Papá Noel: ¿Conoces el origen de este tradicional personaje de la Navidad?

Papá Noel: ¿Conoces el origen de este tradicional personaje de la Navidad?Actualmente es difícil imaginar a un niño mayor de 12 años que crea en la existencia de Papá Noel, también llamado San Nicolás o Santa Claus. Sin embargo, su figura se mantiene como uno de los símbolos inalterables de la Navidad, tanto por su significado real, basado en una combinación de personajes de religiones diversas -un santo católico y una divinidad nórdica- que regalaban presentes a los niños en determinadas festividades; como por su dimensión publicitaria, convertido en una imagen comercial diseñada para estimular la venta de productos para regalar en la Navidad. Su evolución a través de los años contiene datos de lo más interesantes que nos conecta con temas universales como la felicidad, la alegría, el compartir en familia, y cómo se desarrolló la evolución de nociones como el significado de ser niños en Navidad, la ilusión de recibir regalos y la actividad comercial relacionada a estas fechas.

Con un aspecto de viejecito bonachón, de tez rosada y una afable sonrisa; este señor vestido con traje rojo y una larga barba blanca se roba el corazón de los niños y algunos adultos, en estas fiestas navideñas. Algunos lo conocen como Papá Noel o San Nicolás, otros lo llaman Santa Claus o Viejo Pascuero, pero todos de niños, alguna vez, tuvimos la ilusión de recibir un regalo de este peculiar hombrecito.

Pero ¿cómo empezó a aparecer Papá Noel en las historias, cartas, películas, canciones y celebraciones navideñas? En el siglo IV, en la ciudad de Licia -actualmente Turquía- nació Nicolás de Bari, un niño bondadoso y generoso, que siempre se preocupaba por el bien de los demás. Siendo joven, perdió a sus padres, debido a una peste y se convirtió así en el único heredero de una gran fortuna. Viendo las terribles consecuencias que dejó la peste en los más necesitados, Nicolás, a sus 19 años, decidió darles todas sus riquezas y viajar a Mira, donde vivía su tío, para dedicarse al sacerdocio. Con el paso del tiempo, fue nombrado obispo y gracias a las cientos de historias milagrosas y a su bondad, se convirtió en santo patrono de Turquía, Grecia y Rusia.

Según la historia, un grupo de niños fue acuchillado, pero gracias a los rezos de San Nicolás, fueron curados casi inmediatamente; es así que nace su relación con los niños. Nicolás, también, recibió la mítica fama de repartidor de obsequios, debido a su bondad con un pobre hombre que tenía tres hijas en edad de casarse, pero no podía dar la dote necesaria para que obtuvieran nupcias, fue así que Nicolás entregó una bolsita llena de oro a cada una de las chicas. Pero todo esto fue en secreto, pues el sacerdote entraba por la ventana y ponía la bolsa de oro dentro de los calcetines que colgaban sobre la chimenea, que las niñas ponían ahí para secarlos. De esta manera, nace la tradición de poner calcetines en la chimenea.

San Nicolás falleció un 6 de diciembre, en el año 345 dC. Desde el siglo VI se empezaron a construir templos en todo el mundo, en honor a San Nicolás. Y en el 550 dC, Roma erigió uno dedicado a él. En oriente se le conoce como San Nicolás de Mira, pero para occidente es San Nicolás de Bari, ya que cuando los musulmanes invadieron el territorio griego, los cristianos sacaron las reliquias y las llevaron a la ciudad de Bari en Italia (1087). En esa ciudad hubo tantos milagros gracias a los rezos al santo, que su popularidad se extendió por toda Europa.

Posteriormente, en el siglo XVII emigrantes holandeses llevaron la costumbre a Estados Unidos, donde se suele dejar galletas o pasteles caseros y un vaso de leche a Santa Claus. El nombre de Santa Claus se creó a raíz del nombre del santo en alemán: San Nikolaus. Aunque la leyenda de Papá Noel proceda gran parte de San Nicolás, la imagen familiar de Santa Claus, que tiene un trineo impulsado por renos, lleno de bolsas con regalos; es una invención estadounidense. En 1823, el escritor Clement Moore escribió el poema “Una visita de San Nicolás”, que relata a un Papá Noel surcando los cielos en un trineo llevado por sus ocho renos (Rudolph, Donner, Blitcher, Cometa, Cupido, Brillante, Danzante, Centella y Zorro; y repartiendo los regalos por todo el mundo.

Las primeras ilustraciones de Santa Claus (nombre en inglés con el que se identifica a Papá Noel) aparecieron en el siglo 19 y era representado como un anciano de sonrisa amable y ojos inocentes, que repartía juguetes a los niños. Fue el ilustrador norteamericano Thomas Nast, considerado “el padre de la caricatura” quien integró las descripciones del cuento de Moore y las referencias a San Nicolás y Odín en una imagen que, poco a poco, se popularizó a medida que avanzaba la Revolución Industrial. Nast creó al viejo alto, gordo y bonachón, de larga barba blanca y traje rojo que años después haría masiva una campaña publicitaria de una conocida bebida gaseosa.

Efectivamente fue la Coca Cola Company, en el año 1931, la empresa que encargó al caricaturista que dibujara un Papá Noel humanizado y con una figura más cercana a las personas para su campaña navideña. Así apareció Papá Noel vestido de rojo, con cinturón y botas negras. Hoy, la historia cuenta que Papá Noel vive en el Polo Norte con su señora Noel y un grupo de duendes, que son los encargados de fabricar los juguetes que desean los niños de todo el mundo. Cuando llega la noche del 24 de diciembre, Papá Noel coge su trineo, coloca los regalos en un saco para salir y dejarlos debajo del árbol de Navidad.

 

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