Maravillas modernas: La Estatua de la Libertad
Hace 130 años, en el mes de julio, se inauguró uno de los monumentos más admirados y visitados a nivel mundial, convertido actualmente en símbolo de toda una nación. Esta colosal escultura de estilo neoclásico, que representa a Libertas, la diosa romana de la libertad, es lo primero que se ve en la bahía de Manhattan, New York, Estados Unidos. Considerada una de las representaciones emblemáticas de la libertad, recibe más de 3 millones de visitas cada año y su imagen aparece actualmente en prácticamente todo aquello que se identifique con los Estados Unidos: estampillas, bitácoras de viaje, películas, catálogos, etcétera, muestran a este espectacular prodigio del arte del siglo 19, cuyas estructuras y piezas se han mantenido con el correr de los años. Conozcamos un poco más acerca de la Estatua de la Libertad, que es desde 1984 Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO.
Una figura imponente de 93 metros de altura y 225 toneladas de peso, ubicada en la isla de la Libertad, al sur de Manhattan, es el símbolo más reconocido de Estados Unidos, la Estatua de la Libertad, obsequio de Francia por el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
La idea de regalar este monumento al país norteamericano fue del político francés, Eduardo Laboulaye, como muestra de la alianza franco-estadounidense y como recuerdo de la larga amistad entre ambos países.
Este símbolo de la libertad de los oprimidos, fue construido en Francia por el escultor Frederic Auguste Bartholdi, amigo de Laboulaye, y su estructura interna fue concebida por el ingeniero Gustave Eiffel y terminada en julio de 1884.
La estatua debió ser terminada en 1876, fecha del centenario de la independencia estadounidense, pero hubo algunos hechos que determinaron el retraso de 8 años para su culminación. Por ejemplo, Bartholdi talló el primer esbozo en terracota, modelo que no sirvió y que actualmente se encuentra en el Musée des Beaux-Arts de Lyon. En 1870, Francia entró en guerra con Prusia y tuvo que parar el proyecto. En 1871 Francia tuvo problemas territoriales con Alemania, mientras que Estados Unidos simpatizaban con los alemanes, esto retuvo más la construcción de la Estatua de la Libertad.
Finalmente, Bartholdi viajó a Estados Unidos y escogió el puerto de Nueva York como el lugar donde estaría su monumento. Y con el apoyo del gobierno norteamericano, acordaron que la construcción de la torre que es la base para la estatua sería responsabilidad de Estados Unidos. Pero posteriormente, surgieron problemas económicos para ambos países, de manera que surgió la necesidad de buscar fondos para terminar con dicha construcción.
El rostro del monumento corresponde a la madre de Bartholdi, que la tomó como modelo. La mujer está vestida con una especie de estola amplia y en su cabeza tiene una corona con siete picos, que simbolizan los siete continentes y los siete mares. Hay 25 ventanas en la corona que representan gemas encontradas sobre la tierra y los rayos del cielo que brillan sobre el mundo. La diadema recuerda a la que portaba Helios, personificación del Sol en la mitología griega.
Al pie de la estructura se encuentran cadenas rotas que simbolizan la libertad y su orientación hacia el Este, significa que está mirando hacia Europa, con quien Estados Unidos comparte pasado y valores.
En su base se encuentra grabado un soneto de la poetisa estadounidense Emma Lazarus, que entre sus líneas dice: “Dadme a los cansados, a los pobres, a las multitudes que ansían respirar la libertad“.
La estatua llegó a Nueva York un 17 de junio de 1885, dividida en 300 piezas de cobre, y demoró en armarse casi un año, el mismo tiempo que duró la construcción de la base que la sostiene. Originalmente el color de la estatua era color cobre, pero por la sal marina la ha vuelto verde.
Fue así que el 28 de octubre de 1886, la Estatua de la Libertad fue inaugurada por el presidente Grover Cleveland, en frente de miles de espectadores. Desde esa fecha la estatua funcionó como un faro, hasta el año 1902.
En 1986 una nueva antorcha sustituyó a la original, ya corroída. La réplica tiene una llama cubierta de oro de 24 kilates. Y recién en 1908 fue instalado el primer ascensor en su interior que luego fue sustituido por uno más moderno, en 1931.
Hoy en día, alrededor de 3,2 millones de personas la visitan anualmente, y se ha convertido en el símbolo de la libertad en todo el mundo.
La antorcha no se puede visitar desde el 30 de julio de 1916, fecha en la que una explosión cerró el acceso a la misma.
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