Curiosidades: La fascinante historia del mensaje en la botella
¿Alguna vez les han contado a sus alumnos la historia detrás de estos mensajes que durante décadas, recorren el mundo en una frágil botella de vidrio, empujados por las caprichosas e impredecibles corrientes marinas? Los mensajes en botella han sido materia de un sinnúmero de relatos, algunos románticos y otros de naufragios. Desde secretos de amor hasta pedidos de auxilio, las botellas navegantes son todo un enigma aun en estos tiempos. Recientemente, un pescador escocés llamado Andrew Leaper encontró, en las islas Shetland, un mensaje en una botella lanzada al mar hace 98 años, en 1914. Hasta el momento es la botella más antigua encontrada, según el Libro de Record Guinness.
Desde la antigüedad se utilizaron botellas selladas para conocer el comportamiento de las corrientes marinas. En el año 310 a.C., el filósofo griego Teofrasto echó al mar botellas para demostrar que el Mar Mediterráneo estaba formado por corrientes del Océano Atlántico. A fines del siglo XVIII, Chunosuke Matsuyama, un busca tesoros japonés, naufragó en una isla del Pacífico Sur. Talló un mensaje en un pedazo de madera y lo lanzó a la deriva. Fue hallado en 1935 en la villa japonesa donde nació Matsuyama. Actualmente, las botellas a la deriva siguen siendo utilizadas por los oceanógrafos que estudian las corrientes globales.
Es imposible predecir la dirección de una botella. En una ocasión, se hizo un experimento lanzando dos botellas a la vez en las costas de Brasil. Una de ellas apareció en una playa de África, mientras que la otra arribó a las costas de Nicaragua. Como es lógico, las corrientes marinas son el factor determinante para ello.
Se cree que el viaje más largo de una botella fue una a la que se llamó “El Holandés Errante”. Fue lanzada por primera vez en una expedición de científicos alemanes en 1929 en el sur del Océano Índico. En el interior había un mensaje que se podía leer sin romper la botella, en el cual se solicitaba a quien la encontrara que avisara a las autoridades y luego la volviera a lanzar al mar.
Primero arribó a las costas de América del Sur. Allí se encontró, se informó del hallazgo y fue arrojada de nuevo. Posteriormente se trasladó hacia el Atlántico, luego fue a parar Océano Índico, pasando por más o menos el lugar donde se había lanzado, y volvió a aparecer en las costas de Australia en 1935. En total fueron 2 años los que invirtió en hacer su “periplo”.
En 1953 una botella fue hallada en Tasmania y una señora reconoció la letra de su hijo que había muerto poco después de lanzarla al agua 35 años antes, cerca de Francia.
Paulina y Ake Viking se casaron en el otoño de 1958, gracias a una de estas botellas. Dos años antes Ake, un joven marinero nacido en Suecia, había lanzado una botella con un mensaje pidiendo a cualquier chica que la encontrara que le escribiera un mensaje de vuelta. El padre de Paulina, un pescador italiano, continuó con lo que pensaba que era una broma y se la dio a su hija para que esta regresara la botella con un mensaje de vuelta. Ella lo hizo y después de conocerse en Sicilia, al poco tiempo se casaron.
Ohh una super hustoria para compartir con los alumnos