Los 75 años de El Mago de Oz: Un clásico del cine que sigue vigente
Hace 75 años, se estrenó uno de los filmes de ciencia ficción infantil más entrañables de la historia del arte contemporáneo. Una galería de personajes inolvidables -la pequeña Dorothy y sus amigos El Espantapájaros, El Hombre de Lata y El León, cada uno en la búsqueda de soluciones a sus problemas más profundos- producto de la imaginación de un escritor norteamericano nacido en la segunda mitad del siglo 19, se instaló en el imaginario colectivo de muchas generaciones posteriores, ganándose el estatus de clásico de la literatura y el cine familiar. El Mago de Oz es una de las historias fantásticas más populares y es bueno recordar este aniversario, que es celebrado a nivel mundial, y de manera especial por la Meca del Cine que le rendirá tributo en la próxima entrega de los Premios Oscar. En esta nota, una invitación para que todos, profesores y alumnos nos reencontremos -o experimentemos por primera vez- la magia de este clásico de todos los tiempos.
En 1939, una película con un tema de fantasía se robó el corazón y la ilusión de millones de personas. En ella, una adolescente, muy molesta, toma una decisión que nunca pensó que la llevaría a atravesar una serie de peripecias por un mundo de sueños que le demostrarán “que no existe ningún otro lugar como el hogar”.
Este año se conmemora el 75 aniversario del estreno de la película musical The Wizard of Oz (El Mago de Oz), quizás más conocida que el propio libro infantil que le dio origen, titulado El Maravilloso Mago de Oz, escrito por Lyman Frank Baum e ilustrado por W. W. Denslow. Fue publicado inicialmente en 1900 por la George M. Hill Company, de Chicago, y desde entonces es uno de los libros más editados tanto en Estados Unidos como en Europa.
La adaptación cinematográfica no es del todo fiel a la novela, pero logra rescatar el espíritu del libro, que se destaca por ser el primer cuento infantil con personajes y lugares típicos de Estados Unidos, en épocas en que todos los cuentos infantiles describían paisajes y personajes europeos. Gracias a su gran éxito su autor escribió trece libros más sobre la tierra de Oz.
La película, no hace falta decirlo, es ya un clásico de todos los tiempos, y justamente por ello este año, los premios Óscar, le rendirán un homenaje en su 75 aniversario. En 1939, la cinta fue nominada en cuatro categorías, incluida mejor película, y finalmente logró dos estatuillas como mejor banda sonora y mejor canción original, por Over the rainbow (Sobre el arco iris), melodía compuesta por E. Y. Harburg, que pasó a la inmortalidad gracias a la sensacional grabación hecha por Judy Garland, protagonista del film.
Contar brevemente la historia que nos narra esta película sería privar a nuestros lectores de la gratificante experiencia de apreciarla con todas las sorpresas que nos ofrece. Por esa razón solo daremos algunas generalidades para despertar la curiosidad si aún no la ha visto.
Nuestra protagonista es Dorothy Gale, una jovencita huérfana, que vive en una granja de Kansas con sus tíos, su perrito Toto y los trabajadores del lugar. Cuando su pequeña mascota corre peligro, Dorothy decide escapar de casa para protegerlo pero, en medio de esta huida, es atrapada por un tornado que la golpea en la cabeza y la lleva al mágico y maravilloso mundo de Oz.
Las aventuras que esta niña experimentará dejarán en ella tantas lecciones de vida como en los espectadores, ya que el camino de regreso a casa no será fácil ni rápido, y estará lleno de momentos emotivos que nos harán reflexionar sobre la importancia de valorar nuestra vida en el hogar, aquel lugar donde, a pesar de los problemas, siempre tenemos el amor y el apoyo que todas las personas necesitamos de nuestras familias.
La historia del Mago de Oz también nos lleva a la eterna búsqueda de aquello que nos hace falta para sentirnos felices y plenos, un recorrido por todo lo que queremos ser pero a lo que, muchas veces, no nos atrevemos por razones superficiales y sin sustento real. La odisea de Dorothy y sus amigos nos invita a preguntarnos qué nos detiene para hacer aquello que realmente deseamos y las respuestas que se nos presentan sorprenden por su sencillez, al demostrarnos que todo lo necesario está en nuestro propio interior y casi nunca estamos conscientes de ello.
La película tiene una duración de poco más de hora y media y está llena de canciones entrañables, personajes fantásticos y mucho color a partir de la llegada de Dorothy al mundo de Oz. De hecho fue una de las primeras películas en utilizar con éxito la entonces revolucionaria técnica de technicolor en el cine, combinándola con la clásica filmación en blanco y negro. Todo un hito en la historia del séptimo arte.
Si está dispuesto a desafiar los parámetros del cine moderno, lleno de efectos visuales computarizados y animaciones artificiales, esta película le ofrece la oportunidad de disfrutar con una historia sencilla, cálida y para toda la familia. Puede resultar todo un reto pero, al mismo tiempo, es una gran oportunidad para desarrollar la apreciación de nuestros hijos y alumnos y por qué no, la nuestra también.
En la actualidad, esta historia, que parece muy clara para quienes ven la película, tiene una versión teatral que narra la historia de Oz antes de la llegada de Dorothy, un musical ampliamente aclamado por 10 años en los mejores teatros del mundo y que puede cambiar su percepción acerca de lo que es bueno y malo o lo que así lo parece. Wicked es el título en inglés de esta obra que deja boquiabiertos a sus espectadores, después de tantos años de estar seguros de saber quién es quién en ese mundo fantástico y mágico.
Por todas estas razones y muchas más le recomendamos no perderse la película El Mago de Oz, en su versión original, eso sin duda le dará más razones para entender su éxito a través del tiempo y el merecido homenaje que recibirá tras cumplir sus primeros 75 años.
Increíble!! Ya son 75 años de esta buena obra «El mago de Oz». Linda película!!