In Memoriam: Mario Bunge (1919-2020), el filósofo de la ciencia

Aun cuando sus ensayos y artículos, publicados en centenares de revistas y diarios en varios idiomas, se centraban en el desarrollo científico desde el punto de vista filosófico, sus escritos han sido lectura obligada de varias generaciones de estudiantes universitarios de carreras ligadas a las humanidades, en especial relacionadas a la filosofía, las comunicaciones y el análisis crítico del desarrollo cultural del mundo. Mario Bunge alcanzó la venerable edad de 100 años (cumplía 101 en septiembre de este año) gracias a lo que consideraba una combinación de “buena salud, un buen estilo de vida y mucha suerte”. Falleció el miércoles 25, en Montreal. Que en paz descanse.

 

El científico y filósofo argentino Mario Bunge ha muerto esta noche en un hospital de Montreal, ciudad en la que residía desde 1966. Bunge es uno de los científicos hispanohablantes más citados de la historia y acababa de cumplir 100 años el pasado septiembre. Ha publicado medio millar de artículos y más de un centenar de libros, y fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de Humanidades y Comunicación en 1982 por la influencia internacional de su filosofía. La familia no realizará ningún tipo de ceremonia, como era deseo del propio científico.

Mario Bunge nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1919. Fue profesor de Física Teórica y Filosofía, primero en la Universidad de La Plata y luego en la Universidad de Buenos Aires. En la actualidad era profesor de Lógica y Metafísica en la Universidad McGill (en Montreal), donde impartía clase desde 1966.Su libro más conocido es La ciencia, su método y su filosofía, publicado en 1960, en el que explica las bases del método científico, pero ha escrito docenas de libros más sobre filosofía de la ciencia y epistemología, y también sobre física teórica, psicología, matemáticas y ontología, entre ellos los ocho volúmenes de su Tratado de filosofía básica.

Bunge reflexionaba sobre el valor de la ciencia y la importancia que tiene realizar inversiones sostenidas en ella. "No sabemos medir la velocidad de la ciencia, pero lo que sí sabemos es que los recortes a los gastos científicos equivalen a recortes del cerebro y benefician solo a los políticos que medran con la ignorancia". Además, se mostraba especialmente preocupado por el estado de la filosofía: "La filosofía está pasando por un mal trance, porque no hay pensamiento original, casi todos los profesores de filosofía lo que hacen es comentar a los filósofos del pasado, no abordan problemas nuevos, como el de los problemas inversos".

Bunge fue maestro e inspiración de toda una generación de científicos hispanohablantes. "La humanidad del profesor Bunge", escribía el neurocientífico Ignacio Morgado con motivo de su 100 aniversario, "se refleja en su ideología social, en la dimensión moral de su pensamiento y en sus reivindicaciones de la justicia, la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, la democracia económica y la racionalidad".

Bunge estaba casado con la matemática italiana Marta Cavallo y tenía cuatro hijos, todos ellos profesores universitarios (su hija Silvia es una reconocida neurocientífica), 10 nietos y otros tantos bisnietos. En una de sus últimas entrevistas con EL PAÍS reflexionaba sobre la longevidad: "Mientras residí en mi patria no imaginé que alcanzaría a cumplir un siglo, o siquiera a dormir una noche entera, porque allá la vida dependía de la policía. Aquí [en Canadá], donde no temo a los policíacos, no se piensa lúgubremente. Pero sabemos que la longevidad, aunque depende del estilo de vida, también depende de la suerte. Yo he tenido mucha buena suerte".

Texto extraído y adaptado de El País.com (publicado miércoles 25-2-2020)

 

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