Día Mundial de la Población: 11 de julio
¿Por qué se celebra un “día mundial de la población”? Por varios motivos, entre ellos el de reflexionar la importancia que tiene para gobiernos y autoridades atender las necesidades básicas de cientos de miles de personas que, por diversos motivos, no han logrado insertarse en un aparato económico que les permita vivir con dignidad. La población, a nivel mundial, está atravesando una serie de problemáticas producto de la explosión demográfica, los cambios climáticos, la tecnología que altera y modifica diariamente las relaciones humanas y muchas otras variables que exigen ser miradas con responsabilidad y proyección hacia el futuro para evitar que se conviertan en riesgos para la supervivencia de la humanidad.
“La población no solo es cuestión de números. Es una cuestión de seres humanos, una cuestión de individuos, una cuestión de cada uno de nosotros. Se trata de que cada mujer y cada hombre sean capaces de tomar decisiones libres, informadas y en igualdad, incluyendo el tamaño de su familia y el espaciamiento entre sus hijos. Se trata de que cada hombre y cada mujer sean capaces de mantener a los hijos que eligieron tener, de asegurar su bienestar y de darles una vida digna. Se trata de libertad individual, de derechos humanos y de desarrollo sostenible para todos”, dijo alguna vez Kofi Annan, quien fuera secretario general de la Organización de las Naciones Unidas en 1999. Ese año, la población mundial llegó a los 6,000 millones de habitantes.
El censo mundial más reciente se realizó en el 2017 y arrojó una cifra impactante: 7,545 millones de personas habitan el planeta. Esto significa que, en una década, la población mundial se ha incrementado en un millón de seres humanos. Y no todos tienen acceso a los servicios básicos elementales necesarios para una vida digna. Es más, la inmensa mayoría vive apenas superando la línea de la pobreza, un indicador que tiene más de económico que de humanista, pero que sirve como un barómetro para entender las enormes brechas que existen entre ricos y pobres en el mundo entero.
La sobrepoblación no es un fenómeno moderno. Desde la llamada “revolución sexual” de los años sesenta hasta ahora –es decir en los últimos 50 años- las tasas de nacimiento en Occidente se dispararon mientras que zonas como India o el África subsahariana, la extrema pobreza nunca ha sido impedimento para que haya grandes cantidades de nacimientos anuales. La falta de consensos acerca de cómo debe implementarse el control de la natalidad en diversas culturas y sociedades es una problemática tan vigente como el auge de la tecnología y las redes sociales.
Esta situación nos pone delante de una serie de realidades que no estamos afrontando adecuadamente: el consumo de recursos no renovables, la depredación de bosques, la contaminación. El uso indiscriminado de plástico y otros agentes contaminantes (baterías, teléfonos celulares, etc.) se mantiene en continuo ascenso, causando efectos cada vez más notorios en el clima, con alteraciones irreversibles. El Día Mundial de la Población es importante para reflexionar sobre estos temas pero también está llegando la hora que, desde las aulas, pasemos a una etapa siguiente, pasar de la reflexión pasiva a la actitud comprometida con el cambio, hacia una solución viable para bien de las generaciones futuras.
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