Todos vuelven: Más que una simple canción, un himno
Dicen que cada generación, sus características, alcances y problemas, puede definirse según la música que escuchó. Uno de los principales temas que ha afectado a nuestra sociedad a lo largo del tiempo es la necesidad de emigrar, salir del país en busca de un futuro mejor, de mayores oportunidades. Este ha sido graficado en canciones que van desde el rock relajado y tonto de Cuando pienses en volver hasta el bailable merengue de Visa para un sueño, que reflejan de distintas formas una situación tipo: jóvenes que, hartos de la pobreza, se van pero se ilusionan con volver. En ese sentido, hay una canción que supera a todas las demás por su profundo lirismo: Todos vuelven. Su autor, el poeta limeño César Miró, falleció un día como hoy en 1999. Aquí te contamos su historia y cómo compuso este himno al amor por la tierra que nos vio nacer.
El vals Todos vuelven de César Miró es una de esas canciones que se metieron en el corazón del pueblo pues fue creada para los inmigrantes. Todos vuelven es un verdadero poema de amor a la tierra lejana, escrito por el poeta, escritor, intelectual, periodista y amante de nuestra música criolla César Miró.
César Alfredo Miró Quesada Bahamonde nació el 7 de junio de 1907 en el distrito de Miraflores, Lima. Estudió en los colegios San Agustín y La Inmaculada escapándose de clases de éste último para irse a la Biblioteca Nacional a sumergirse entre los libros de aquel templo del saber. Cuando tenía 15 años publicó el periódico escolar Relámpago y poco tiempo después publicaría sus primeros poemas en la revista Amauta.
Fue amigo de José Carlos Mariátegui aunque solamente conversaba con él sobre arte y literatura ya que no simpatizaba con sus ideas políticas. Cuando estudiaba en París, en 1929, conoció a César Vallejo con quien se hizo gran amigo.
Estando en Los Angeles, Estados Unidos, recibió una oferta para filmar una película que describa y muestre el sentimiento de los latinoamericanos que vivían en EE.UU. pero soñaban con retornar a la tierra amada. La película se llamaría Gitanos en Hollywood y Miró estaba a cargo de elaborar el guion, pero el proyecto se frustró.
A pesar de ello, César Miró siguió trabajando en los versos de una canción para aquella película que no se realizó y al regresar a Lima le dio ritmo de vals. En 1941, Jesús Vásquez estrenó dicha canción y desde que empezó a cantar los primeros versos de la misma, se supo que se había escrito una nueva página gloriosa para la canción criolla: “Todos vuelven a la tierra en que nacieron, / al embrujo incomparable de su sol, / todos vuelven al rincón donde vivieron, / donde acaso floreció más de un amor…”
En México solía cantar Todos vuelven con amigos peruanos y todos terminaban llorando. Jamás comprendió cómo fue que pudo tocar el sentimiento de la tierra lejana sin proponérselo. Los peruanos viviendo fuera del Perú sí lo saben.
A don César no le gustó nunca la versión que grabó, en ritmo de salsa, el panameño Rubén Blades, a pesar de que ayudó a extender su fama a nivel internacional. Cuentan que Blades, en una de sus tantas visitas a Lima, le pidió disculpas por los cambios que le hizo.
Fue el recopilador y prologuista de la primera edición de Poesías Completas de César Vallejo, publicada en Buenos Aires. Escribió novela, cuento, teatro, ensayo y poesía. Trabajó en radio y televisión. Fue Presidente Vitalicio de la APDAYC, miembro de la Academia Peruana de la Lengua y de la Sociedad Bolivariana. También fue embajador del Perú en la Unesco y Premio Nacional de Cultura.
César Miró falleció el 8 de noviembre de 1999, a los 92 años.
Fuente: Blog PUCP
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