La Navidad es una época muy especial para muchas personas alrededor del mundo, sobre todo para los cristianos. En esta fecha se celebra un aniversario más del nacimiento de Jesús, acontecimiento importante que llama a la reflexión, a la unión, a la paz y al amor.
Las celebraciones de esta fiesta son tan diversas y en muchos casos hasta curiosas, pero cada quien disfruta la Navidad de acuerdo a sus tradiciones.
Por ejemplo, en Noruega esconden todas las escobas y trapeadores en la víspera de Navidad pues creen que las brujas y otros espíritus malignos salen en medio de la noche para volar alrededor de su casa. Siguiendo con las creencias relacionadas a espíritus del más allá, en Portugal, la comilona llamada Consoda se realiza en la mañana de Navidad, donde se colocan lugares extras en la mesa para las almas de los muertos a los que se les ofrece comida, con la esperanza de que esto traiga la suerte de regreso a la familia durante el año que viene.
Encontrar una telaraña en su árbol de Navidad es símbolo de buena suerte para los ucranianos, por eso en este país ya se ha establecido como parte de la decoración colocar telarañas artificiales en los árboles navideños.
En partes de Austria, Bavaria y Suiza, diciembre es un tiempo especial para que los niños malvados sean asustados. Tradicionalmente, los jóvenes se disfrazan de Krampus, una criatura demoníaca equipada con campanas y palos, los cuales están acompañados por el Nikolaus (una especie de Santa Claus) y vagan por las calles para asustar a los niños y adultos. A esta tradición se le conoce como el Krampuslauf.
Para los británicos, el muérdago es un ícono de la Navidad. La rama de esta planta protege contra los males y trae la suerte a los hogares. Su costumbre señala que debemos pararnos debajo de una rama de muérdago y besar a la persona que se tiene enfrente, como símbolo de buen augurio.
Y para la cena navideña en Groenlandia se come el Kiviak que es un plato navideño hecho de la carne cruda del alca (un ave de caza acuática) la cual ha sido enterrada bajo una piedra enrollada en piel de foca por varios meses hasta que ha alcanzado un avanzado estado de descomposición. Este platillo tiene un sabor muy fuerte y cortante como el queso azul.
En Nochebuena, las familias italianas se reúnen a la mesa para la tradicional cenone (la gran cena), cuyo menú está compuesto, según las zonas, de pasta rellena cocida en caldo de capón, espaguetis con almejas, anguilas, verduras y turrón. Y para la Nochevieja, los italianos sustituyen las uvas (implementadas en España) por las lentejas para atraer la buena suerte en el nuevo año. Arrojar los trastos viejos por la ventana es una tradición muy arraigada entre los romanos y napolitanos, que simboliza un pasado finito.
A diferencia de las Navidades de muchas ciudades donde el frío y la nieve forman parte del decorado navideño, en Australia la temperatura oscilan entre los 25 y los 38 grados centígrados. En los días que preceden al 25 de diciembre, muchas familias asisten al concierto Carols by Candlelight (Villancicos a la luz de la vela), un acontecimiento multitudinario que se celebra en parques y estadios deportivos de toda Australia. La celebración se completa con picnics en parques, jardines y playas con gente vestida con shorts y polos cortos.
Cuenta la leyenda que al norte de Finlandia, en la región llamada Korvatunturi, vive Santa Claus, incluso en el lugar existe un gran parque temático llamado «Tierra de Navidad«, donde se puede ver el hogar de Santa Claus. Una tradición infaltable es que las familias y los niños visiten la casa de este típico personaje navideño.
En Japón las tarjetas rojas de navidad no son muy populares, pues son consideradas de muy mal gusto porque ellos las usan para enviar sus notas fúnebres.
Una tradición netamente religiosa son las posadas que son fiestas populares que se celebran en México, Guatemala y El Salvador, del 16 al 24 de diciembre.
Estas fiestas recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén. Los vecinos van en procesión casa por casa simulando el pasaje bíblico. Se puede celebrar cada día en una casa diferente, usualmente de familiares, y se utiliza como un punto de reencuentro. Durante la reunión, se rompe una piñata con forma de estrella que cuenta con siete picos, que representan los siete pecados capitales. La piñata debe romperse con un palo (que representa la fortaleza de Dios) con los ojos vendados (en representación de la fe). Al romperse, la caída de los dulces y las frutas representa las recompensas y dones que, por vencer al pecado, reciben todos los participantes.
En Argentina es muy popular entre las mujeres el uso de ropa interior de color rosa en fechas navideñas. Para algunos, la costumbre es de origen pagano ligado a la procreación y la fertilidad; para otros, está más ligada al cristianismo y el período litúrgico de Adviento, cuando se encendía una vela rosa como símbolo de la alegría que generaba la llegada de Jesús al mundo. Esta costumbre se transmitió de generación en generación como regalo del 24 de diciembre para su estreno el 25 o el 31 para augurar un año de prosperidad y buena suerte.
Como expresión de gozo y alegría los colombianos ponen a volar globos por los aires durante la noche de Navidad. Lastimosamente, estos globos causaban muchos daños cuando caían sobre las casas y las incendiaban así que fueron prohibidos en varias ciudades colombianas.
Y en nuestro país, desde unas cuantas horas antes de la llegada de la Navidad se va escuchando los estadillos de cohetes y fuegos artificiales que van aumentando hasta llegar las 12 de la noche. Resulta curioso ver también como la gente pasa por las calles llevando su bandeja con pavo (recién horneado en la panadería vecina), en medio de las aceras peatonales repletas de vendedores ambulantes que ponen villancicos a todo volumen.
Los peruanos esperamos las 12 para cenar el ansiado pavo al horno o lechón acompañado de puré de manzana o alguna ensalada, el tradicional chocolate caliente (a pesar de estar en época de verano) y panetón, en algunos casos con mantequilla.
No importa el país, el lugar, las personas o las costumbres, siempre hay una buena razón para celebrar y compartir estas fechas navideñas con los que más queremos.