Luis Hernández (1941-1977): Entre el cielo y el suelo
Un día como hoy, 3 de octubre, se suicidó en Buenos Aires el poeta peruano Luis Hernández Camarero, uno de esos artistas que alcanzan la inmortalidad al morir, como diría el narrador checo Milan Kundera. Hernández, poseedor de una inspirada alma poética, tuvo una vida difícil, a tropezones entre la depresión y la intensa actividad profesional que desarrollaba paralelamente a la poesía (era médico de profesión). Su hermano, el conocido psicoanalista Max Hernández, relata que Lucho era un hombre muy activo y energético y sus registros fotográficos lo muestran como una persona atlética y extrovertida. Sin embargo, como en tantos otros casos, la procesión iba por dentro. Tenía apenas 36 años.
Sus tres poemarios oficiales Orilla (1961), Charlie Melnick (1962) y Las constelaciones (1965) recibieron en su momento, tibias respuestas de la crítica, que lo rotuló como integrante de la Generación del 60 (junto con Javier Heraud, Marco Martos, Antonio Cisneros, entre otros).
Sin embargo, la copiosa y singular obra que Luis Hernández desplegó en cuadernos escolares, con caligrafías dispares para distinguir entre estados de ánimo y hasta secuencias de colores (fue el primero en utilizar los llamados ”metalenguajes poéticos”) lo convirtieron en leyenda entre escritores y periodistas de las generaciones posteriores.
Esto fue posible gracias a la difusión que hicieron sus amigos, especialmente del destacado humorista y también poeta Nicolás Yerovi quien recopiló y editó sus poemas en el libro Vox horrísona, publicado póstumamente en 1978.
Hoy, la Universidad Católica del Perú, donde Hernández estudió, tiene en archivos digitales los cuadernos de Luis Hernández, a disposición de sus admiradores del Perú y del mundo (puede verlos aquí).
Derrama Magisterial rinde homenaje a este creador peruano, uno de los más importantes poetas de los últimos 40 años.
Fue uno de los primeros en incorporar el humor y las citas metatextuales en la poesía peruana.
Buen Poeta
Las constelaciones, muy bueno
recordado Poeta, buenos compendios
Es muy cierto luego de fallecer fue reconocido
Me gusta mucho Charlie Melnick