15 de octubre de 1865: Fallece educador venezolano Andrés Bello
Frente a la Institución Educativa Emblemática -otrora Gran Unidad Escolar- Bartolomé Herrera, ubicada en el distrito limeño de San Miguel, funciona un conocido colegio adjunto, solo para primaria, pues el conocido “Bartolo” es exclusivamente para el Nivel Secundaria. Este colegio adjunto lleva el nombre de un personaje venezolano de gran estatura histórica, que hoy no resulta familiar para el imaginario colectivo de las grandes mayorías. En esta nueva entrega nos ocuparemos brevemente de su vida y obra educativa, una de las más significativas de Latinoamérica. Conozcamos pues, un poco más acerca de este insigne personaje, Andrés Bello.
(Caracas, 1781-Santiago de Chile, 1865) Filólogo, escritor, jurista y pedagogo venezolano. Interesado desde muy joven por la lectura de los clásicos y educado en la filosofía enciclopedista, Andrés Bello completó su formación con estudios de literatura, filología y derecho, que sin embargo no pudo terminar por falta de recursos; fue esencialmente un autodidacta de altísima capacidad intelectual.
Bello es la figura más representativa del avance cultural chileno e hispanoamericano de la primera mitad del siglo XIX. Admiró y siguió la poética libertaria de Victor Hugo y Lord Byron. Fue un decidido defensor de la pureza y propiedad del idioma castellano y, aún así, acogió los giros populares en la medida en que estos no chocaran con los términos castizos en uso. Se dedicó un tiempo a la enseñanza privada, y tuvo como discípulo a Simón Bolívar. Le dio tiempo también a practicar la creación poética, en la que mostró una fuerte influencia neoclásica.
Andrés Bello fue también director y redactor de El Araucano, periódico ministerial fundado por Diego Portales en 1830, en el cual publicó numerosos artículos de educación, filosofía y teatro. En 1842 polemizó con el rioplatense Domingo Faustino Sarmiento sobre cuestiones de lengua, estética y política. Se ocupó del lenguaje a través de numerosos estudios. Sobresale su Gramática de la Lengua Castellana (1847), que le valió ser designado miembro correspondiente de la Academia Española de la Lengua, y su Ortología y métrica, los dos trabajos más originales que se han realizado en nuestro idioma sobre esta materia. Escribió también un comentario a El Criterio de Balmes, y un estudio sobre El Cantar de Mío Cid.
Bello dedicó también tiempo a la literatura a manera de estudios, traducciones y creaciones en los que imitaba a los clásicos y a los románticos, demostrando un amplio dominio de ambas expresiones artísticas. Muy conocida se hizo su imitación de un poema de Victor Hugo titulado La oración por todos. Entre sus creaciones destacan además una Oda al 18 de septiembre, la elegía El incendio de la Compañía y el poema El proscrito, que quedó inconcluso.
Otro aspecto muy importante de sus actividades fue su función docente y el interés que sintió por la pedagogía. Estaba convencido de que la instrucción y el cultivo espiritual son la base del bienestar del individuo y del progreso de la sociedad, razón por la cual siempre fomentó el estudio de las letras y de las ciencias. Bello propuso la apertura de Escuelas Normales de Preceptores y la creación de Cursos Dominicales para los trabajadores. Muchas de sus ideas educativas están en el Discurso Inaugural con que se iniciaba la actividad de cinco nuevas Facultades en la Universidad de Chile en 1843.
La influencia del pensamiento de Andrés Bello no se redujo a su época, sino que sería trascendental en la vida política y cultural de Chile y de toda América mucho tiempo después de su muerte.
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