Ricardo Palma y Nicomedes Santa Cruz: Dos peruanos eternos
Dos insignes representantes de nuestras letras merecen ser recordados esta semana. Los dos fueron determinantes en la consolidación y posterior desarrollo del género costumbrista nacional, aquella manera de describir la idiosincrasia, costumbres, virtudes y defectos de nuestra sociedad con fino humor, ironía, denuncia y calidad artística. Nos referimos a Ricardo Palma (nacido un 7 de febrero de 1833) y Nicomedes Santa Cruz (fallecido un 5 de febrero de 1995). Ambos, Palma desde la narración en prosa; y Santa Cruz, desde la poesía en décimas y la música, dejaron legados de enorme valor para conocer cómo fueron las historias de las comunidades criollas/mestizas y negras durante los tiempos coloniales y sentaron las bases de la diversidad en la literatura peruana.
Uno de los grandes problemas educativos, sociales y culturales de nuestro país es, qué duda cabe, el bajo o casi nulo interés por la lectura de nuestras poblaciones. Leer poco nos hace perder de vista una infinidad de aportes que creativos escritores han dejado para la posteridad, con informaciones y noticias de lo más interesantes que nos cuentan, a veces con rigor histórico y otras, con ingenio y humor, cómo eran las costumbres del pasado, conectándonos con nuestra identidad más profunda.
Una de nuestras tareas como docentes modernos es orientar a los alumnos a que, primero, desarrollen el buen hábito de la lectura y, luego, ayudar a escoger aquellos libros que aporten algo a sus vidas y criterios en formación. Sin necesidad de aislarse del mundo moderno y las redes sociales (aunque bien nos valdría hacerlo de vez en cuando) podemos moldear la personalidad de las nuevas generaciones a través de la lectura de clásicos peruanos que hasta hoy son mencionados y citados en diversos círculos pero que, en el fondo, están también condenados a la desaparición si los más jóvenes no entran en contacto con sus obras.
En esta ocasión, con motivo de estar en el mes en el que recordamos su nacimiento y partida, respectivamente, rescatamos de la memoria a don Ricardo Palma (1833-1919) y Nicomedes Santa Cruz (1925-1992).Ricardo Palma es el autor de las clásicas Tradiciones Peruanas, que fueron escritas en un periodo de diez años, entre 1872 y 1883 y publicadas luego, múltiples veces, en ediciones completas, parciales, corregidas y aumentadas, a través de siglo y medio. ¿Por qué es importante que los maestros recomienden su lectura a los alumnos? Porque Palma fue un cronista de su tiempo, con fuertes dosis de humor, romanticismo y sentido de lo que podía resultar interesante. Su manejo del lenguaje popular y de las costumbres de nuestro pasado lo encumbraron como una de las plumas más respetadas del Perú que estrenaba su estatus de país independiente tras años de colonización española.
La lectura de Tradiciones no resulta, por tanto, anacrónica o innecesaria por tratarse de costumbres y saberes populares ya desaparecidos hace mucho. Entre líneas hay elementos que son perfectamente vigentes en estos tiempos de globalización e internet: la discriminación, el pensamiento mágico-religioso, la viveza criolla, los murmullos en las calles. En fin, situaciones y reacciones que, en diversas y más variadas maneras, siguen presentes en nuestro comportamiento social y que forman, para bien o mal, nuestra noción de identidad.
En el caso de Nicomedes Santa Cruz, se trata del artista afroperuano más importante de todos los tiempos, que combinó el arte de la palabra y la música para dar a conocer el dolor, la evolución y los sentimientos de la comunidad negra en nuestro país. Durante la última campaña presidencial del 2016 se trajo del pasado su décima La pelona, en medio de un debate político entre los principales contrincantes en ese momento.
También con fino humor como su principal divisa, y una profunda sensibilidad humana, Nicomedes expresó como nadie la picardía y los sueños de una minoría que ha sufrido discriminación y maltrato durante siglos, generando conexiones con otros pueblos de Latinoamérica que se identificaban con esas poesías de contagiosa cadencia.
¿Te atreves a enseñar a tus alumnos la obra de estos dos peruanos notables?
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