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noches de jarana y profundas observaciones Vásquez, Los Troveros Criollos o Los Chamas
de la idiosincrasia popular. Aun cuando ac- en los años cincuenta de temas como En un
tualmente su nombre no significa nada para atardecer, Madre o Cariño –que mucho des-
el gran público masivo, el legado de MAO pués registraron otras estrellas de la canción
continúa vigente entre los conocedores de la criolla como Edith Barr, Cecilia Bracamonte
canción popular peruana. o Eva Ayllón-, MAO pasó a ser una suerte de
compositor de culto entre músicos limeños,
APUNTES BIOGRÁFICOS en especial guitarristas y cantores, quienes
Manuel Abraham Acosta Ojeda nació en vieron en sus acompañamientos una dife-
los Barrios Altos, uno de los más populares rencia abismal con el valsecito de jarana que
y conocidos del centro histórico de nuestra se impuso, desde las radios y sellos disco-
capital, el 16 de marzo de 1930. De padre gráficos como Sono Radio o Iempsa, como la
arequipeño y madre moqueguana, el futuro vertiente más comercial de nuestra música
compositor y poeta comenzó a interesarse costeña.
por la música peruana desde muy niño, un Manuel Acosta Ojeda, por su trayectoria
interés que lo llevó a abandonar la Secunda- como artista y gestor cultural, ha recibido
ria antes de acabarla, para aprender los se- a lo largo de su vida infinidad de condeco-
cretos de la vida y la cultura a través de la raciones y reconocimientos. En el 2006,
bohemia, el arte y la jarana criolla. cuando el maestro cumplió 76 años, recibió
Pasó su infancia y adolescencia entre Mi- de Derrama Magisterial la Medalla de Honor
raflores y Surquillo, por lo que tuvo contacto José Antonio Encinas, en una ceremonia es-
con las dos caras de la sociedad limeña de pecial. Falleció el 20 de mayo del 2015, a los
los años treinta y cuarenta, separadas por el
tranvía, aquel sistema de transporte público
que aun recuerdan nuestros padres y abue-
los. En aquellas décadas, el joven Manuel se
nutrió tanto de la música popular como de
ciertos gustos académicos de su padre y de
sus primeros profesores en el colegio Salesia-
no de Breña. Así, junto a los valses de la Guar-
dia Vieja –Montes y Manrique, los hermanos
Áscuez, la familia Govea- resonaron en sus
oídos Bach, Boccherini, Vivaldi y Beethoven.
Destacó como cantante y compositor, de
armonías complicadas y letras muy íntimas y
románticas, inspiradas en César Vallejo y los
poetas del Siglo de Oro español. Sus versos,
cargados de lirismo y elegancia, elevaron sus
valses a una categoría especial, que se fue 85 años de edad y sus restos fueron velados
distanciando a pasos agigantados de las nue- en el Museo de la Nación, donde recibió la
vas tendencias del vals replanero de Mario visita de miles de admiradores y conocedo-
Cavagnaro y las jaranas alegronas y patriote- res de su trabajo musical y periodístico.
ras de Polo Campos. Acosta Ojeda, sencillo y
dicharachero, se convirtió para muchos ex- ACOSTA OJEDA Y CARLOS HAYRE:
pertos en la prolongación de la obra musical CÓMPLICES ETERNOS
de Felipe Pinglo Alva. Durante sus años en la Gran Unidad Es-
Al margen de la industria discográfica for- colar José María Eguren de Barranco, Ma-
mal, que jamás quiso darle espacio por cues- nuel Acosta Ojeda trabó amistad con Carlos
tiones ideológicas –debido a sus filiaciones Hayre, el extraordinario guitarrista afrope-
con movimientos sindicalistas y de izquier- ruano. Para cuando ambos tenían 20 y 21
da-, las canciones de Manuel Acosta Ojeda se años de edad, eran ya un dúo reconocido
hicieron populares en centros musicales, pe- en los barrios criollos de Lima y Callao.
ñas y algunos programas de televisión, don- Hayre, conocedor de un amplio repertorio
de lo invitaban siempre para cantar en vivo. de música clásica, venía experimentando
En sus inicios integró los grupos Trío Surqui- con nuevas armonías para los valses crio-
llo y Dúo Los Dones, antes de comenzar a llos mientras que Acosta Ojeda escribía sus
hacer conocidas sus canciones en el circuito versos de poética raigambre, además de
de locales donde se juntaban los criollos para divertidos textos en los que se burlaba de
disfrutar de interminables jaranas y reunio- personajes políticos.
nes familiares. Acosta Ojeda y Hayre iniciaron una so-
Salvo las grabaciones que hicieron Jesús ciedad musical y una entrañable relación
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