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decir, obtener mayor ganancia
con menor inversión. Desde esta
óptica, la “calidad” del producto
debe ser concebida desde el
punto de vista del consumidor.
Y tuvo gran influencia para quien
quería producir, pues debe tener
presente que “lo más importante
es que su producto tenga calidad”
y pueda ofrecer más calidad a
menor precio. Así, se convirtió
en la palabra clave del éxito
para el empresario, en tanto
“valor de cambio”. Y en base a la
competitividad, bajo la amenaza
de que no hay alternativa: “o se
continúa con la mediocridad y se
va camino a la quiebra, o se hace
con calidad y se ingresa al mundo
de la excelencia”; en esos términos tanto, es un producto que tiene
se plantea la disyuntiva en la
economía neoliberal. Esta nueva
idea de “calidad” desplazó al
paradigma anterior por un nuevo
concepto desde lo cualitativo, la
competitividad y la productividad:
Calidad total, la ingeniería de
los procesos y el planeamiento
estratégico.
Posteriormente, se trasladó a
los sistemas educativos, bajo la
denominación del "currículo por
competencias y capacidades". La
“calidad” estaba en el individuo,
en su inteligencia, su talento y
creatividad. Significaba entonces
centrarse en la esfera cognitiva;
por ello, se transfiere la tan ansiada fácil contestar, más aún cuando
competitividad al mundo escolar,
con énfasis en lo cognitivo y la
motivación intrínseca, dejando
en un segundo plano el desarrollo
de la personalidad. Por ello,
la ECE (Evaluación Censal de
Estudiantes) actúa en matemática
y comprensión lectora; es decir,
la lógica.
En educación ¿Qué es calidad
en el imaginario popular?
La idea generalizada que
se tiene de “calidad”, es una
palabra asociada directamente
a la diferencia de precio; por lo
mayor “calidad” cuando el precio
es mayor. Además, consideran
algo de "inferior calidad" en
referencia a otros que tuvieron
mejor rendimiento. Precisamente
las evaluaciones internacionales
anuales: la Prueba PISA y la
evaluación en segundo grado
de primaria (ECE) sólo a los
colegios estatales, fueron parte
de una estrategia para mostrar
la crisis de la educación estatal
con apoyo de medios masivos de
comunicación. El objetivo: generar
la fuga de estudiantes hacia la
educación privada.
A esto se agrega que, mientras la
escuela estatal se cae en pedazos
por falta de presupuesto, -con
docentes mal pagados haciendo
uso de tiza y pizarra, escasos de
apoyo tecnológicos, entre otras
desgracias-, es lógico que la fuga
se haga cada vez mayor. Más aún,
cuando se concibe la idea de que
la “calidad” implica hacer uso de
tecnologías más sofisticadas. Más
aún con evaluaciones a docentes,
bajo la estrategia de mostrar sus
carencias como profesionales de
la educación para desprestigiar y
abandonar la escuela estatal, en
la perspectiva de fortalecer a la
escuela privada.
Frente a esta realidad, surge
el dilema ¿cómo brindar una
excelente educación a la mayoría
de la población, con igualdad y
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equidad? Interrogante que no es
el financiamiento del Estado
es insignificante y la realidad
peruana es muy compleja y
diversa. Ello requiere un gobierno
comprometido con el pueblo
con una política educativa que
vaya en dirección contraria al
modelo educativo neoliberal,
que reduce el financiamiento
estatal en servicios básicos (salud,
educación) y busca hacer el
transvase hacia la educación
privada mediante novedosas
estrategias. Estrategias que han
servido para construir la idea de
que la educación pública es mala
y la privada buena (a pesar de que
puede ser cara y a la vez pésima).
A veces da la impresión de
que se analiza el concepto de
“calidad” desde una sociedad
ideal, donde no existen diferencias
socio-económicas, ni diversidad
cultural y lingüística, ni geográfica;
menos aún el rol de los medios de
comunicación. Sin embargo, todos
estos elementos, que trascienden
el espacio de la escuela y el aula,
tienen una gran incidencia en el
proceso educativo para conocer
y comprender que una evaluación
de calidad no se puede realizar
desde la homogeneidad sino
en su diversidad. Entender lo
heterogéneo es ubicar el quehacer
educativo en su verdadero nivel
de desarrollo.
El concepto de “calidad”, no
es sinónimo de mercancía que
se pone en venta en el mercado
de los servicios sociales; es un
derecho inalienable y público,
es comprenderla en su esencia
como desarrollo de las cualidades
y autoformación más elevada
del ser humano. La educación
gratuita es un derecho a exigir
y no un favor que nos hacen los
gobernantes de turno para que los
hijos del pueblo estudien.
¿Es posible mejorar la “calidad”
de la educación pública?
Para ello es necesario
comprender el lugar que ocupa