¿Y quién fue Jorge Salazar?
Periodista de viejo cuño, maestro de varias generaciones de redactores y reporteros que soñaban con ser escritores y de escritores que terminaron siendo periodistas, don Jorge Salazar, “Coco” para sus amigos y alumnos, es uno de los héroes anónimos del periodismo peruano moderno. Anónimo para los jóvenes, por cierto, para quienes su nombre y apellido (por demás simples y con cientos de homónimos por todas partes) no representan absolutamente nada. Catador de vinos y gastrónomo, amante de los tangos y las mujeres hermosas. Dirigió varios de los medios escritos más prestigiosos de Lima en los 70s y 80s -él lanzó al estrellato mediático, desde la redacción de Caretas, al “psicólogo” Mario Poggi en aquel sonado caso que fuera descrito a todo detalle tanto por la prensa seria como la otra (que no era tan amarilla y sórdida como la actual, por cierto). Hablaba varios idiomas y fumaba “como chino en quiebra”. Los más estudiosos de las promociones de periodistas y comunicadores que, en las aulas de la Universidad San Martín de Porres, él ayudó a formar trasmitiendo de manera única su vasta cultura, experiencias y don de gentes, saben muy bien de quién estamos hablando. Los demás no. En esta nota recordamos a un personaje de nuestra cultura querido por muchos e injustamente desconocido por la mayoría. En el Día del Periodista, vale la pena recordarlo.
Versión editada del texto biográfico de Ángel Angulo, publicado en el blog La ópera de los fantasmas, dedicado al periodista y profesor universitario Jorge Salazar.
Escritor, cocinero, bailador de flamenco y danza moderna, actor de cine, futbolista, hípico con suerte, historiador, revolucionario, psicoanalista, profesor y periodista. Jorge Salazar nació en Lima, el 27 de septiembre de 1940.
Estudió los primeros años de la primaria en el Colegio Agustino Santa Rosa de Chosica para luego pasar al entonces exclusivo Colegio Anglo Peruano de donde emigró para concluir la secundaria en Inglaterra a los 15 años de edad. Desde ese tiempo vivió, estudió y trabajó en Londres.
Con su compañía de danza viajó por Francia, España, Alemania y Estados Unidos; allí conoce a Hilda Gadea. Brillante como fue desde chico, Salazar sorprende a la esposa de Ernesto “Che” Guevara y ella lo invita a Cuba. Llega a la isla en plena celebración del triunfo de la revolución cubana. Salazar luego de esa experiencia decide regresar al Perú e ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
“Nos sorprendía siempre con sus conocimientos. No había hecho político, nacional o universitario que no conociera lo suficiente para exponerlo, explicarlo y argumentar a favor o en contra. Y cómo bailaban sus ojos cuando se apasionaba en sus intervenciones o conversaciones. Se atropellaba a veces al hablar. Tal era el cúmulo de datos y detalles que quería comunicar, que no parecía suficiente la velocidad de su verbo” recuerda el ex Diputado por Izquierda Unida, Rolando Breña Pantoja.
En 1969, Salazar publicó el ensayo Una visión del Perú con el que ganó el premio De Gius de los Países Bajos. Y en 1979 publica Piensan que estamos muertos, escrita al alimón con Alaín Elías, el guerrillero que estuvo en la misma balsa que el poeta Javier Heraud cuando fue acribillado por el ejército. En 1980, Salazar ganó el Premio Casa de las Américas por su novela La ópera de los fantasmas.
Salazar trabajó en casi todos los diarios del Perú, pasó por El Comercio, La República, La Crónica y Expreso. Fue editor de la revista Caretas y columnista del semanario Dier Spiegel de Alemania, Cambio 16 y Vanguardia de España. Escribió sobre teatro y literatura, historia, gastronomía, fútbol y se abocó a la política internacional cuando hacerlo no implicaba a internet. Fue también –con el caso Poggi– el primer periodista del mundo en cubrir un asesinato antes de que sucediese.
“Jorge Salazar es sorprendentemente puntual. Con aire de trasnochado, pinta de bohemio, bufanda al cuello, preferentemente negra y de seda. Desconcierta. Coco es cortés. Habla en voz baja y ríe en voz alta. Aparece para una entrevista. Pregunta si incomoda la grabadora. Y para qué, si Coco jamás la utiliza. Él recurre a su memoria comparable a una computadora que además posee la virtud de la imaginación y colorido. Coco ama la cumbia, el jazz, el afro y Mozart. Nació en Chosica pero es dueño del mundo. Jorge Salazar es generoso y desprendido”, escribió su amiga, la fotógrafa Daphne Zileri.
En 1987 Salazar publicó Poggi: la verdad del caso. Coco era apreciado por sus amigos no solo por su charla vertiginosa, sino porque era un cocinero exquisito y un amante obsesivo del fútbol, sobre el cual disertaba con pasión y sapiencia. Pero lo que desconcertaba a sus amigos, que se diluían en envidias de todos los calibres (seamos sinceros), era su facilidad para enamorar a mujeres bellísimas”, cuenta el poeta y periodista Enrique Sánchez Hernani. En 1992, después de 25 años de investigación del caso, publicó su novela La medianoche del japonés, reeditada en 1996 por la Universidad de San Martín de Porres.
Jorge Salazar fue el primer catedrático de gastronomía en el Perú. En 1995 editó, compiló y es uno de los autores del libro La Academia en la Olla. Fue representante del Perú en el gran simposio internacional realizado en España para celebrar el V Centenario del Descubrimiento de América: Canarias, en la ruta de los Alimentos. En el 2004 publicó el libro Crónicas Gastronómicas que ganó el Gourmand World Cookbook Awards 2005 como mejor libro de Literatura Gastronómica.
Salazar fue también un investigador y analista del fútbol nacional e internacional. Fue asesor y colaborador de UNICEF en temas deportivos. Editó el libro 11 Historias de Fútbol (2000). Y escribió El libro de Oro del Club Sporting Cristal (2007). “Es un gran conversador”, dice Juan Carlos Oblitas, quien lo conoció cuando Salazar lo entrevistó en los tempranos tiempos de su carrera deportiva. “Me gustaba conversar con él por su inteligencia”, recuerda el legendario jugador. Con el tiempo, la amistad se prolongó a todos los campos. Alguna vez, cuando Oblitas tuvo a cargo la selección nacional, Salazar ofició de consejero psicológico del equipo.
Jorge Salazar, es considerado, además, el mayor especialista nacional en crónicas policiales, de muerte y misterio y ha publicado cuatro volúmenes especializados sobre la Historia de la Noticia: A sangre y tinta (1996), La guerra y el crimen (2001), De matar y morir (2004) y La sangre derramada (2007, publicación póstuma).
El 2006 publicó su última novela en vida, Los papeles de Damasco. “Sobre sus conocimientos de historia, geografía y filosofía su obra Los Papeles de Damasco nos dispensaría de mayor comentario aunque nos pondría en problemas de explicar cómo junto al humanista convivía el “burrero” apostador y el tahúr experto en todo tipo de juego. Cuántas cosas más se podrían y se tendrían que decir de “Coco” pero modestamente y con el mayor de los afectos yo quisiera recordar al promotor de periodistas jóvenes, recuerda Benito Portocarrero. En junio de 2015 a siete años de su partida, se publicó su libro de gastronomía, el cual había dejado listo: “Coma y punto” una exquisita sobremesa de la culinaria mundial.
Jorge Salazar se casó cuatro veces y se divorció cuatro veces. La mayor parte de su vida vivió en Inglaterra, Holanda, España y Alemania, de donde regresó, decía él, para morir en el Perú. Y así fue. El domingo 8 de junio de 2008, partió nuevamente a otro viaje cuyo destino tanto le intrigaba.
Sus restos descansan en el Campo Santo Mapfre de Huachipa, cerquita de su querida Chosica. Y en su lápida dice como él lo pidió: Pasó por la vida y se dio cuenta. Siempre tiene flores. Alguien tan querido nunca estuvo ni está solo.
Definitivamente genial. Un ícono para los periodistas de la nueva generación. Un paradigma para el periodista actual. El perfil de un periodista orientador, que hace pedagogía para el pueblo, que eleva la cultura del pueblo. Debería haber alguna forma de hacer a estos personajes, el eje central de la formación de los nuevos periodistas. solo así saldríamos del periodismo ramplon, insulso y superficial de nuestros días. Los jóvenes periodistas todavía tienen la posibilidad de alcanzar amplitud, profundidad y solidez cultural en su profesión.
Un gran educador del pueblo,incomparable con la mayoría de periodistas de hoy , que se abocan a defender intereses oscuros(narcopoliticos,asesinos,vendepatrias,traidores).Un orientador muy culto,merece ser conocido por las nuevas generaciones,que sueñan,soñamos con nuevo Peru en nueva América.