Grandes Personajes de la Humanidad: Confucio (551aC-479aC)
Hace algunos años, una aspirante a “reina de belleza” -uno de los símbolos más potentes de la vacuidad de nuestra modernidad- se hizo tristemente famosa a nivel mundial al responder que Confucio era “un chino japonés que inventó la confusión”. Se estaba refiriendo a una de las personalidades espirituales y políticas más importantes de la era ancestral de la Humanidad, fundador del Confucionismo, llamado también Confucianismo, una de las doctrinas religiosas y filosóficas con más seguidores en el mundo. Aunque no se maneja una cifra exacta de cuántas personas practican esta religión, solo en China se cuentan por millones. Con el paso de los siglos, los confucionistas se han mantenido fieles a las enseñanzas de este personaje, contenidas en los cinco libros clásicos del Confucionismo: I Ching (Libro de las mutaciones), Shih Ching (Libro de las odas), Shu Ching (Libro de la historia), Li Chi (Libro de los ritos), Ch´un-Ch´iu (Anales de primavera y otoño), de antigüedad trazada hasta el siglo segundo antes de Cristo o su versión resumida en cuatro tomos, que presumiblemente fue publicada por primera vez en 1190. Recordemos la vida de Confucio:
Confucio fue un filósofo y pensador nacido en el pueblo de Qufu, dentro del Estado Lu, al norte de China, el año 551 a.C. El pensamiento de Confucio ha dado lugar a todo una cosmovisión conocida como Confucionismo. Confucio fue llamado Kung el Sabio (Kung-Fu-Tsu), de donde muy probablemente se deriva el nombre en español que todos conocemos.
La familia de Confucio, cuyo nombre significa Maestro Kong, perteneció a la nobleza de ese entonces. Confucio contrajo matrimonio siendo aún muy joven, a los 19 años. Producto de esta unión, el futuro pensador tuvo un hijo y dos hijas. En su juventud, Confucio trabajó como empleado del jefe del distrito donde vivía. Con el paso del tiempo, la magnitud y profundidad de sus ideas hicieron de él un maestro y debido a que la cantidad de discípulos que lo seguía creció, emprendió sendos viajes en China a fin de instruir a sus discípulos.
No pasó mucho tiempo antes de que, en su tiempo, Confucio fuera reconocido como un hombre sabio por la gente. Su pensamiento fue dado a conocer en Europa por el jesuita Mateo Ricci, de quien se piensa fue el primero en latinizar su nombre y pronunciarlo como Confucio.
Existen muchas divergencias entre el pensamiento del Confucionismo y la mística, preceptos y creencias de las distintas religiones. La esencia de la enseñanza de Confucio se propone como una base de pensamiento pragmático, un sistema de elucubración de ideas orientado hacia la vida y destinado a construir un ser humano cada vez más perfecto. A diferencia de la creencia dentro del mundo cristiano de raíces en el Nuevo Testamento, el objetivo del Confucionismo no es la salvación, sino la sabiduría y el autoconocimiento.
Confucio se esmeró en la enseñanza a sus alumnos, sobre todo de los clásicos antiguos de la literatura china. Cuando contaba 50 años de edad fue nombrado magistrado de Zhongdu, y un año después llegó a ser ministro del crimen de Lu. Durante la época en que ejerció este cargo político, la justicia fue administrada con imparcialidad y el crimen fue erradicado casi en tu totalidad. Hacia el año 496aC, Confucio dejó el cargo político que había ejercido de manera eficaz hasta ese momento y se dedicó a viajar por diferentes territorios impartiendo clases en las que dejaba ver su perspectiva de la vida narrando sus experiencias. En el 484aC, después de que su afán de búsqueda de un buen gobernante no tuviera los resultados que él esperaba, volvió por última vez a Lu.
Aunque es muy amplia, la doctrina de Confucio puede ser resumida de la siguiente manera:
- Amar al pueblo y hacer el mejor esfuerzo por renovarlo constantemente y proveerlo de los medios necesarios para la vida del día a día
- Servir al gobernante a fin de que este pueda impartir justicia y proveer al pueblo de la fuente inspiradora de la vida
- Cultivar los talentos personales y hacer el mejor esfuerzo por tender hacia la perfección
- Tanto en la vida privada como en la pública, tener siempre en cuenta el sendero que nos lleva hacia valores superiores
- Tener en cuenta las principales clases de inclinación de la raza humana: las que proceden de la carne y ciegan al individuo y las que pertenecen al reino de la razón y por lo tanto son más sutiles
- Tener siempre como máximo valor la paz universal y la armonía con todos
Confucio murió en el año 479aC y fue enterrado en una tumba en Qufu, Shandong. Lamentablemente Confucio no dejó nada escrito con respecto a sus pensamientos y su magnífica filosofía. Sus enseñanzas fueron transmitidas de manera oral a través de sus discípulos y siguen actuando como preceptos para quienes desean llevar una vida plena, armoniosa, llena de paz y bienestar.
me inspira y sobre todo que vivió antes de cristo, es sin duda una filosofía de vida admirable y llamativa.
Confucio nos inspira a continuar trabajando con tesón y honestidad. Como maestros y/o directivos debemos transmitir estas grandes enseñanzas a nuestros estudiantes y hacer de cada día un mañana mejor.