Comprendiendo el Currículo: Principios Educativos-Inclusión

Comprendiendo el Currículo: Principios Educativos-InclusiónUno de los males más graves de la sociedad peruana es la discriminación. Sea por raza, condición social y económica, sexo, orientación sexual, religión o ideas políticas (en ese orden), esta reprobable actitud, que viene de mucho tiempo atrás, desde los tiempos de nuestros padres y abuelos (sin importar que edad tenga el lector) se impone como parte constitutiva de nuestra "forma de ser", a pesar de las campañas y esfuerzos de concientización que se realizan desde diversos frentes. La INCLUSIÓN es aun una tarea pendiente, y que sea uno de los principios educativos es una buena noticia pero también un reto enorme para los educadores.

La palabra "inclusión" se ha puesto de moda. Ocurrió durante el gobierno de Alejandro Toledo, que más allá de las últimas noticias, fue un hito histórico pues el presidente representaba, por lo menos externamente, a una raza largamente excluida, la indígena (que, paradójicamente, es el grupo racial mayoritario de nuestro querido Perú). Desde entonces hablar de inclusión se hizo obligatorio en todos los discursos políticos, aunque la publicidad y los medios de comunicación masiva han seguido validando comportamientos discriminatorios a través de sus modelos de éxitos y sus motivos de burla, con personajes que ridiculizan al andino o al afroperuano ante la vista y paciencia de todos nosotros.

Pero no solo la discriminación racial sigue estando entre nosotros, como un lastre del que no nos podemos deshacer. También pasa con la discriminación económica, también de larga data, según la cual el que más tiene (en cuestiones monetarias) tiene siempre todas las de ganar frente al menos favorecido. Además, como parte de una conformación social permanente, hay una relación directa entre ambos tipos de exclusión: los que más acceso tienen a la educación, al mercado laboral, a los medios de producción, eran siempre quienes pertenecían a grupos étnicos no andinos (costeños o serranos de tez más clara que el promedio).

Aunque eso ha cambiado ostensiblemente por la presencia de un nuevo tipo de ciudadano que, sin ser blanco, ha hecho firtuna a partir de su propio esfuerzo, ya sea de manera formal o informal, los comportamientos racistas y clasistas se siguen viendo en la interacción política, en el irrespeto y la ofensa a partir de hacer notar diferencias raciales y, sobre todo, en los sectores de entretenimiento y farándula, donde se siguen privilegiando patrones de atractivo y belleza exterior ajenos a las razas preponderantes en el país. 

Si a eso le sumamos la fuerte discriminación por sexo y orientación sexual (que tocaremos en el principios de la identidad o igualdad de género, vemos que el reto de establecer la inclusión como algo que trascienda el discurso y se convierta en una práctica normal entre los peruanos, se plantea como inmenso para la comunidad docente, que muchas veces es ella misma víctima de estos comportamientos exclusivos o excluyentes.

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