Grandes Personajes de la Humanidad: Alfredo Zitarrosa (1936-1989)

Alfredo Zitarrosa A finales de los años 60s, un inmigrante uruguayo llegó al Perú por accidente, ya que se había quedado sin dinero en su travesía cuyo destino original era la ciudad de La habana, en Cuba. Alfredo, que apenas pasaba los 30 años de edad, tuvo que buscar trabajo para financiar el reinicio de sus viajes, que había emprendido a la aventura, movido por sueños de destacar en el arte de la literatura como poeta. Lo consiguió como periodista de radio y prensa escrita, reemplazando a Hugo Guerrero Martinheitz, conocido en Radio Programas del Perú como “el peruano parlanchín” y escribiendo para las revistas Siete Días y Oiga. La necesidad lo empujó, prácticamente, a estrenarse como cantante. Había compuesto unas cuantas zambas y milongas, por lo que un amigo lo llamó para participar en un programa de televisión conducido por el cómico Tulio Loza, que se transmitía en el Canal 13. Allí cantó dos temas y por ello cobró 50 dólares. Pocos años después, Alfredo Zitarrosa desarrolló una intensa y prolífica carrera musical que lo colocó en lo más alto del sentir latinoamericano y, hasta hoy, es reconocido como el más grande cantor popular del Uruguay. Habría cumplido 79 años, un 10 de marzo.

Alfredo Zitarrosa nació en Uruguay, el 10 de marzo de 1936 en un pueblo llamado Santa Lucía. A muy temprana edad pasó a vivir con el matrimonio argentino Durán-Carbajal, cuyos integrantes, Carlos y Doraisella, fueron considerados por Alfredo como sus verdaderos padres.

Sus primeros años transcurrieron en el pueblo de Santiago Vázquez. De su infancia en un entorno rural, vienen su conocimiento y comprensión del hombre de campo, que se reflejan en buena parte de su obra. Zitarrosa dijo una vez: “no soy folklorista, soy cantor popular uruguayo, y mi canto es fundamentalmente de raíz campesina; todo es milonga, milonga madre”

Comenzó a trabajar como locutor radial en CX-14. En 1958, a los 22 años, ganó el premio municipal de poesía de Montevideo por su libro Explicaciones. El jurado era presidido por el célebre poeta Juan Carlos Onetti, que escribía en los editoriales de la emisora, que Alfredo leía al aire.

Por el año ‘60 compuso su primera zamba, Recordándote, dedicada a un compañero de la radio que estaba interesado en una amiga suya. En 1961 fue “cesado con renuncia” en CX 14.

Con el dinero de la indemnización, proyectó un viaje a la Cuba post Batista. Solo llegó hasta Perú, donde trabajó como periodista en las revistas limeñas 7 días y Oiga de la ciudad de Lima. Cuenta Zitarrosa que dejó ese empleo para continuar su viaje en el auto de “un gringuito” que iba hasta México por la Panamericana. A último momento, el auto, que era un jeep, no pudo pasar la frontera porque era material de desecho del ejército peruano. Alfredo se quedó sin viaje, sin empleo y sin dinero. Así estaba cuando, sin que él lo supiera, su amigo Cesar Durán lo anunció como cantor en el show de Tulio Loza. Cantó dos canciones, Guitarrero y Milonga para una niña y cobró 50 dólares. Fue su debut como cantor.

Regresó a Uruguay y trabajó en Montecarlo TV Canal 4. A mediados de la década 60 se editó el primer disco de Alfredo, un disco doble de cuatro canciones: Milonga para una niña, El camba, Recordándote y Mire amigo.

Zitarrosa debutó en Buenos Aires en 1970, en el teatro ABC de Emeralda y Lavalle, y repitió la actuación una semana después. A raíz de estas actuaciones, Atahualpa Yupanqui afirmó “La Milonga del Solitario la canta mejor que yo” y Joan Manuel Serrat dijo “lo considero el poeta más importante de América Latina”. En ese año nació su primer hija, y la segunda en 1973. Ambas inspiraron dos bellísimas canciones, Para Carla Moriana y María Serena mía.

En febrero de 1971 hizo pública su adhesión al movimiento político Frente Amplio, y en agosto del mismo año se afilió al MPU. En su casa inauguró un comité de base de este partido. A raíz de sus ideas políticas y luego de casi cuatro años sin poder trabajar en su país, en 1976 se autoexilió a la Argentina. Allí también recibió presiones y censura, por lo que tuvo que irse a México y España. Durante sus 8 años de exilio recibió, a la distancia, el afecto del pueblo uruguayo.

“El dueño de la milonga del Uruguay”, según la definición del crítico musical Jaime Ros, regresó a su país el 31 de marzo de 1984, cuando miles de compatriotas lo esperaron para darle la bienvenida.

Alfredo Zitarrosa murió en Montevideo el 17 de enero de 1989.

Fuente: www.estaciontierra.com

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