Grandes Personajes de la Historia: Dalai Lama
Dalai Lama -que significa “océano de sabiduría”: “dalai” es “”océano” en mongol y “lama” es “maestro espiritual” en tibetano- es la máxima autoridad espiritual del Tíbet, región autónoma de la República Popular China, ubicada al suroeste del gigantesco país asiático. Un Dalai Lama es lo que conocemos los cultileídos como “gurú”, término que proviene del credo hinduísta pero que también se aplica para este maestro espiritual budista, de cuya ancestral historia solo conocemos una muy pequeña parte, representada por el auge mediático que ha tenido desde los años 50s el actual Dalai Lama, el décimo cuarto desde 1391 en que se designó al primero de ellos, Gendun Drup. El Dalai Lama de la era moderna inició su mandato espiritual en 1940, apenas a los 5 años de edad. Pero aprendamos algo más de la biografía de este extraordinario personaje en la siguiente nota:
El Dalai Lama, líder espiritual del Tíbet, es considerado toda una autoridad en lo que se refiere a la resistencia pacífica para alcanzar el objetivo de la independencia del territorio que lo vio nacer. La República Comunista de China ha aplicado, desde 1950, una intolerante política expansionista con el Tíbet, esta situación ha causado que muchísimos seres humanos hayan tenido que desplazarse hacia lugares como Nepal, India y Bután a fin de poder vivir de acuerdo a su filosofía y espiritualidad. Desde entonces, la Administración Central Tibetana se ha encontrado en el exilio y el Dalai Lama ha sido el encargado de unir a los tibetanos que viven fuera del Tíbet y que en su mayoría profesan la fe Budista.
El actual Dalai Lama nació el 6 de julio de 1935 en Amdo, al este de Tíbet, bajo el nombre de Lhamo Dondhup, aunque su nombre verdadero es Tenzin Gyatso (nombre completo: Jetsun Jamphel Ngawang Lobsang Yeshe Tenzin Gyatso). A los cuatro años se ordenó como monje Budista y se le entronizó como décimo cuarto Dalai Lama. Cuando contaba con cinco años, fue considerado la encarnación del fallecido décimo tercer Dalai Lama y, acto seguido, se le proclamó oficialmente líder espiritual en el Palacio de Potala en la capital del Tíbet.
Cuando el Dalai Lama contaba con 24 años, y después de haber realizado viajes tanto a la India, para pedir apoyo, como a China para tratar de llegar a algún acuerdo con el gobierno de Mao-Tse Tung, China invadió totalmente el Tibet, enviando al exilio y a prisión a miles de tibetanos que opusieron resistencia al abuso cometido por el ejército. Desde entonces, el Dalai Lama pasó a ser el jefe del gobierno tibetano en exilio.
A manera de hacer escuchar su voz y con el objetivo de que su patria no fuera olvidada, el Dalai Lama se exilió en 1959 en la India, después de haber cruzado los montes Himalayas a pie, con un contingente de ochenta mil tibetanos budistas que lo acompañaron en su travesía. La finalidad de su exilio era seguir denunciando la barbarie de la represión China en su país y conseguir de esta forma una coalición internacional que los hiciera retroceder en sus propósitos invasores.
Hacia 1963, y después de algunos intentos, el Tíbet consiguió tener su primera constitución política, basada en los principios de la democracia y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un logro que, sin la gestión eficaz y de constante apoyo espiritual del Dalai Lama, no hubiera podido llegar a ser realidad.
En 1989 se le concedió el Premio Nobel de la Paz por su indesmayable lucha en pro de los derechos de sus connacionales. La fundación sueca de Alfred Nobel le otorgó el premio con el siguiente título: Resistencia constante al uso de la violencia en la lucha de su gente para recuperar la libertad dando a conocer su punto de vista con respecto al conflicto del Tíbet y la situación de su país. Actualmente, el Dalai Lama es miembro del Comité de Honor de la coordinación internacional para el decenio sin violencia lleno de paz.
En el 2011, el Dalai Lama renunció a todos los cargos políticos que asumió en 1959. La razón de su renuncia fue originada por el deseo de concentrarse solo en sus funciones de líder espiritual y religioso, situación que no le ha impedido seguir denunciando los maltratos a los que ha sido sometido el pueblo tibetano desde hace sesenta y cuatro años.
No hace falta mucha memoria ni demasiada reflexión para darnos cuenta que en un siglo como el pasado siglo XX, en los que ascendieron y luego cayeron personajes como Mussolini, Hitler, Stalin, Pinochet, Videla, Pol Pot, Idi Amin y muchos otros nefastos líderes, la trayectoria del Dalai Lama genera un halo de esperanza y luz para las poblaciones que sufren a causa de las guerras y conflictos producto de la intransigencia y la ambición desmedida. La lección de tolerancia y lucha pacífica del Dalai Lama tiene mucho valor considerando que, lamentablemente aun en este siglo XXI, persisten las olas de refugiados, exiliados políticos, confrontaciones bélicas y masacres que denigran la condición humana.
Lamentablemente los países con tendencias expansionistas son tiranos y abusivos. La historia nos demuestra que el líder de los chinos Mao-Tse Tung (con muchos seguidores en américa) no tuvo piedad con los tibetanos, pueblo sabio y pacífico.