Grandes Maestros de la Humanidad: Federico Fellini (1920-1993)

Federico FelliniLas películas de Federico Fellini están entre las mejores de la historia del séptimo arte. En esta época, dominada por los largometrajes sobrecargados de efectos especiales, superhéroes fantásticos, animación por computadora y disfuerzos románticos pensados para hacer volar las cajas registradoras y taquillas, sus historias bizarras, personajes grotescos y estilo que va de lo neorrealista a lo psicológico, son vistas como tesoros de un arte, actualmente privilegia el efectismo comercial por sobre el desarrollo narrativo en imágenes. Títulos como La strada (El camino, 1954), La dolce vita (La dulce vida, 1960), Otto e mezzo (Ocho y medio, 1963), Amarcord (1974), entre otros, son clásicos, no solo del cine italiano sino mundial, y Fellini es mencionado por grandes directores contemporáneos -Tim Burton, David Lynch, entre otros- como una de sus mayores influencias. Fellini tuvo una personalidad compleja, asociado a tendencias políticas controvertidas y lecturas de los primeros exponentes del psicoanálisis (como Sigmund Freud o Carl Jung), que permanentemente eran trasladadas a sus guiones y desarrollos fílmicos, en algunos casos considerados oscuros y adelantados a su tiempo. Recordemos a este maestro del arte cinematográfico.

Federico Fellini nació en Rímini (Italia), el 20 de enero de 1920, hijo de Ida Barbiani, romana, y de Urbano, representante comercial originario de Gambettola. Mientras cursaba los estudios de Bachillerato, el futuro director comienza a ser conocido como caricaturista; de hecho, para promover las películas, el gestor del cine Fulgor le encarga los retratos de famosos.

A partir de los primeros meses de 1938 empezó a a colaborar con el periódico La Domenica del Corriere, que publicó algunas viñetas suyas, y con la revista humorística florentina 420. En 1939 se trasladó a Roma, bajo el pretexto de matricularse en Derecho. En aquel período trabajó en la redacción de Marc’Aurelio, una famosa revista satírica, adquiriendo cierta notoriedad gracias a centenares de trabajos que publicó firmados por él mismo.

Empezó a relacionarse con ambientes de ligados al mundo de los espectáculos de variedades, escribiendo monólogos para el cómico Aldo Fabrizi, y colaboró para programas radiofónicos donde conoció a la joven actriz de teatro Giulietta Masina (1921-1994), con quien se casó el 30 de octubre de 1943. El único hijo, fruto de esta boda, falleció un mes después de su nacimiento.

Al redactar los argumentos y diálogos de las películas de Fabrizi y de otros, el director de Rímini muy pronto se hizo de un nombre como guionista. Junto con Roberto Rossellini, quien se convirtió en su íntimo amigo, trabajó en Roma città aperta (Roma, ciudad abierta, 1945) e inmediatamente después en Paisá (1946).

Optó por unirse al comediógrafo Tullio Pinelli, con el que trabajará permanentemente. Juntos, llegaron a ser dos de los guionistas más solicitados, y trabajaron para diferentes directores de cine como Pietro Germi y Alberto Lattuada.

En 1950 Fellini se estrenó como director; primero dirigió, junto con Alberto Lattuada, la película Luci del varietà (Luces de variedades), que ambos autoprodujeron pero de la cual salieron llenos de deudas. Se llevó un chasco también con su primera película Lo sceicco bianco (El jeque blanco, 1952), pero el éxito llegó con I vitelloni (Los inútiles, 1953), que le valió un León de Plata en Venecia. Los años siguientes estuvieron plagados de triunfos como La strada (El camino, 1954), protagonizada por su esposa Giulietta Masina, con la que consiguió su primer Oscar a Mejor Película Extranjera. Fellini fue el director más asociado a los históricos estudios Cinecittà.

De su filmografía, que consta de más de 20 títulos, podemos destacar las siguientes: Le notti di Cabiria (Las noches de Cabiria, 1957, Oscar a Mejor Película Extranjera), La dolce vita (La dulce vida, 1960, Palma de Oro en el Festival de Cannes), Otto e mezzo (Ocho y medio, 1963, Oscar a Mejor Película Extranjera y Mejor Vestuario), Satiricón (1969), Amarcord (1973, cuarto Oscar a Mejor Película Extranjera), Il Casanova de Federico Fellini (El Casanova de Federico Fellini, 1976), Proba d’orchestra (Ensayo de orquesta, 1978), Ginger y Fred (1985), Intervista (Entrevista, 1987, premio por los cuarenta años del Festival de Cannes y gran premio del Festival de Moscú), La voce della luna (La voz de la luna, 1990).

La carrera de Fellini está llena de homenajes y reconocimientos, como La Legión de Honor (1984) y el Praemium Imperiale que otorga el emperador de Japón (1990). Fellini representa uno de los directores de cine que recibió más Premios Óscar, en concreto, cinco. El último, en homenaje a su carrera, lo recibió en 1993 pocos meses antes de su fallecimiento, que tuvo lugar el 31 de octubre en Roma causando gran conmoción en todo el mundo.

Fuente: www.federicofellini.it

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