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Centenario del Nacimiento de José María Arguedas
TODAS LAS SANGRES
Y RENDÓN WILLKA
Rendón Willka es uno de los
personajes de la novela Todas las
sangres (1965). Arguedas creó a
Rendón con la misma arcilla de la que
él estaba hecho, le dio entendimiento
con la misma luz con la que él veía el
mundo. El pensamiento y el espíritu de
Willka difieren de todo lo que pueda
tener relación con el dogma religioso o
ideológico. Su cosmovisión lo hace un
personaje muy diferente a otros líderes
que ha creado la literatura peruana.
Todas las sangres, en particular, es la
expresión literaria de la crisis de una
sociedad feudal, cuyo autoritarismo no
pudo evitar su decadencia y su ruina
ante la dinámica de desarrollo de un
capitalismo peculiar.
Las dos clases sociales privilegiadas estrategia para que abandone la
de nuestra patria en la novela Todas
las sangres, y esto es más que
una metáfora, son los terratenientes
feudales en declive y las burguesías
nativas en auge, pero las dos son
hijas de la misma madre. Don Fermín
y don Bruno, personajes de Todas las
sangres, son hermanos, pero cada uno
de ellos representa a clases sociales
diferentes.
En el mundo de los de abajo
encontramos a los obreros y
comuneros, que luchan y resisten la
dominación, pero se percibe al mismo
tiempo su capacidad para asimilar
elementos de progreso. La Educación
es uno de ellos, y la experiencia de
Rendón Willka es la expresión de esa
asimilación.
La visión de José María Arguedas
sobre la configuración del Perú de
‘todas las sangres’ reconoce como
absolutamente indispensable el
concurso de la cultura andina, sin
la cual todo proyecto de desarrollo
será inviable. En la novela, Willka
simboliza esa cultura. Esto le mereció
a Arguedas duras críticas. Para Mario
Vargas Llosa, Arguedas “fabuló la
realidad” (Vargas Llosa, 1996:329).
Otros intelectuales y críticos, no
necesariamente representantes de la
cultura oficial, lo cuestionaron.
Rendón va a la escuela enviado por
su padre, un comunero de San Pedro
de Lucanas, quien está interesado en
lograr que su hijo se eduque, aprenda y
adquiera conocimientos como los otros
niños; acaso con la secreta esperanza
que a través de la educación pueda narra Arguedas- los padres de familia
mejorar su calidad de vida. van programando e implementando
sus maldades. En dicha “hazaña”
Arguedas nos da un antecedente comprometen a sus hijos.
que nos ayuda a entender mejor al
líder indio maltratado, inclusive desde “Pocas semanas después, bien
el momento que aprendió a leer y aleccionados por sus padres, los
escribir. Este acto de aprendizaje estudiantes mayores empezaron
elemental, que debe hacerse de a hostilizar al indio, especialmente
manera amorosa, aunque con cierto durante los recreos. Cierta mañana,
rigor, en el Perú de Todas las sangres ya en setiembre, lo rodearon varios
es una hazaña y un desafío de los de éstos.
de abajo, rubricado de intolerancia y
violencia de los de arriba. – “Y para mí no tienes un quinto,
oye, Willka? Eres bestia. Mira tan
Veamos la experiencia de Rendón viejote y en silabario–, le dijo uno de
Willka en la escuela. Su asistencia
a las aulas causó asombro entre los ellos.
niños blancos y mestizos y también
odio en los padres de éstos, al extremo José María Arguedas vino del Ande. Su vida,
que con el afán de disuadirlo de desde niño, estuvo vinculada al mundo de
su propósito de estudiar, tejen una las comunidades quechuas.
Escuela. Igual que en Paco Yunque, – Lees en quechua, animal. ¿No
el aula de Rendón Willka reproduce ves que no sabes castellano? “A, Bi,
todas las tensiones y antagonismos
de la sociedad. Ci…” Se dice Be, Ce.
–La boca del indio no puede–,
En la novela Todas las sangres,
Arguedas señala al lector que la le dijo otro.
creación de una escuela no ha sido “Demetrio se sentaba bajo un
motivo de alegría ni de festejo por los triste arbolito de lambras que,
poderosos caciques de los pueblos. increíblemente, había logrado crecer
en una esquina del patio de recreo,
“Los Aragón de Peralta y todo el defendido por un muro de piedras
vecindario de San Pedro se opusieron y barro que los niños de segundo
a que se autorizara la apertura de la grado levantaron el año anterior,
escuela de la comunidad.” (Arguedas,
1983:61)
¿Qué motivó esa resistencia? La
respuesta nos permite medir el grado
de egoísmo y de temor de esa clase
social que dominó el Perú a lo largo
de 500 años: no quiso nunca un
pueblo educado, y cuando no pudo
evitar la existencia de la escuela en
las comunidades, implementó una
educación elemental, casi confesional.
¿Por qué la casta feudal, en la
novela Todas las sangres, se resistía
a que los niños de las poblaciones
nativas no asistan a la escuela y
se eduquen? Lo dice uno de los
pobladores de manera explícita:
-“En eso nos diferenciamos. Si
aprenden a leer, ¿qué no querrán
hacer y pedir esos animales?
(Arguedas, 1983:61)
Rendón Willka en la escuela no
es un muchacho desafiante pero sí
con suficiente fortaleza interior para
salir al frente de las más diversas
trampas urdidas por los mayores y
ejecutadas por lo niños. Cada vez –nos
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REVISTA PEDAGÓGICA Y CULTURAL Nº 56 - 2011