31 de mayo-Día Mundial Sin Tabaco: “Profesor ¿Tiene un cigarrito?”
Hoy se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, para estimular la reflexión y la difusión de información de calidad, con base científica creíble, respecto de los riesgos que tiene fumar. También se dedica este día a la abstinencia, promoviendo que fumadores compulsivos pasen, por lo menos, 24 horas seguidas sin fumar. El tabaquismo es una enfermedad que combina la adicción al tabaco (provocada por la nicotina) con los problemas respiratorios y cancerígenos que resultan del ingreso al organismo del fumador de componentes tóxicos que hoy forman parte de la receta industrializada de cigarros, puros, rapé y demás derivados. Desde siempre, fumar ha producido cierta fascinación en la gente, y es una lucha permanente de maestros y tutores el evitar que los niños y adolescentes sean expuestos al cigarrillo, cosa que resulta muy difícil de evitar, debido a la exposición permanente que tienen nuestros hijos/alumnos a esta clase de prácticas adultas, las cuales terminan experimentando como parte de su aprendizaje. Si usted fuma mucho, es bueno que comience a moderar sus hábitos por el bien de su salud, como una decisión personal y libre, informada y responsable. Y si usted no fuma, felicitaciones. En la actualidad, la legislación que regula el consumo de tabaco y productos derivados ha avanzado mucho en comparación a décadas pasadas y hoy fumar ya no resulta tan aceptado como era antes, a niveles sociales. En esta nota hablamos un poco de eso, de los cambios que ha tenido el concepto “fumar” en nuestro imaginario colectivo.
“Fumar es un placer genial, sensual…” es la frase que da inicio a un conocido tango, Fumando espero, compuesto en el año 1922 por Juan Viladomat Masanas (música) y Félix Garzo (letra), que ha sido interpretado cientos de veces y que popularizó la cantante y actriz española/mexicana Sarita Montiel, con una elegante y atrevida versión en su película El último cuplé, de 1957. Durante décadas, fumar ha estado relacionado a la bohemia, la vida artística y literaria. Asimismo, fumar ha sido sinónimo de autonomía y libertad, de adultez y símbolo de experiencia, personalidad. Las personas se iniciaban en el consumo de tabaco antes de llegar a la mayoría de edad, debido a las ansias de pretender verse mayores de lo que eran. Ver a una mujer fumando era, por otro lado, una afrenta, casi una declaración de que no se podía confiar en ella porque era “de la vida alegre”.
Todas estas nociones asociadas al acto de fumar tenían connotaciones socialmente negativas pero, al mismo tiempo, eran fuente de prestigio y motivo de respeto social -una característica que también han tenido el consumo de bebidas sofisticadas como el café, bebidas alcohólicas como el vino, el cognac y que, por una absurda extensión producto de las múltiples tergiversaciones de usos y tendencias difundidas en los mass media, hoy también alcanza al consumo de drogas o intervenciones al cuerpo como tatuajes, piercings, operaciones de cirugía estética y otros vicios de la sociedad consumista-, al punto que fumar le daba a una persona un aspecto especial, misterioso y etéreo, fuera de lo común.
Pero con la llegada de investigaciones que comenzaron a demostrar el efecto nocivo que el consumo excesivo de cigarrillos tiene tanto sobre el fumador activo (el que enciende los cigarros y se los lleva a la boca, inhalando y exhalando humo) como sobre el fumador pasivo (las personas que están cerca de quien está fumando), estas conceptualizaciones fueron mutando hacia el otro extremo. Hoy vemos que hay alrededor del mundo una serie de normas legales que controlan y limitan el consumo del cigarro, en lugares públicos y cerrados. Asimismo, la publicidad de cigarrillos y otros productos asociados al tabaco, que antes se presentaba con grandilocuencia y elegancia, hoy están conminadas a colocar mensajes que advierten los peligros que tiene su consumo descuidado y hasta colocan espantosas fotografías de los efectos del cáncer al pulmón o a las cuerdas vocales, afecciones respiratorias en los niños de madres que fuman durante su embarazo, entre otras enfermedades terribles asociadas al exceso de cigarrillos.
¿Significa que fumar pasó de ser un placer genial y sensual a ser un peligro para la salud pública?
Los fumadores experimentados afirman que sí hay una sensación placentera al fumar, provocada por el paso del humo a través del tracto respiratorio. A lo largo del tiempo, se han desarrollado cigarrillos con tabacos especiales, con ciertos sabores, olores y esencias aromáticas que contribuyen a esa sensación de placer. La cultura del fumar incluye además el consumo del tabaco sin filtrar, en polvo -el llamado rapé- muy vigente en otras sociedades como la británica, donde se usa mucho la pipa (un accesorio que estuvo muy de moda en Lima entre el siglo 19 y la primera mitad del siglo 20); o los habanos, un tipo de cigarro típico de Cuba, que es casi un producto cultural e idiosincrásico de esta isla del Caribe.
Sin embargo es verdad que el consumo exagerado del tabaco tiene riesgos para la salud del sistema respiratorio tanto del que fuma como de las personas que lo rodean. Por eso existe el Día Mundial Sin Tabaco, que busca fomentar la abstinencia durante 24 horas al año de todo tipo de consumo de tabaco, a manera de reflexión colectiva sobre los excesos provocados por la publicidad, la industrialización y el evidente negocio en que se convirtió la venta indiscriminada de cigarrillos en el mundo entero. El consumo de tabaco debe restringirse por dos razones fundamentales: a) la dependencia que genera la nicotina y b) las afecciones respiratorias y cancerígenas que producen varios de sus componentes.
Veamos este link sobre los riesgos de fumar: ¿Por qué es nocivo el tabaco?
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