Julio Verne: Cuando la fantasía se convierte en realidad
Pocos casos como el de Julio Verne calzan en el concepto de «adivino», del que hoy muchos charlatanes se apropian para validar sus delirios y engaños. El escritor francés, cuya imaginación lo convirtió en el principal hacedor de historias fantásticas que han sido disfrutadas por generaciones de niños y adultos a lo largo de los años, falleció el 24 de marzo de 1905, hace exactamente 109 años, y su legado ha sido fuente de inspiración para inventores y científicos que, en todo ese tiempo, han plasmado en la realidad algunas de sus visionarias creaciones de literatura infantil aventurera. Recordemos en esta semblanza quién fue Julio Verne y cómo sus novelas han sido parte fundamental para la evolución tecnológica e industrial del siglo 20.
No es un tema conocido ni mucho menos confirmado que el autor de “La vuelta al mundo en ochenta días” haya cultivado la cualidad que poseen las pitonisas para vislumbrar los eventos que nos depara el futuro. Sin embargo, a juzgar por muchas de las obras que este célebre escritor francés dejó para la posteridad, no sería una afirmación muy lejana de la verdad aseverar que Julio Verne fue adivino. Julio Verne es, sin lugar a dudas, junto con H. G Orwell, el escritor más progresista que la literatura mundial nos ha regalado.
La importancia de la obra del padre de la novela de ciencia ficción y de aventuras es incalculable. Las novelas de Julio Verne tenían una vasta base científica, porque el escritor se ocupó de manera profunda con los avances de la tecnología y los nuevos descubrimientos. Es conocida la afición casi obsesiva del joven Verne por recolectar todo tipo de publicaciones y artículos referentes a la ciencia y a la tecnología. Su predilección por escribir acerca de los adelantos que la inteligencia del hombre hizo posible, lo llevó a legarnos una buena cantidad de novelas fantásticas que gente de todo el mundo aún sigue valorando. La capacidad descriptiva de Verne aunada a su inagotable imaginación fue la fuente de las más exactas predicciones que jamás se hayan realizado en la literatura mundial.
Así, por ejemplo, en su famosa novela Veinte mil leguas de viaje submarino, Verne se adelanta a su tiempo contándonos acerca de una máquina capaz de sumergirse bajo el agua y permitir que la tripulación de este bólido de acero, llegara hasta las entrañas mismas de nuestro planeta. Años más tarde, el mundo sabría que el Nautilius del capitán Nemo al que Verne se refería en su libro, no era otra cosa que lo que hoy en día conocemos como submarinos.
Esta no fue la única predicción sorprendente del literato galo. En otro de sus libros (Robur el conquistador), este genio de las letras, nos relata la aparición de una especie de yate que contaba con hélices capaces de sostenerlo, es decir el invento que con el tiempo sería denominado helicóptero. La inquietud de Julio Verne por descubrir el mundo, fue la causa de que la mayoría de los personajes de sus novelas, se encontraran siempre viajando e intentando explorar lugares hasta los que el hombre nunca había sido capaz de arribar.
Julio Verne fue hijo de Pierre Verne y de Sophie Allote de la Fuye. Su nacimiento está registrado el 8 de febrero de 1828, en la isla de Feydem, en Nantes, Francia. Hijo mayor de cinco, su padre provenía de una familia dedicada al ejercicio de la abogacía y su madre descendía de una familia de tradición militar. El enfrentamiento familiar que tuvo lugar cuando el futuro escritor decidió no ejercer la carrera de derecho que había terminado satisfactoriamente en París, lo condujo a sufrir más de la cuenta en su intento por financiarse la vida mientras se dedicaba a leer una gran cantidad de libros y pasar muchas horas en las bibliotecas de París.
La primera obra de corte futurista fantástico que nació de la genialidad de Verne, se llamó París en el siglo XX, una obra cuya publicación se concretó en 1994, 89 años después de la muerte del escritor, ocurrida el 24 de marzo de 1905. A esta le siguieron : Viaje al centro de la tierra (1864), De la tierra a la luna (1865), Los hijos del capitán Grant (1867), Veinte mil leguas de viaje submarino (1869), La isla misteriosa (1874) La vuelta al mundo en ochenta días (1873), Miguel Strogoff (1876), La esfinge de los hielos (1897) , El soberbio Orinoco (1898) ,etc.
Un extraño incidente del que aún se desconocen las causas lo dejo cojo de una pierna durante toda la vida. Se cree que después de una fuerte discusión con un sobrino suyo de nombre Gastón, recibió una bala en la pierna que le provocó una severa lesión.
A raíz de este suceso poco feliz, que se vio acompañado poco después por el fallecimiento de su madre, Verne empezó a escribir novelas mucho más trágicas y pesimistas que las había creado hasta ese entonces. El paso del padre de la novela de ciencia ficción por la política, dejó una buena impresión de un hombre altruista que se encontraba en edad madura. (Julio Verne fue elegido concejal de Amiens, lugar en el que propuso y llevó a cabo una buena cantidad de planes positivos para la ciudad).
Julio Verne falleció a inicios del siglo 20, víctima de la diabetes. Abandonó el mundo de los vivos para empezar una existencia dentro del pensamiento de las colectividades en las distintas regiones del mundo. La búsqueda de Julio Verne por escribir siempre obras con las que la gente pudiera soñar de una manera realista y ser capaces de expandir su mentalidad y horizonte sin la necesidad de alejarse de la vida en este planeta, fue una constante en la riquísima obra de este excelentísimo literato. Los descubrimientos tecnológicos con los que el propio escritor soñó, fueron siempre inventos que servirían para mejorar la vida de los hombres en la tierra y nunca hallazgos hechos para destruir o dañar a la humanidad, característica que revela el alma filantrópica de este gigante de las letras mundiales.
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