Los fenómenos populares masivos, asociados al mundo de la farándula, han provocado siempre estallidos de información que, de no ser tomada de manera apropiada, puede ser fuente de vicios sociales en lugar de ser, como deberían por su naturaleza, parte del natural derecho al entretenimiento y la distracción de una comunidad.
En ese sentido, lo ocurrido con la vocalista de Corazón Serrano, una popular banda de música del género denominado «cumbia sanjuanera» -una suerte de fusión entre la cumbia del norte peruano y el sanjuanito del sur ecuatoriano- podría ser equiparado a fenómenos mundiales como la Beatlemanía, la revolución del hippismo o la estampida punk de los años 70s. Independientemente de las valoraciones en cuanto a la calidad artística de estos artistas locales, el fanatismo que han suscitado en estratos sociales muy determinados es innegable.
¿Cómo tomar esta noticia y procesarla para sacar de ello una enseñanza para nuestros alumnoss? Las clases están por empezar y es un hecho que, en las unidades de transporte público que toman los niños y adolescentes para ir a sus colegios, así como en sus casas, escucharán día y noche la música de este conjunto y por ende, el recuerdo permanente de lo que ocurrió con esta joven señorita de 33 años, que falleció víctima de un aneurisma cerebral.
Los canales de televisión y las radios dedicadas a transmitir esta clase de música solo toman el tema como una noticia que les permitirá aumentar sus índices de sintonía, audiencia o lectoría y dejan de lado otros temas, quizás más edificantes. Es necesario que orientemos a nuestros alumnos para que no sean presa fácil del sugestionamiento al que los someten estos medios de comunicación y que tomen estas cosas en su justa y real medida: se trata de una triste noticia -la muerte de un ser humano- que nos permite acercarnos al conocimiento de esta enfermedad pero no constituye, sin duda, un hecho por el cual el país entero deba paralizarse, como de hecho ocurrió.
¿Y con respecto a las lamentables reacciones racistas que circularon en medios virtuales, léase redes sociales e internet? Es bueno debatir y analizar estos temas en el aula, para entender desde temprana edad que la intolerancia y la ignorancia son los componentes de esta clase de comentarios. Como ocurre siempre que un artista popular, cuyo nicho de mercado se ubica en estratos sociales considerados «bajos» (lo que los sociólogos modernos y marketeros denominan «C», «D» y «E»), surgen estas demostraciones de que en gran parte de nuestro país, y particularmente en Lima, no se ha avanzado nada en materia de erradicación de posturas racistas.
Si los medios de comunicación no quieren hacer nada al respecto, es tarea entonces del maestro de escuela, quien debe estar debidamente consciente de esa situación para no caer en lo mismo. No se trata de ser un televidente o un radioescucha más, del montón, se trata de entender la situación con mayor amplitud de criterio para poder ofrecerles a nuestros alumnos un punto de vista que los rescate de esta homogeneización que proponen los canales de televisión, las radios musicales y los periódicos.