Los perros rescatistas: Héroes de 4 patas
El devastador terremoto que sufrió nuestro vecino Ecuador, el pasado 16 de abril, no solo ha generado solidaridad ante el dolor de los damnificados o preocupación por las crecientes posibilidades de que un movimiento telúrico de las mismas proporciones azote a nuestra ciudad en cualquier momento. También motiva noticias que, en medio de la tragedia, nos producen admiración y conmueven nuestra sensibilidad, como las relacionadas a los perros entrenados para realizar labores de búsqueda y rescate. Dos casos específicos han tocado las fibras sensibles de la gran cantidad de personas que tienen a flor de piel el respeto y el cariño que estos animalitos merecen por el enorme servicio que ofrecen a la comunidad, gracias a sus extraordinarias capacidades olfativas: Por un lado Bono, el simpático perrito perteneciente al cuerpo de bomberos del Perú y por el otro, Dayko, un valeroso can ecuatoriano. Juntos han ubicado y rescatado, con vida o sin ella, los cuerpos de seres humanos sepultados entre los escombros, para tranquilidad de sus familiares que sufrían por no saber dónde estaban sus seres queridos tras el poderoso sismo. En el caso de Bono, en estos días está disfrutando de un merecido descanso tras las extenuantes y exigentes faenas de búsqueda. Lamentablemente Dayko, un perro labrador de 4 años de edad, no corrió la misma suerte y falleció, al parecer por el descuido de sus cuidadores quienes sobre expusieron al noble animal a la fatiga y el calor, en lugar de reemplazarlo una vez cumplida su misión. Dayko fue enterrado con honores por sus compañeros, bomberos de la provincia ecuatoriana Ibarra. Los escuadrones de perros entrenados para labores de salvamento (perros rescatistas) se han convertido en uno de los principales apoyos para bomberos y rescatistas en el mundo entero, y son considerados héroes. Aquí su historia:
El excepcional sentido del olfato del perro es de 10.000 a 100.000 veces mejor que el de los humanos. Si combinamos unas habilidades de rastreo increíbles, lealtad, entrenamiento, resistencia y físico, no es de extrañar que los perros sean, y siempre hayan sido, tan útiles para misiones de búsqueda y rescate.
La historia de los perros de búsqueda y rescate probablemente se remonte casi 20,000 años atrás, con la domesticación de estos animales. El excepcional sentido del olfato del perro es de 10,000 a 100,000 veces mejor que el de los humanos. Si combinamos unas habilidades de rastreo increíbles, lealtad, entrenamiento, resistencia y físico, no es de extrañar que los perros sean, y siempre hayan sido, tan útiles para estas misiones.
Los pioneros de esta especialidad fueron los suizos, puesto que ya estaban trabajando con los perros en avalanchas de nieve, Urs Ochsenbein en 1972 desarrolló el Método Suizo, seguido por los alemanes y franceses, grandes entrenadores de equipos caninos.
En la Segunda Guerra Mundial el pastor alemán se mostró como un perro altamente útil en la búsqueda de desaparecidos entre los escombros de las construcciones bombardeadas.
Desde el año 1954 las escuelas suizas, alemanas y norteamericanas adiestraron un buen número de perros de rescate y fueron definiendo las diferencias entre sus métodos de trabajo.
En los terremotos de Bucarest, Friaul (Italia), México, Perú, Japón, Colombia, Turquía, Taiwan y de otros países, los perros de salvamento han dejado constancia documental de su eficacia.
El perro de rescate se utiliza para detectar la presencia de personas sepultadas bajo escombro (terremotos), avalancha de barro (riadas) o de nieve (aludes), incluso para localizar personas que se han perdido en campo abierto.
La creencia general es que el perro busca el rastro de la persona, pero en situaciones como las descritas anteriormente esto no sería posible, ya que es muy probable que no exista rastro alguno y aunque lo hubiera, la presencia de personas tras los primeros momentos de la tragedia, impedirían enormemente la tarea.
Por esto se entrena a estos perros a “ventear”, que no es otra cosa que oler el aire para poder detectar partículas de olor humanas. De esta manera y con un entrenamiento férreo y continuado, el perro aprende a localizar estas partículas y a discriminar el olor de las personas que se encuentran en la superficie, dedicándose exclusivamente a buscar el de aquellas a las que no puede ver.
Cuando el perro ha localizado el foco de olor, deberá avisar a su guía, ladrando y sin moverse del lugar. Una vez localizado el punto exacto, se retira al perro para proceder con los equipos de desescombro.
Durante el entrenamiento, el perro aprende a asociar que la víctima es igual a un premio, lo que más le guste. Él no va a distinguir si se trata de un entrenamiento o de una situación real, simplemente hará su trabajo para obtener el premio.
Un perro de salvamento necesita de uno a dos años para estar operativo, pero después deberá seguir un estricto programa de entrenamiento durante toda su vida de trabajo.
Cualquier perro sea de raza o mestizo, si tiene cualidades, aptitudes, valentía, seguridad, agilidad, y autonomía, puede ser un perro apto para salvar vidas.
Existen gran variedad de razas, pero las más adecuadas son: pastor alemán, pastor belga malinois, pastor belga tervueren, boorder collie, labrador retriever, golden retriever, perro de aguas español, etc.
Los instintos más implicados en el trabajo del perro de rescate son:
- Instinto de Caza. En un perro de rescate, como en otros perros de trabajo, cuanto más elevado sea su instinto de caza, más fácil será conseguir una motivación alta que será la que mueva al animal a realizar el ejercicio que nosotros queramos. Sin él sería más complicado conseguir activar al perro.
- Instinto de Presa. Se desarrolla a continuación del instinto de caza y es fundamental a la hora de recompensar al perro.
- Instinto de Búsqueda. El perro, a través de este instinto, intentará localizar su presa, en este caso, la víctima.
El perro deberá tener unos rasgos de carácter determinados en función de la tarea que va a desempeñar y cada rasgo deberá tenerlo en un grado determinado. Algunos de estos rasgos están íntimamente ligados entre sí y no existe una división que los separe definida y claramente, pero son fundamentales a la hora de conseguir un entrenamiento óptimo del animal.
Algunos rasgos de carácter son:
- La Atención.Si lo consideramos como su capacidad de respuesta vemos que sería muy importante a la hora de proceder a su motivación.
- Deseos de Agradar. Contrapuesto al autointerés. Si el animal tiene ganas de agradar, será más fácil conseguir el objetivo y además evitaremos en muchos casos la auto-recompensa, es decir, que cuando esté cansado no intente coger él mismo algo como recompensa.
- Es la capacidad resolutiva del perro. Es muy importante que el perro aprenda él solo a resolver determinadas situaciones porque en muchos casos el guía no estará allí para ayudarle. Esto se consigue a base de practicar y que el perro vaya adquiriendo experiencia.
- A veces la localización de una víctima puede resultar complicada, bien por lo complicado del terreno o por las condiciones climáticas, por lo que el perro deberá emplearse a fondo y ser persistente en su tarea.
- El perro deberá implicarse en la búsqueda (en la respuesta al estímulo) y cuanto mayor sea su intensidad, más efectivo será su trabajo.
- Energía.Lógicamente necesitaremos un perro con un alto poder físico.
- Es el umbral de respuesta al entorno y/o los estímulos, por lo que sus niveles de sensibilidad deberán ser equilibrados.
- El perro no deberá tener una respuesta extrema a los estímulos, deberá ser un perro equilibrado.
- Es evidente que el perro va a necesitar adaptarse a todo tipo de cambios en su entorno: ambientales, terrenos, climáticos, etc.
Editado de: Affinity Petcare / Adiestrador Canino
Gran labor la que realizan estos perros y sus educadores o guías.
Creo que la mayoría son de raza labrador u ovejero alemán