In Memóriam: Aníbal Quijano (1928-2018), el sociólogo de las minorías
Los últimos días de mayo nos enteramos del fallecimiento del sociólogo peruano Aníbal Quijano Obregón, uno de los científicos sociales más influyentes de nuestra historia contemporánea. Profesor de San Marcos y autor de relevantes obras para la sociología nacional, el doctor Quijano fue además un influyente teórico sobre temas de políticas sociales, idiosincrasias latinoamericanas y problemas comunes a los países de la región como el racismo y la exclusión. Sus teorías sobre la colonialidad del poder y la definición de raza son hasta ahora estudiadas nacional e internacionalmente. En Derrama Magisterial lamentamos la muerte física de este peruano notable y recomendamos, a docentes y alumnos, revisar sus escritos para entender más a nuestro querido país.
Artículo extraído de la web Legis.pe
“Es tiempo de aprender a liberarnos del espejo eurocéntrico donde nuestra imagen es siempre, necesariamente, distorsionada. Es tiempo, en fin, de dejar de ser lo que no somos” (Aníbal Quijano)
Aníbal Quijano ha fallecido. Quien fuera el sociólogo más importante de nuestro país, y acaso de Latinoamérica, había sido ingresado de emergencia al Hospital Almenara el pasado 25 del presente mes. Su obra es referencia obligatoria en los estudio sociales de nuestro tiempo e indispensables para nuestro conocimiento de América Latina. Entre otros grandes aportes, su teoría de la colonialidad del poder dio sustento a una etapa de emancipación en el continente.
El reconocido maestro, nacido en Yanama, Áncash; dirigió cátedras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (su alma mater), en la Universidad de Binghamton, Nueva York y en la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre sus principales obras contamos con Imperialismo y marginalidad en América Latina (1977), Dominación y cultura. Lo cholo y el conflicto cultural en el Perú (1980) o Modernidad, identidad y utopía en América Latina (1988).
Lo que caracteriza la obra de Quijano es la profunda y sesuda crítica que realiza al sentido común epistemológico, que siendo eurocéntrico no corresponde con la realidad de los pueblos indoamericanos. Refiere el sociólogo que, el proceso de globalización, tan mentado por estudiosos de la época y hasta publicitado como una oportunidad de conexión cultural, es solamente la culminación de un proyecto de colonización impuesto desde la constitución de América.
De ese modo, la división del trabajo quedó asociada a la raza. Los que se reconocían como ‘blancos’ impusieron una sistemática división racial del trabajo. A los indios les correspondía la servidumbre y los negros fueron reducidos a la esclavitud. No hubo una intención de amalgamar las culturas europeas y americanas, sino de suprimir forzosamente todo lo que no se integraba al patrón europeo de la modernidad. Y aunque después se vendió la idea de libertad y democracia, Quijano sostenía que era necesaria una verdadera emancipación.
Como señala el sociólogo Marco Sipán, en este artículo que resume muy bien el pensamiento de Quijano:
"Quijano plantea que el conocimiento de la realidad social solo es accesible, plenamente, desde el interior de una práctica social transformadora. Es decir, quien quiera adquirir un conocimiento pleno de la realidad social, tiene que dedicarse a la práctica social transformadora. Por esta razón surge un tema central: la descolonización del poder, como forma efectiva de democratización de la sociedad. Eso significa devolverle a la gente misma, el control de las instancias básicas de su existencia social: trabajo, sexo, subjetividad y autoridad".
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