31 de mayo: Día del No Fumador
“Fumar es un placer genial, sensual” decía la letra de un conocido tango –Fumando espero– popularizado en la década de los años 50 por la actriz y cantante española Sarita Montiel. Esa percepción positiva fue mutando con el correr de los años, producto de las múltiples investigaciones y comprobaciones científicas que colocaron al cigarrillo en su verdadera dimensión: más que un agente de placer, se trataba de un riesgo pulmonar y cancerígeno, cuyo consumo incontrolado trae consecuencias graves para la salud humana. Sin embargo, una mala interpretación de las libertades y derechos individuales ha evitado que su consumo -y los negocios publicitarios e industriales que vienen ligados al mismo- se reduzca de manera consistente. Por ello existe el Día Mundial del No Fumador, una cruzada informativa que invita a reflexionar sobre este tema de salud pública y sus reales implicancias, sin fanatismos en pro o en contra del tabaco.
El 31 de mayo de todos los años se celebra a nivel mundial el Día del No Fumador. En una iniciativa conjunta de la Organización Mundial de la Salud y otros organismos asociados, se promueve ese día la elección de una vida sin tabaco.
El tabaco es en extremo dañino para el organismo humano. Las estadísticas demuestran que esta planta procesada y en forma de cigarrillos y puros, es una de las principales causas de deterioro de las vías respiratorias, deterioro que en su versión más agresiva conlleva a la muerte. Principalmente son cuatro las sustancias que provocan graves enfermedades (el cáncer por ejemplo):
Nicotina: se trata de un compuesto orgánico, un alcaloide que se encuentra en la planta del tabaco muy densamente concentrado en sus hojas. Su nombre proviene del francés Jean Nicot que llevó la nicotina a Francia en el siglo XVI.
Monóxido de carbono: es un gas que viene de la combustión incompleta de la hebra del tabaco
Gases irritantes y dañinos: se trata de gases que afectan de manera negativa el sistema respiratorio
Sustancias cancerígenas: el humo del tabaco contiene múltiples sustancias cancerígenas como el Benzopireno. Estas sustancias se forman durante la combustión del tabaco o del papel del cual están elaborados los cigarrillos.
Se calcula que, anualmente, la dependencia del tabaco mata a casi seis millones de personas. De este número total de víctimas, más de medio millón son fumadores pasivos, una cifra realmente preocupante.
En el contexto del convenio para el control del tabaco de la Organización Mundial de la Salud, se insta a los países a elaborar políticas que hagan retroceder el consumo del tabaco y sus derivados. Diversas investigaciones han demostrado que el aumento de los impuestos es una medida muy eficaz para reducir el consumo de tabaco entre los grupos de menores ingresos e impedir que las personas más jóvenes empiecen a fumar.
Un aumento del 10% en el precio del tabaco causado por una subida de los impuestos disminuye el consumo de tabaco en un 4% en los países de ingresos altos y hasta en un 5% en los países de ingresos medios bajos. En el Informe sobre la salud del año 2010 se indicaba que un aumento del 50% en los impuestos al consumo del tabaco generaría algo más de US$ 1400 millones de fondos adicionales en 22 países de ingresos bajos.
Como se puede deducir de las estadísticas referentes al consumo del tabaco, muchos de los ingresos, especialmente los de los países en vías de desarrollo, son destinados al consumo del tabaco, una triste realidad.
El objetivo principal de la celebración del Día Mundial Sin Tabaco es contribuir a proteger a las jóvenes generaciones y las futuras no solo de las devastadoras consecuencias del tabaco para la salud, sino también de los flagelos sociales, ambientales y económicos que son consecuencia directa del consumo de tabaco.
Según la Organización Mundial de la Salud, los objetivos específicos de la campaña del año 2014 son los siguientes:
- Que los gobiernos aumenten los impuestos sobre el tabaco hasta niveles que reduzcan su consumo
- Que las personas y las organizaciones de la sociedad civil alienten a sus gobiernos a aumentar los impuestos sobre el tabaco hasta niveles que reduzcan su consumo
Es importante resaltar la incidencia que pueden tener las políticas de los gobiernos en la formación de sociedades que prescindan del tabaco. Si los jóvenes son bien orientados desde un inicio, decantarán sus intereses hacia un tipo de ocupación que sea positiva para el cuidado de la salud y se alejarán del consumo de tabaco y otras drogas permitidas por la ley.
Con relación al peligro del consumo del tabaco, es urgente que el gobierno suba el impuesto y también dicte políticas eficaces para proteger a los consumidores pasivos, por ser las victimas involuntarias del sistema.