La historia de Malala: Inspiración para docentes del mundo
Constantemente hablamos de "revalorar la profesión docente", desde las diversas instituciones del sector: el ministerio, las asociaciones pedagógicas, los gremios, y entre colegas, tratamos de que nuestra disciplina académica recobre, en el Perú, no solo el prestigio -asociado a demandas económicas- que en otros países como Finlandia y Corea del Sur es una realidad inamovible; sino también su valor intrínseco, su profundidad. Ser maestro constituye la piedra angular del desarrollo social, porque abre a los niños y adolescentes el criterio frente a un mundo cada vez más peligroso, competitivo y desafiante. Y, en algunos casos, surgen figuras que se sobreponen a situaciones extremas de riesgo para su propia vida. Es el caso de Malala Yousafzai, que enfrentó los peores prejuicios solo por educarse.
El documental Malala -título en inglés He named me Malala, que significa Él me bautizó Malala– no solo es un recuento por las dificultades que pasó la joven activista nacida en Pakistán, desde aquel atentado de terroristas talibanes en que por poco y pierde la vida, solo por defender el derecho de las niñas a recibir educación. Es también un homenaje a su padre, Ziauddin Yousafzai, maestro y fundador de escuelas en Pakistán, donde daba clases por igual a niños y niñas, entre ellas su joven hija Malala.
Malala -cuyo nombre significa "abuela"- creció viendo a su padre dando clases en condiciones de inseguridad y realizando actividades en pro de la defensa del derecho a la educación para todos por igual. Como maestro llenaba sus clases de pasión por el conocimiento. Como activista, desarrolló una carrera como abogado y diplomático, la cual continúa en la actualidad como consultor de las Naciones Unidas.
El documental, dirigido por el norteamericano Davis Guggenheim y estrenado en septiembre del 2015 (ocho meses después de que la joven recibiera el Premio Nobel de la Paz 2014) está lleno de imágenes y mensajes significativos para todos los maestros que aun conservan la mística de aquella vocación de servicio que los impulsó a elegir esta sacrificada e importante profesión, por lo que vale la pena que la consigan.
La historia de Malala contada en esta película está basada en sus propias memorias, un libro que se convirtió en best-seller en muy poco tiempo y que es recomendado incluso como lectura infantil, por su significativa dosis de conceptos universales como la igualdad entre seres humanos, la defensa de derechos fundamentales, el respeto a la mujer y a la niñez, entre otros. Ziauddin Yousafzai, el padre de Malala, le puso ese nombre en homenaje a una heroína afgana del siglo 19, que se enfrentó a los ingleses en 1880 y es conocida como la Juana de Arco de Afganistán, Mamalali de Maiwand.
Malala actualmente tiene 19 años y está estudiando en una escuela secundaria británica, en la ciudad de Brimingham, donde reside. Paralelamente, sigue realizando activismo en defensa de la educación. Su última acción relevante fue el 12 de julio de 2015, día en que cumplió 18 años, los cuales celebró fundando un colegio en el Líbano, en una localidad cercana a la frontera con Siria, para adolescentes refugiadas de 14 a 18 años.
ES LOABLE SU DEFENSA POR LA EDUCACION