¿Cuánto beneficia al desarrollo cerebral aprender a tocar un instrumento musical?
En el sistema educativo de Finlandia, mencionado permanentemente como un ejemplo de lo que debe ser la educación pública, es un requisito para los maestros el saber tocar un instrumento musical. De la misma forma, en países de Europa como Inglaterra, Italia o Francia, existe el curso de música en la currícula como una de las materias más importantes. Recientes investigaciones han demostrado que dominar un instrumento musical -de cuerdas, viento o percusión- hace que el cerebro realice, en simultáneo, diversas funciones al máximo de su capacidad que permiten un desarrollo de la inteligencia superior al promedio, y aplicable a otras actividades. En este artículo, escrito por la especialista Anita Collins, se dan interesantes datos recogidos de dichas investigaciones científicas:
¿Sabías que cada vez que los músicos tocan sus instrumentos se desatan fuegos artificiales en sus cerebros? Por fuera, puede que parezcan calmados y concentrados, que leen la música y ejecutan los movimientos precisos y practicados requeridos. Pero dentro de sus cerebros hay una fiesta. ¿Cómo lo sabemos?
Bueno, en las últimas décadas, los neurocientíficos han dado pasos enormes en la comprensión del funcionamiento del cerebro, estudiándolo en tiempo real, con aparatos de Imágenes de Resonancia Magnética Funcional (IRMF)y Tomografías de Emisión de Positrones (TEP). Se conecta a las personas a estas máquinas, y al leer o resolver problemas matemáticos se activan las correspondientes partes del cerebro donde puede observarse actividad.
Cuando los investigadores pusieron a los pacientes a escuchar música vieron fuegos artificiales.
Se iluminaron múltiples zonas del cerebro a la vez, conforme procesaban el sonido, lo separaban para entender los elementos como la melodía y el ritmo, y luego los unificaban nuevamente en una experiencia musical. Nuestros cerebros hacen todo esto en una fracción de segundo entre que escuchamos la música y empezamos a seguir el ritmo con los pies.
Pero cuando los científicos pasaron de observar los cerebros de quienes escuchaban música a quienes la tocaban los pequeños fuegos artificiales se convirtieron en un jubileo. Resulta que si bien escuchar música hace participar al cerebro en algunas actividades muy interesantes, tocar música equivale para el cerebro a una actividad física completa. Los neurocientíficos vieron encenderse múltiples zonas del cerebro que procesan diferente información en simultáneo en secuencias intrincadas, interrelacionadas, asombrosamente rápidas.
Pero ¿qué aspecto de la música enciende al cerebro? La investigación es todavía muy prematura, pero los neurocientíficos tienen cierta idea.
Tocar un instrumento musical activa prácticamente todo el cerebro a la vez, en especial las cortezas visuales, auditivas y motrices. Y como con cualquier otro ejercicio, la práctica disciplinada y estructurada de la música fortalece las funciones cerebrales, permitiéndonos aplicar esa fuerza a otras actividades.
La diferencia más obvia entre escuchar música y tocarla es que tocar música requiere motricidad fina, que se controla desde ambos hemisferios del cerebro. También combina la precisión lingüística y matemática, para la que el hemisferio izquierdo está más desarrollado, con el contenido nuevo y creativo en lo que sobresale el hemisferio derecho.
Por estas razones, se ha encontrado que tocar música aumenta el volumen y la actividad en el cuerpo calloso del cerebro, el puente entre los dos hemisferios, permitiendo que los mensajes lleguen más rápido a través de vías más diversas. Esto podría permitirle a los músicos resolver problemas de manera más eficaz y creativa, en contextos académicos y sociales.
Dado que hacer música implica también elaborar y comprender su mensaje y contenido emocional, los músicos a menudo tienen niveles más altos de funciones ejecutivas, una categoría de tareas interrelacionadas que abarca planificación, formulación de estrategias y atención al detalle y requiere análisis simultáneo de los aspectos cognitivos y emocionales.
Esta actividad también tiene un impacto en el funcionamiento de la memoria. De hecho, los músicos presentan funciones realzadas de memoria: crean, almacenan y recuperan recuerdos mucho más rápida y eficientemente. Hay estudios que encontraron que los músicos parecen usar sus cerebros altamente conectados para ponerle a cada recuerdo varias etiquetas: una etiqueta conceptual, una emocional, una de audio, una de contexto, como un buen motor de búsqueda de internet.
¿Cómo sabemos que esos beneficios son distintivos de la música y no de, digamos, los deportes o la pintura? ¿Podría ser que las personas que se dedican a la música ya fuesen más inteligentes de por sí?
Los neurocientíficos han explorado estos temas, pero hasta ahora han hallado que los aspectos artísticos y estéticos de aprender a tocar un instrumento musical difieren de cualquier otra actividad estudiada, incluyendo otras artes.
Y varios estudios aleatorios de los participantes, que mostraron los mismos niveles de la función cognitiva y el procesamiento neural en el inicio, hallaron que quienes fueron expuestos a un período de aprendizaje musical presentaban mejoras en múltiples zonas del cerebro, en comparación con los otros.
Esta investigación reciente sobre los beneficios mentales de tocar música nos ha permitido comprender mejor la función mental, revelando los ritmos internos y la interacción compleja que componen la orquesta increíble de nuestro cerebro. Desarrollo cerebral:
Ver el vídeo aquí
http://www.musicaantigua.com/los-beneficios-de-tocar-un-instrumento-sorprendente/
http://www.peques.com.mx/beneficios_de_tocar_un_instrumento_musical.htm
Muy bueno el artículo….
ENTOMCES PORQUE EL ESTADO PERUANO NO IMPULSA NO LE PONE INTERES A LA MUSICA EN TODOS LOS COLEGIOS LE INTERESA UN PEPINO QUE LOS NIÑOS PERUANOS SE DESARROLLEN
Estimado profesor Díaz Cabrera, buenos días:
Una de las carencias de nuestro sistema educativo es, precisamente, la ausencia de cursos que estimulen el interés de los niños por las artes, particularmente por la música. Está demostrado que el solo hecho de escuchar música activa nuestro desarrollo cerebral -y no nos referimos precisamente a lo que se difunde en las radios o programas de televisión- cuanto más si se dedicara tiempo y recursos a detectar y apoyar a aquellos alumnos con talento para la interpretación y composición musical.
Definitivamente es una tarea pendiente para quienes organizan las currículas y determinan qué y cómo aprenden nuestros niños y adolescentes.
Saludos cordiales,
Oficina de Imagen Institucional
Derrama Magisterial