Frases mal construidas: «Parece que me quiero resfriar»
Nada más incómodo que resfriarse en pleno verano. Y aunque a simple vista son cosas incompatibles, en realidad es más común de lo que parece ya que, al aumentar las temperaturas, aumentan también el consumo de bebidas heladas, las ropas ligeras y frescas y el andar lo más desabrigados que sea posible para sofocar, por lo menos en algo, el intenso calor en casas, oficinas y establecimientos donde hay aglomeraciones de público. Este tema también contribuye a la potencial enfermedad de los resfríos y las fiebres, ya que en medio de un ambiente cargado es más fácil ser atacados por algún impertinente virus que iniciará el lento y penoso proceso de instalarse en nuestro organismo generándonos malestares y necesidad de reposo. Como todos sabemos, una de las primeras señales de que el resfrío común nos acecha es el estornudo, esta reacción involuntaria y, a veces, repentina y ruidosa, a través de la cual nuestro sistema elimina gérmenes en señal de advertencia por la sobre estimulación de nuestras glándulas pituitarias. En más de una ocasión hemos escuchado, sin dudarlo, a alguien decir, inmediatamente después de lanzar un sonoro estornudo, la frase que encabeza este post: «Parece que me quiero resfriar». Esta frase, de uso coloquial y aparentemente inocua, ha sido motivo de un interesante y divertido análisis semántico por el uso erróneo de un verbo -«querer»- asociado a contraer una enfermedad, algo que por lo general nadie quiere. Veamos la nota, extraída del blog Quiero Hablar:
Algo me dice que estamos ante una construcción bárbara, aunque de uso bastante común. Pero además de lo absurdo que puede ser – si uno lo piensa detenidamente – el declarar tener deseos o ganas de resfriarse («me quiero resfriar»), tomando en cuenta únicamente las palabras que estamos pronunciando y no la actitud que asumimos al hacerlo – de decaimiento o de preocupación ante la cercanía del bendito resfrío – está el hecho concreto de estar extendiendo el uso erróneo de la combinación de dos verbos («querer» y «resfriar») que tergiversa el sentido de lo que estamos diciendo.
No tengo la certeza lingüística de si es incorrecto o no, se trata simplemente de una conjetura, pero si volteo la frase y en lugar de decir «me quiero resfriar» digo «quiero resfriarme» (osea usar el pronombre «me» en su forma enclítica, es decir, siguiendo al verbo y no antecediéndolo, en cuyo caso sería en forma proclítica) el absurdo se acentúa. En todo caso, podría reemplazar la frase para expresar mi preocupación con alguna otra que represente con mayor coherencia mi estado de ánimo: «parece que me voy a resfriar», «siento que me voy a resfriar» o algo así.
ESTOY DE ACUERDO CON TU CONJETURA, EXISTEN FRASES QUE INVOLUNTARIAMENTE HABLAMOS, SI NOS PONEMOS A CONTRASTAR CON LA LINGUISTICA, NOS SORPRENDERÍAMOS CUANTOS ERRORES COMETEMOS EN NUESTRO VIVIR DIARIO, ME QUEDO CON LA FRASE «SIENTO QUE ME VOY A RESFRIAR»