Chabuca Granda: Recordando a una gran artista
El Perú y el mundo comprobaron la vigencia que tiene el canto de Chabuca en nuestra sociedad en la reciente inauguración de los Juegos Panamericanos desarrollados en nuestra capital el año pasado. En aquella inolvidable ceremonia, dos de sus composiciones más significativas fueron cantadas por Juan Diego Flórez, el artista nacional más importante del mundo: La flor de la canela y Bello durmiente. Las nuevas generaciones, quizás menos familiarizadas con la figura de Chabuca, aprendieron ese día (por lo menos eso esperamos) a valorar y reconocer su arte. Hoy que se cumplen 37 años de su fallecimiento queremos recordarla y estimularte a que se las des a conocer a tus alumnos en este año lectivo. ¿Te animas?
Sin embargo, esta vigencia de Chabuca Granda parece no ser suficiente para generar identificación entre las nuevas generaciones, que saben más de Daddy Yankee y Jennifer López que de artistas nacionales, sean estos modernos o antiguos. Nos corresponde, como docentes, evitar que su recuerdo desfallezca y se pierda en el olvido. Las canciones de Chabuca aun son reconocidas por una cantidad considerable de hombres y mujeres que aun no superan los 35 años de edad. Pero muchos otros en ese rango y hacia abajo, simplemente no saben quién fue.
Hasta hace algunos años era una verdad, conocida y aceptada por todos, que La flor de la canela, vals que Chabuca escribió hace casi siete décadas, era nuestro segundo himno nacional, título que compartía con El cóndor pasa, inmortal melodía andina escrita por el huanuqueño Daniel Alomía Robles. Hoy este honor se le ha conferido al vals de Augusto Polo Campos, Contigo Perú, gracias a la reciente participación de nuestra selección peruana de futbol en el Mundial Rusia 2018. Hoy todos estos nombres son poco menos que desconocidos para nuestras juventudes, consumidoras de realities y redes sociales.
Por eso es vital incorporar a nuestros programas educativos, dentro del espacio que tenemos para innovar y ser creativos en el aula, momentos en que enseñemos a nuestros estudiantes quiénes fueron aquellos artistas que construyen identidad peruana a partir de sus talentos para la literatura, la pintura, la actuación, el deporte, la poesía y la música. Y en ello, Chabuca Granda es una de las más importantes representantes del acervo criollo que todos debemos conocer y valorar.
Nacida en Cotabambas (región Apurímac) en 1920, María Isabel Granda Larco se convirtió en la cantautora de música criolla más innovadora de su tiempo y, podríamos decir, de la historia del folklore de nuestra costa. ¿Por qué? Porque modificó la forma en que el público escuchaba valses, marineras limeñas y landós, imprimiéndoles una cadencia influenciada por la bossa nova brasileña y una calidad poética a las letras que se alejaba del lenguaje popular y chispeante del vals criollo tradicional. Poseedora de una profunda sensibilidad y conocimiento autodidacta de las tradiciones limeñas de antaño, se convirtió sin quererlo en la principal embajadora de la riqueza musical de nuestro país y, en particular, de la costa. Aunque no tuvo una gran voz, era su nivel interpretativo el que se hacía especial por su calidez y sentimiento. Falleció a los 63 años en Miami, Estados Unidos.
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