Facebook cumple nueve años entre nosotros
Hace casi una década, un joven estudiante neoyorquino creó, casi como jugando, una especie de diario en línea para interactuar con sus amigos de la facultad de Computación de la prestigiosa Universidad de Harvard. Luego, al ver la acogida de este espacio virtual, se abrió primero a otras universidades y después, al público en general. Actualmente, Facebook Inc. – la empresa que su creador, Mark Zuckerberg, fundó junto a cuatro compañeros de clase – es todo un imperio de las comunicaciones y su red social, la ahora imprescindible Facebook, tiene más de mil millones de usuarios en todo el mundo.
Zuckerberg, de 28 años de edad, es hoy uno de los mayores multimillonarios jóvenes de todos los tiempos y ha sido considerado una de las personas más influyentes de la historia por la revista Time. Facebook, cuyo uso es básicamente para entretenimiento e interacción social, ha diversificado su plataforma de servicios, llegando a revolucionar el mundo de la publicidad, el comercio online y hasta las movilizaciones sociales, como lo que ocurrió en Egipto hace dos años, cuando miles de personas salieron a las calles y plazas de sus principales ciudades para exigir la salida del dictador Hosni Mubarak.
Paralelamente a todas estas aparentemente innegables virtudes, Facebook posee ciertas características que constituyen un riesgo puesto que, debido a su fácil acceso y su ilimitada capacidad de recepción de usuarios, es un peligro en manos equivocadas, por ejemplo, los niños y menores de edad. La dinámica de Facebook ha generado una nueva forma de interacción social a distancia, según la cual cualquier persona puede decirle a su entorno dónde, cuándo y con quién estuvo, está o estará – inclusive con coordenadas exactas, mediante aplicaciones GPS – lo cual es caldo de cultivo para seguimientos, secuestros, acosos sexuales y otros múltiples peligros.
Todo esto a pesar de que la programación del Facebook permite la aplicación de filtros de privacidad para evitar que personas extrañas, tanto al círculo familiar, amical, laboral como al grupo de edad o interés de los usuarios, tengan acceso a la información que cada uno publica de manera voluntaria y haga uso inescrupuloso de la misma. Esta situación, que se torna incontrolable debido al grado de especialización de programadores que saben cómo sortear los filtros del Facebook, ha ocasionado que en países como la República Popular de China, Irán, Siria, Cuba (entre otros); restrinjan o prohiban el acceso a esta famosa página de Internet.
Sin embargo, hay experiencias y usos positivos del Facebook que, debidamente difundidas y aplicadas, pueden convertirse en pautas de acción a seguir para combatir, con criterio e inteligencia, a aquellos malos elementos que distorsionan las bondades del invento de Zuckerberg, sin duda uno de los logros cibernéticos más sorprendentes de los últimos años.
Por ejemplo, la posibilidad de abrir los llamados “Grupos de Facebook”, comunidades de personas con intereses comunes, ha sido aplicada por algunos maestros de escuela que, previa capacitación en las medidas de seguridad y privacidad con las que cuenta esta red social, envían a sus alumnos avisos para que no se olviden de sus tareas, las fechas de sus exámenes, información relevante para sus materias, saludos por cumpleaños, etc.
En ese sentido, Facebook podría convertirse – a pesar de los riesgos no solo de esta red social sino de la Internet en general – en una herramienta de enorme utilidad, a disposición de los docentes (hablamos de los buenos docentes, desde luego), para combatir las malas influencias de la televisión y la farándula, las pérdidas de tiempo de los videojuegos o el Facebook mal utilizado, el bullying y otras formas de violencia o acoso, como podemos ver en este caso producido en una escuela pública de Córdoba (Argentina).
http://www.youtube.com/watch?v=LJW4Q4UcImk
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