Reflexiones Magisteriales: Cómo hacer felices a los niños de hoy
Vivimos en una época en que está prohibido aburrirse, un objetivo que en apariencia es positivo, ya que el aburrimiento es considerado como algo malo, desagradable, indeseable. Y para evitar aburrirse existen en la actualidad una innumerable variedad de estímulos, cada uno más distractor que el anterior, que someten a los niños modernos a un continuo estado de efervescencia, hiperactividad sensorial que poco o nada contribuye a su desarrollo emocional interior. Cuando uno se aburría, en el pasado, podía echar mano de la imaginación, la creatividad, el pensamiento abstracto pero ahora todo se soluciona con una tablet que emite colores, formas virtuales que se mueven sin parar, ruidos y distorsiones de la realidad que alejan al infante de la capacidad de ensimismarse, de reflexionar por unos segundos respecto de lo que siente o piensa, de lo que desea para su vida o de lo que significa pertenecer a una familia o grupo social.
Esta sobreestimulación es entendida como una ventaja que permite que nuestros niños sean más felices. Claro, al no haber posibilidad de aburrirse, el resultado obvio vendría a ser un estado inalterable de buen estado de ánimo. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que esta es una creencia equivocada y que no necesariamente un niño que no se aburre es un niño feliz y por el contrario, la sobrecarga de responsabilidades o de cosas que hacer genera tensiones, ansiedad y depresión. Veamos esta nota en la que se explora este tema con mayor profundidad:
La Asociación Psicológica Estadounidense (APA) indica que el estudiar puede ser una experiencia muy estresante para los niños y jóvenes. Ya que a veces los estudiantes no entienden lo que ven en clase, no se sienten cómodos con sus compañeros o tienen mucha carga de trabajo o mucha presión por parte de sus padres. A esto se le suma la tensión actual generada por la conexión constante a las redes sociales.
Conscientes de la actual problemática, Wellington College, un prestigioso internado británico para alumnos entre 13 y 18 años, se ha convertido en uno los centros educativos más avanzados del país. Al introducir en la curricula desdel 2006 “las clases de felicidad”, una asignatura de una hora a la semana donde simplemente se trata de enseñar al niño a vivir. Profesores especializados promueven debates sobre las emociones, se fijan objetivos vitales positivos y se enseña al alumno a sobrellevar la tensión del día a día.
De acuerdo a los estudios realizados por Wellinton College, 220 millones de niños en el mundo padecen problemas de ansiedad y depresión. De los cuales la mitad desarrollarán una enfermedad mental en la vida adulta, y se triplicarán también sus posibilidades de crímenes, abusos de drogas y suicidios. Lo cual se puede evitar si esta condición no es subestimada por los padres o profesores y se toman acciones que ayuden al desarrollo de niños felices y exitosos.
Recomendaciones para hacer felices a los niños de hoy:
Divertirse juntos
La primera clave para criar a un niño feliz es generar alegría a través del juego en conjunto con el padre o maestros. El juego no estructurado desarrolla habilidades esenciales para su futura felicidad y le permite descubrir lo que le gusta hacer, construir torres con bloques de madera, jugar al hospital con sus animalitos de peluche lo cual puede orientarlo hacia una carrera que le satisfará.
Perfecciona sus talentos
Las personas felices son a menudo aquellas que dominan una habilidad. Por ejemplo, cuando tu hijo practica cómo lanzarte una pelota, aprende de sus errores, aprende persistencia y disciplina, y luego experimenta la dicha de tener éxito debido a sus propios esfuerzos. Y lo que es más importante, descubre que tiene algo de control sobre su vida: si trata de hacer algo, tiene la satisfacción de darse cuenta de que, con persistencia, llegará a lograr lo que se propone. Los estudios muestran que este sentimiento de control que se experimenta a través de dominar algo es un factor importante que determina la felicidad adulta.
Cultiva hábitos sanos
Mucho sueño, ejercicio y una dieta saludable son importantes para el bienestar de todos, sobre todo de los niños. Los niños pequeños hacen ejercicio de manera innata. Darle a tu hijo tiempo de sobra para corretear afuera le ayudará con sus estados de ánimo.
Deja que trate de resolver sus problemas
De por si la mayoría de padres tratan de arreglar siempre las cosas para sus hijos, tratan de hacerlos felices todo el tiempo. Eso no es realista, los niñosnecesitan aprender a tolerar algo de angustia, algo de desdicha, esto les permitirá aprender a enfrentarse a los problemas con éxito más adelante.
Permítele estar triste o enojado
Cuando tu hijo se va a un rincón a hacer pucheros en una fiesta de cumpleaños, tu reacción natural podría ser empujarlo a unirse a la diversión, pero es importante permitirle que esté infeliz. Los niños necesitan saber que a veces es normal sentirse desdichados. Es, sencillamente, parte de la vida. Y si tratamos de rescatarlo de cualquier desdicha, podríamos estarle enviando el mensaje de que está mal sentirse triste. Necesitamos dejarlos experimentar sus sentimientos, incluyendo la tristeza.
Enséñale a compartir y a pensar en los demás
Conforme tu hijo pequeño va creciendo puedes irle enseñando la importancia y satisfacción que existe en ayudar a otros. Algunos estudios muestran que las personas que se interesan por su alrededor tienden a sentirse menos deprimidos.
Sé un modelo de conducta
Los estudios muestran que puedes pasarles tu temperamento a tus hijos, no necesariamente a través de tus genes, sino a través de tu propio comportamiento y forma de criarlos. Para bien o para mal, los niños perciben el humor de sus padres. Incluso los bebés pequeños imitan el estilo emocional de sus papás, lo cual de hecho activa vías neuronales específicas.
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