Colección Pensamiento Educativo Peruano: Tomo 8

Tomo 8 titulado Una educación para re-crear el país, 1905-1930Continuamos con la difusión, a manera de resúmenes, de los tomos de nuestra Colección Pensamiento Educativo Peruano, esta vez con el Tomo 8 titulado Una educación para re-crear el país, 1905-1930. Las tres primeras décadas del siglo 20 son cubiertas casi en su totalidad por este libro, escrito por el historiador y filósofo Augusto Castro Carpio -autor también del tomo anterior, que revisamos la semana pasada- y, en esta ocasión, se encarga de presentar el pensamiento de dos de las personalidades intelectuales que más animaron el debate educativo en ese entonces: Manuel Vicente Villarán y Alejandro Octavio Deustua, ambos con argumentos sólidos para defender y sustentar sus tesis acerca de cómo debería ser la educación en el Perú. Ciertamente no se trata de los dos únicos expertos que trataron el tema pero, sobre la base de sus influyentes formas de ver la educación y el mundo, Castro ejemplifica la tensión entre estas dos formas de pensar e incluye en su recuento las ideas de otros notables pensadores como Víctor Andrés Belaúnde, José de la Riva-Agüero, entre otros. Este primer tramo del siglo 20 es una época de cambios y transformaciones, que no solo afectan al Perú sino al mundo entero. Leyendo estas páginas uno advierte la enorme diferencia entre los pensadores de antes y los debates, pobres en ideas y en actitudes, de nuestros políticos y gestores educativos actuales. A partir de este tomo, el lector de la Colección Pensamiento Educativo Peruano comenzará a encontrar relaciones más directas con el estado de nuestra educación actual, ya que se trata de personajes e ideas más contemporáneas, que afectaron directamente al desarrollo -o retroceso- de lo que hoy tenemos como sistema educativo.

Colección Pensamiento Educativo Peruano

Tomo 8: Una educación para re-crear el país, 1905-1930 (275 págs.)

Autor: Augusto Castro Carpio

Estudio Introductorio

“En las primeras décadas del siglo XX nos encontramos en un nuevo escenario, signado por las transformaciones en el mundo y en América Latina. La Primera Guerra Mundial jugó un papel fundamental en esta transformación. Recordemos el declinar de Inglaterra como potencia mundial, el surgimiento de los Estados Unidos y la Revolución Bolchevique de 1917, por mencionar solo algunos acontecimientos importantes…” (pág. 3)

“Dentro de este contexto de cambios y transformaciones nacionales y globales, se produce el debate sobre la educación entre los seguidores de una corriente de pensamiento muy en boga en la época, el positivismo, y los que la combatieron, los llamados “espiritualistas”. Todos ellos plantearon una educaci´pn que sirviera para rehacer, para “re-crear” el país, como señalamos en el título de este volumen…” (págs. 3-4)

“En la obra de (Manuel Vicente) Villarán educar significa principalmente contar con un conocimeinto “real” de las cosas; es decir, un conocimiento práctico… Además, en su reflexión sobre el Perú, lamenta que no sea una nación de trabajadores… Otro tema importante es el relativo a la eficacia de la educación. Villarán observa que la mayoría de la enseñanza impartida no tiene resultados concretos…” (pág. 8)

“”No se trata ya, según nuestro autor, de educarse para que con ello podamos cubrir y resolver los problemas sociales y económicos e incluso vivir mejor, sino que el objetivo principal es el enriquecimiento industrial y material. Así, este nos educará, nos formará como nación y nos dará una cultura…” (pág. 13)

“En (Alejandro) Deustua existe coherencia entre su pensamiento filosófico y su propuesta educativa. La educación debe estar basada en una jerarquía de valores que señala en su visión filosófica… Deustua sostiene que cada valor tiene una importancia y debe ser reconocido. Ello implica reconocer que los valores están ordenados en un orden ascendente, que se inicia en lo económico y llega hasta lo estético…” (pág. 17)

“Nos queda claro que la propuesta educativa de Deustua no es estrictamente la visión tradicional de la educación clásica por sobre todas las demás. Por ello redefine el sentido de esta formación: su propuesta no es la de una educación religiosa, sino principalmente de una educación filosófica orientada por la sensibilidad estética, el arte y la belleza…” (pág. 23)

“Finalmente, frente a la pregunta sobre si el estado puede delegar a los particulares la función educadora que le corresponde, Deustua señala: “La respuesta es negativa. La educación del ciudadano debe hacerse por ciudadanos, que tengan en la forma de sentimiento patrio la concepción de los ideales nacionales”… Los motivos parta él son obvios, por cuanto la ciencia y la técnica no reconocen patria, “pero las disciplinas morales sí la tienen, porque siendo eminentemente subjetivas necesitan encarnarse en el alma nacional”…” (pág. 25-26)

“Francisco García Calderón estaba preocupado por la educación moral, pues de alguna manera fue discípulo de Deustua. Pero su interés se centró en la educación básica dada en el país y, en general, en América Latina. En este aspecto concuerda con Villarán. El motivo que lo conduce a pensar así es la esencia democrática de su pensamiento, que le exige esa visión integradora…” (pág. 33)

“Nos parece sumamente relevante que nuestro autor destaque el papel de la mujer y particularmente su esfuerzo en materia educacional. Lo reconoce con todas sus letras: “Ha habido esfuerzos para instruir a la mujer, sociedades fundadas con ese objetivo y aun esbozos de feminismo. Podríamos citar tres nombres: las señoras (Teresa González de) Fanning, (Juana Alarco de) Dammet y Dora Mayer”…” (págs. 33-34)

“Como uno de podrá dar cuenta, la perspectiva de (José de la) Riva-Agüero sobre el tema -que llama de la “instrucción pública” y no de la educación- es de suma importancia por su utilidad, su trascendencia y su necesaria y urgente difusión. Aquí se advierte con meridiana claridad la idea de “instrucción” como forma de transmitir determinados conocimientos y competencias…” (pág. 41-42)

“El fondo de verdad que reconoce (Víctor Andrés) Belaunde a Deustua es que la verdadera educación es la cívica y que esta debe impartirse en la escuela secundaria y principalmente en la universidad. Sin ese horizonte no hay educación posible, pues solo sería una simple instrucción…” (pág. 50)

“Belaunde observa que el esfuerzo por la educación, tanto en la República como en la Colonia. estuvo orientado por la perspectiva de asimilar a la población aborigen a la cultura hispánica, y concluye que eso no se ha logrado…” (pág. 53)

“Si uno de los objetivos del pensamiento educativo después de la posguerra con Chile fue plantear la necesidad de la educación popular frente a las posturas racistas de una seudociencia positivista que consideraba a los indígenas no aptos para ser educados, el sentido del debate pedagógico en las primeras décadas del siglo XX fue radicalmente diferente. Influido por la situación mundial, se orientó a una discusión más concreta y específica: ¿cómo y por dónde iniciar las tareas de la educación en el Perú? Ello, en definitiva, abrió una nueva discusión sobre la cuestión educativa: la diferencia entre educación e instrucción, particularmente…” (pág. 55)

Antología de textos (de pág. 60 a pág. 272)

  • Manuel Vicente Villarán, Las profesiones liberales en el Perú (1922)
  • Manuel Vicente Villarán, El factor económico en la educación nacional (1922)
  • Alejandro Deustua, Cultura general y técnica (1913)
  • Alejandro Deustua, El dualismo en el problema pedagógico (1913)
  • Alejandro Deustua, El deber pedagógico del Estado (1913)
  • Alejandro Deustua, Moralidad y educación (1913)
  • Alejandro Deustua, Carta dirigida al Dr. Manuel V. Villarán (1914)
  • Francisco García Calderón, Las fuerzas educativas (1907)
  • Francisco García Calderón, La educación y el medio (1913)
  • Francisco García Calderón, La biblioteca y la universidad (1954)
  • José de la Riva-Agüero, Idea de la peruanidad (1960)
  • José de la Riva-Agüero, Discurso en la Escuela de Bellas Artes (1934)
  • José de la Riva-Agüero, Clausura del año escolar en el Colegio Nacional de Mujeres (1934)
  • José de la Riva-Agüero, La Universidad Católica y el monopolio universitario (1930)
  • Víctor Andrés Belaunde, Nuestra ignorancia (1917)
  • Víctor Andrés Belaunde, La instrucción pública (1931)
  • Víctor Andrés Belaunde, La educación popular (1942)

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