Page 55 - REVISTA AD MAESTRO - Enero 2022
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noches de jarana y profundas observaciones    Vásquez, Los Troveros Criollos o Los Chamas
               de la idiosincrasia popular. Aun cuando ac-   en los años cincuenta de temas como En un
               tualmente su nombre no significa nada para    atardecer, Madre o Cariño –que mucho des-
               el gran público masivo, el legado de MAO      pués registraron otras estrellas de la canción
               continúa vigente entre los conocedores de la   criolla como Edith Barr, Cecilia Bracamonte
               canción popular peruana.                      o Eva Ayllón-, MAO pasó a ser una suerte de
                                                             compositor de culto entre músicos limeños,
               APUNTES BIOGRÁFICOS                           en especial guitarristas y cantores, quienes
                  Manuel Abraham Acosta Ojeda nació en       vieron  en  sus  acompañamientos  una  dife-
               los Barrios Altos, uno de los más populares   rencia abismal con el valsecito de jarana que
               y conocidos del centro histórico de nuestra   se impuso,  desde las radios y sellos disco-
               capital, el 16 de marzo de 1930. De padre     gráficos como Sono Radio o Iempsa, como la
               arequipeño y madre moqueguana, el futuro      vertiente más comercial de nuestra música
               compositor  y  poeta  comenzó  a  interesarse   costeña.
               por la música peruana desde muy niño, un         Manuel Acosta Ojeda, por su trayectoria
               interés que lo llevó a abandonar la Secunda-  como artista y gestor cultural, ha recibido
               ria antes de acabarla, para aprender los se-  a lo largo de su vida infinidad de condeco-
               cretos de la vida y la cultura a través de la   raciones y reconocimientos. En el 2006,
               bohemia, el arte y la jarana criolla.         cuando el maestro cumplió 76 años, recibió
                  Pasó su infancia y adolescencia entre Mi-  de Derrama Magisterial la Medalla de Honor
               raflores y Surquillo, por lo que tuvo contacto   José Antonio Encinas, en una ceremonia es-
               con las dos caras de la sociedad limeña de    pecial. Falleció el 20 de mayo del 2015, a los
               los años treinta y cuarenta, separadas por el
               tranvía, aquel sistema de transporte público
               que aun recuerdan nuestros padres y abue-
               los. En aquellas décadas, el joven Manuel se
               nutrió tanto de la música popular como de
               ciertos gustos académicos de su padre y de
               sus primeros profesores en el colegio Salesia-
               no de Breña. Así, junto a los valses de la Guar-
               dia Vieja –Montes y Manrique, los hermanos
               Áscuez, la familia Govea- resonaron en sus
               oídos Bach, Boccherini, Vivaldi y Beethoven.
                  Destacó como cantante y compositor, de
               armonías complicadas y letras muy íntimas y
               románticas, inspiradas en César Vallejo y los
               poetas del Siglo de Oro español. Sus versos,
               cargados de lirismo y elegancia, elevaron sus
               valses a una categoría especial, que se fue    85 años de edad y sus restos fueron velados
               distanciando a pasos agigantados de las nue-   en el Museo de la Nación, donde recibió la
               vas tendencias  del vals replanero de Mario    visita de miles de admiradores y conocedo-
               Cavagnaro y las jaranas alegronas y patriote-  res de su trabajo musical y periodístico.
               ras de Polo Campos. Acosta Ojeda, sencillo y
               dicharachero, se convirtió para muchos ex-     ACOSTA OJEDA Y CARLOS HAYRE:
               pertos en la prolongación de la obra musical   CÓMPLICES ETERNOS
               de Felipe Pinglo Alva.                           Durante sus años en la Gran Unidad Es-
                  Al margen de la industria discográfica for-  colar José María Eguren de Barranco, Ma-
               mal, que jamás quiso darle espacio por cues-   nuel Acosta Ojeda trabó amistad con Carlos
               tiones ideológicas –debido a sus filiaciones   Hayre, el extraordinario guitarrista afrope-
               con movimientos sindicalistas y de izquier-    ruano. Para cuando ambos tenían 20 y 21
               da-, las canciones de Manuel Acosta Ojeda se   años de edad, eran ya un dúo reconocido
               hicieron populares en centros musicales, pe-   en los barrios criollos de Lima y Callao.
               ñas y algunos programas de televisión, don-    Hayre, conocedor de un amplio repertorio
               de lo invitaban siempre para cantar en vivo.   de música clásica, venía experimentando
               En sus inicios integró los grupos Trío Surqui-  con nuevas armonías para los valses crio-
               llo y Dúo Los Dones, antes de comenzar a       llos mientras que Acosta Ojeda escribía sus
               hacer conocidas sus canciones en el circuito   versos de poética raigambre, además de
               de locales donde se juntaban los criollos para   divertidos textos en los que se burlaba de
               disfrutar de interminables jaranas y reunio-   personajes políticos.
               nes familiares.                                  Acosta Ojeda y Hayre iniciaron una so-
                  Salvo las grabaciones que hicieron Jesús    ciedad musical y una entrañable relación
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