras, oficinistas, escolares y profesionales a diario. Pero ¿alguna vez se han preguntado quién fue Pershing? ¿es una persona, una ciudad, una palabra hueca, carente de trasfondo? Aquí le contamos quién fue John Joseph Pershing:
Este personaje pertenece más a la historia norteamericana que a la peruana. Se trata de un oficial del ejército de los Estados Unidos que alcanzó el máximo grado de la jerarquía militar de este país, General de los Ejércitos, un logro castrense solo conseguido por uno de los padres fundadores de esta nación, George Washington.
Nació en 1860 en Missouri y participó de manera decisiva en las guerras mundiales: en la primera dirigiendo las Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses y en la segunda, como maestro y mentor de la promoción de generales que luchó en este conflicto para derrotar a la insanía nazi, entre quienes destacaron personajes importantes de la historia mundial como Dwight Eisenhower y George Patton.
En 1914, año en que se inició la Primera Guerra Mundial, John Joseph Pershing participó de una fallida persecución al líder revolucionario mexicano Pancho Villa, a quien pretendía capturar de manera definitiva. Sin embargo, los esfuerzos que desplegó con sus tropas sirvieron para dispersar a los guerrilleros mexicanos y le dieron a Pershing gran experiencia en el manejo de campañas con sus fuerzas transportadas por camiones, una novedad estratégica que sería luego utilizada en la Segunda Guerra Mundial, en la cual ya no participó activamente debido a su avanzada edad, pero sí como asesor y mentor de jefes militares nuevos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos estadounidenses quisieron proponer a Pershing como candidato a Presidente de Estados Unidos, pero el experimentado general no aceptó esas invitaciones de su partido, el republicano. El rango que alcanzó, General de los Ejércitos de los Estados Unidos, fue creado especialmente para Pershing, y le fue concedido en 1919. En 1921, Pershing fue nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército y desempeñó este cargo durante tres años.
¿Por qué entonces una de las principales avenidas de Magdalena del Mar lleva su nombre? ¿De qué manera John Joseph Pershing se relaciona con nuestro país? La historia oficial a veces se encarga de echar luces sobre ciertos eventos y personas y, de la misma manera, echa sombras sobre otros acontecimientos y sus profundos significados. Pero más allá de entrar al debate de lo que motivó este oscurantismo, relativamente reciente, con respecto a la relación entre este general norteamericano y el Perú, dediquémonos en este espacio a sacarla a relucir:
Durante los años 1925 y 1926, John Joseph Pershing fue árbitro en la disputa entre Perú y Chile por los territorios de Tacna y Arica, en representación de EE.UU. como parte neutral de una comisión trinacional. En el informe que presentó el general Pershing -escrito en conjunto con el general William Lassiter- ambos representante del arbitraje neutral concluyeron, en un contundente documento de más de 1,000 páginas que Chile “ha incumplido su compromiso de hacer el plebiscito justo y honrado que dispone tanto el Tratado de Ancón como el Fallo Arbitral”.
Aunque finalmente el árbitro dio Arica a Chile, a pesar de las conclusiones del informe Pershing-Lassiter, esta visión objetiva y justa fue el primer paso hacia el retorno de Tacna a soberanía peruana, un hecho histórico por el cual los peruanos -y en especial los tacneños- debemos estar agradecidos.
Este informe se mantuvo en secreto por muchos años, pero fue rescatado por el historiador peruano Ernesto Yepes del Castillo, desde los Archivos Nacionales de los Estados Unidos y publicado en el año 2013 por la Asociación Perú Soberanía y Desarrollo bajo el título El informe secreto Pershing–Lassiter. La chilenización del siglo XX al desnudo. Evitemos la del siglo XXI.
John Joseph Pershing falleció en 1948, a los 88 años de edad.
Los Chilenos quienes tenían posesión de los territorios en virtud al tratado de Ancón, impidieron de todas formas que el plebiscito se realizara a los 10 años y para conseguir que el plebiscito saliera a su favor, sobrepoblaron de chilenos de nacimiento los territorios, sometidos a arbitraje, por 30 años más. Durante esos años hicieron la vida imposible a los pobladores peruanos nacidos en esos territorios y que sabían votarían por Perú, los hostigaron en todas las formas posibles de imaginar. Cuando llega la comisión al mando de Pershing a mediados de 1926, no permiten a los miembros y asistentes de la comisión arbitral bajar a tierra -de la nave que en las afueras servía de alojamiento- para evitar que se enteren de los malos manejos que durante años venían realizando con los pobladores peruanos. No obstante Pershing recorre Tacna escuchando a la gente, acción que las autoridades chilenas le reclamaban, terminando por informar que en razón a la justicia que debía imperar en su condición de árbitro recomendaba que no se realizara el plebiscito bajo esas injustas condiciones.