Maestros que enseñen a aprender y escuelas flexibles, futuro de la educación.
por Isaac Torres Cruz (editado de http://www.cronica.com.mx/)
Decía Sigmund Freud que existían tres profesiones imposibles: el psicoanálisis, gobernar y educar, pues podemos estar seguros que, desde antes de que se obtengan sus resultados, siempre serán insatisfactorios. En el caso de la educación, las evaluaciones internacionales como PISA, nuevos modelos y reformas educativas, la evolución de algunos otros en la educación pública y privada, serán objeto de insatisfacción para muchos.
El entramado entre factores para el desarrollo de una buena educación es complejo y nada puede quedar fuera para lograrlo: modelos, profesores, políticas, ambientes de aprendizaje e innovación en la educación y nuevas tecnologías.
EDUCACIÓN MÁS HUMANA. Por muchos años, en la educación superior se diferenció a los seres humanos entre los “muy inteligentes” y los que no, de ello dependía el reclutamiento que hacían las universidades y el resultado, a su vez, eran personas que tenían mayor éxito en la vida. Esa valoración puede desestimarse cada vez más si la automatización y la inteligencia artificial realizan la mayoría de procesos y servicios en las próximas décadas. Las instituciones de educación superior prevén que el desarrollo tecnológico humanizará la educación y que si las universidades del futuro forman ciudadanos cosmopolitas comprometidos con la transformación de la sociedad, se necesitará volver a la versión clásica de las humanidades y combinarlas con las habilidades digitales del siglo XXI.
ENTORNOS EDUCATIVOS. Uno de los paradigmas que deben cambiar irrefutablemente en el futuro más próximo es comprender que la escuela no es el espacio físico y único donde los estudiantes desarrollan su aprendizaje. Repensar la ingeniería de ambientes en la educación requiere de nuevas estructuras que ya ocurren en muchas partes del mundo, aunque con modelos, experiencias y resultados distintos. Tenemos que preparar personas que sepan aprender y apoyarlos en diferentes ambientes educativos, porque las escuelas ya no son más el centro de toda la educación. Repensemos los espacios físicos para apoyar a los estudiantes y brindarles un aprendizaje para toda la vida, no sólo desde la perspectiva de cada disciplina individual, sino mediante competencias transversales y procurando el desarrollo socioemocional de los estudiantes.
EDUCACIÓN A DISTANCIA. Tomar clases en línea ya es toda una realidad y son miles de usuarios en todo el mundo quienes utilizan la tecnología con este fin. Para que este tipo de contenidos sean exitosos, se requiere de empatía e incluso simpatía de los profesores, quienes deben enseñar con pasión y tener interacción con sus alumnos. Además, es necesario que los contenidos tengan el nivel adecuado y que muestren claramente los resultados que obtendrán los alumnos. Las universidades están creando un aprendizaje más fundacional y más perdurable, en tanto que la industria crea proyectos y aprendizajes más aplicados para que lo aprendido en la universidad sea más relevante para los trabajos. Esto incluye otro tipo de acreditación de las personas que no son un título o grado académico, sino microtítulos que avalan sus habilidades.
PROFESORES DEL FUTURO. El trabajo más importante, de acuerdo a las habilidades que se requerirán en las próximas décadas, es la de profesor de educación básica. Las escuelas y universidades serán lugares donde los estudiantes aprenderán a aprender y serán las facultades y los profesores los primeros en el frente para ello, porque ayudarán a los estudiantes a aprender nuevos tipos de habilidades y desarrollar su aprendizaje. Según recientes estudios, entre las 10 principales profesiones que se requerirán con miras hacia el 2030, se encuentran adicionalmente las de abogados, jueces y trabajadores relacionados; ingenieros; científicos sociales; consejeros, trabajadores sociales y especialistas en trabajo comunitario y social; bibliotecarios, curadores y archivistas; así como especialistas del entretenimiento, deportistas y trabajadores relacionados.
La profesión de profesor se mantendrá con ese nombre, pero su trabajo no se centrará sólo en dar una clase, sino activar el aprendizaje en la mente de los alumnos. El papel del maestro es muy grande para ayudar a los estudiantes a desarrollarse en los trabajos para el mundo del mañana. Muchos estudiantes necesitan más flexibilidad en sus horarios, algunos de medio tiempo, otros podrían requerir más años. Las universidades deben ser lugares que permitan eso, y que las veamos ya no como un lugar de aprendizaje, sino como una plataforma para aprender toda la vida.