Page 54 - Palabra de Maestro 65

Pero también les decimos que
jugar fuerte es una característica de
los varones y no de las mujeres. Les
decimos que las mujeres no tienen
por qué saber jugar al futbol fuerte;
con lo cual les decimos, además, que
no creemos que las mujeres puedan
jugar fuerte.
O como cuando decimos “¡dejen
de chismosear, parecen unas niñas!”
(lo que queremos es silencio). Les
estamos diciendo que los varones
no chismosean, que solo las mujeres
pueden chismosear entre mujeres.
Estos “mensajes” se trasmiten
por lo general sin pensar, y no
siempre como frases dichas en
la sesión de aprendizaje. Cuando
organizamos actividades dentro del
aula por lo general encomendamos
a los varones los trabajos más rudos
(colgar el periódico mural, limpiar las
ventanas, etc.). En cambio las tareas
más delicadas son encargadas a las
mujeres (barrer el salón, limpiar las
mesas, etc.)
Que existan tareas exclusivas para
varones y otras para mujeres es un
prejuicio y no una realidad, pues
dichas tareas pueden ser practicadas
por varones y mujeres.
Estos mensajes, que reciben los
estudiantes, expresan estereotipos
de género y pueden estar muy
ocultos en la práctica educativa de
los(as) docentes.
Algunos ejemplos que reflejan
la discriminación por género en las
instituciones educativas
“Las burlas de los estudiantes a sus
compañeras son el pan de cada día
en todas las instituciones educativas.
El estudio de Tovar encontró que el
uso de la burla contra las mujeres
es una forma muy frecuente y sutil
de discriminación que los docentes
solemos dejar pasar.
Otro caso de discriminación es
el que ocurre en las zonas rurales.
Las niñas asisten irregularmente a
la institución educativa. No existen
estadísticas nacionales ni registros
sobre la asistencia de las alumnas a
ella. Sin embargo, es sabido que el
tiempo efectivo de asistencia a clases
es bastante reducido. Las niñas faltan
a menudo porque están ocupadas
en los quehaceres de la casa y en las
labores del campo.
En el caso particular de las niñas
de las áreas rurales es notoria la
incomodidad que les produce asistir
52 Palabra de Maestro 65 - Diciembre 2015
a la institución educativa cuando se
inicia la menstruación. Muchas de
ellas sienten vergüenza, incomodidad
y temor de seguir asistiendo, ya
que no cuentan con medios de
protección e higiene. En muchas
instituciones educativas rurales no
existen servicios higiénicos y estas
condiciones llevan a las adolescentes
a preferir quedarse en casa antes que
exponerse a la observación y la burla.
Desde esta perspectiva se
puede asumir que género hace
referencia a las expectativas de
índole cultural respecto de
los roles y comportamientos de
varones y mujeres. El término
distingue los aspectos atribuidos
a varones y mujeres, desde un
punto de vista social, determinados
biológicamente. A diferencia del
sexo biológico, los roles de género
y los comportamientos y relaciones
entre varones y mujeres (relaciones
de género) pueden cambiar con el
tiempo, incluso si ciertos aspectos de
estos roles derivan de las diferencias
biológicas entre los sexos.
Transversalidad de la equidad de
género en la escuela
“Había un grupo de cinco, pegados
cerca al quiosco formando un círculo.
El más avivado empieza a fastidiar a
una alumna de su mismo salón que
ha ido a comprar. Es una alumna baja
de estatura, tranquila, casi no habla
con nadie en su salón. El más avivado
empieza a jugarse de manos: con su
mano se apoyó sobre sus hombros;
la chica, con una sonrisa y gestos de
apocada, quitó la mano del chico de
sus hombros, sin ninguna palabra”.
En los últimos años las noticias de
violencia originadas en el contexto
escolar se han hecho frecuentes en
nuestra sociedad; y al parecer nos
estamos acostumbrando a aceptar
un clima de violencia escolar y de
discriminación de género, como
parte del diario vivir de la comunidad
educativa.
Nadie pondría en duda la
importancia que tienen los factores
socio-ambientales e interpersonales,
en especial la relación entre varones y
mujeres, al interior de las instituciones el quehacer educativo, fomentando
educativas. Para cualquier persona
esta afirmación resulta obvia.
Un estudio de la UNESCO
ratifica la experiencia de los países
europeos en relación a la variable
que señala que los factores socio-
ambientales e interpersonales
son determinantes en el
aprendizajes de los estudiantes.
Aquí justamente parecería
que estuviera la clave para la
obtención de mejores resultados
de aprendizajes por parte de
los estudiantes. Esto significaría
que en la medida de que las
relaciones interpersonales sean
de equidad entre los géneros
que interactúan en un diario
convivir, estas se convertirían en
un interesante factor asociado a
la calidad de los aprendizajes.
Por eso es relevante
precisar que educar es una
tarea de relaciones humanas, y no
sólo la transmisión sistemática de
información. Por tanto, creemos que
el desafío diario para los docentes no
es sólo preguntarse ¿qué materia voy
a pasar hoy?, sino ¿qué emociones
produciré hoy en mi clase, asumiendo
un enfoque de equidad de género? ".
Las instancias de aprendizajes
no están dadas en el vacío. Por el
contrario, son instancias donde
el o la estudiante jamás está
solo; siempre están en relación
con otros estudiantes, profesor,
familia. Es así como el aprendizaje
es la adquisición de habilidades en
relación a los procesos de cambio,
que se manifiesta a través de un
comportamiento y de las acciones
dentro del aula, con las interacciones
con sus pares (varones o mujeres) y
con el profesor.
Como sostiene Teresa Tovar, “Si
queremos que niñas y niños accedan
a un aprendizaje de igual calidad, la
escuela tiene que responder a las
necesidades sociales, culturales y
afectivas de los alumnos y de las
alumnas, atendiendo a las diferencias
sociales entre todos los sectores
que llegan al sistema educativo. Si
la educación ofrece posibilidades
educativas que favorezcan a todos
los alumnos y las alumnas, entonces
estará contribuyendo con la equidad
y el desarrollo del país” (pág. 15).
Abordar de manera transversal
el enfoque de equidad de género
implica el reto de incluirlo en todo
acciones para el acceso equitativo,
el respeto a la condición de persona
y el disfrute de los bienes materiales
y culturales, sin estereotipos de
género de los y las estudiantes. Es