El Cajón Peruano: Patrimonio Cultural de la Nación
Una humilde caja de madera que transportaba mercadería se transformó, con el paso de los años y la creatividad de un pueblo rico en tradiciones, en el instrumento más auténtico que posee el Perú. El Cajón Peruano es un producto que nació en nuestra tierra por la necesidad de comunicarse y expresarse de los pobladores que llegaron del África en calidad de esclavos pero cuyo espíritu encontró la libertad en los repiques de sus partes.
Con tanta historia de por medio, nuestro cajón no ha hecho otra cosa que nutrirse del espíritu del Perú y su gente, dejó de ser usado para ejecutar música netamente africana para integrarse a los ritmos de las poblaciones originarias de nuestra tierra logrando nuevos ritmos, muy apreciados por su belleza y profundo sentimiento. Hoy en día es casi imposible encontrar a alguien que se resista su ritmo contagiante y envolvente.
Su repique alegre y saleroso contrasta con la cadencia y la melancolía que alcanza en las manos de un buen ejecutante, según la ocasión. Y hoy es valorado en el mundo entero por los artistas más conocidos y las orquestas musicales más selectas, sin duda un verdadero embajador de nuestra cultura en el extranjero.
Hablar del Cajón Peruano es contar la historia de las poblaciones africanas que llegaron al Perú con los conquistadores en calidad de esclavos y que principalmente fueron designados a trabajar en las haciendas y caseríos de la costa peruana. Su existencia sin ellos no hubiera sido posible y hoy en día no tendríamos el orgullo de verlo incluido, no solo en nuestra música nacional, sino también popularizado en todo el mundo en versiones modernas de géneros tan interesantes como el jazz, el flamenco y la música afro-latina-caribeña.
Estas numerosas poblaciones de esclavos, que trabajaban en largas faenas agrícolas, y otros dedicados a las labores domésticas atendiendo a las familias propietarias de las haciendas, provenían de diversas etnias africanas que tenían prácticas en común como la percusión, un factor primordial y divino en su música.
Estas melodías africanas priorizan hasta hoy el uso de los tambores pero estos fueron prohibidos tanto por la Iglesia Católica, que los consideró paganos, como por el virreinato del Perú que, mediante un edicto, impidió su uso con el fin de evitar que la población negra se comunicara a distancia gracias a su gran habilidad para transmitir mensajes con los golpes del tambor, convirtiéndolos en instrumentos parlantes. Otra finalidad de esta prohibición fue evitar la interpretación del Panalivio, también conocido como Penalivio, una danza que es acompañada por canciones con letras cargadas de ironía u optimismo para aliviar las penas, eran cantos de sublevación con los que los esclavos denunciaban abusos y penas, que sus amos deseaban acallar.
Ante la prohibición de usar el tambor, emitida el siglo XVII, cualquier elemento que pudiera producir sonido al golpearlo era útil como sucedió con las cucharas de madera, las sillas, las mesas, las cajitas de limosnas o hasta una calabaza hueca con un orificio en la parte posterior. Estando así las cosas los esclavos africanos vieron pronto en los cajones de madera, usados para transportar mercadería, un potencial instrumento de percusión y los incluyeron en sus ritos sagrados y sus manifestaciones artísticas.
Pero, por supuesto, sus descendientes ya libres perfeccionaron su uso de tal manera que los experimentados cajoneros obtienen diferentes sonidos tocando el cajón en sus distintos lados: las puntas, el filo superior e inclusive desclavando una de sus puntas superiores. En el siglo XIX el cajón carecía de forma definida, pues cada quién los construía a su preferencia, pero Porfirio Vásquez, un cultor de la música afroperuana, fue quien lo uniformizó en la presentación actual que lleva unos 50 años en los escenarios.
El origen del nombre Cajón Peruano es atribuido al gran decimista peruano Nicomedes Santa Cruz y fue reconocido oficialmente como Patrimonio Cultural de la Nación el año 2001. Un dato interesante es que, debido a que la persona que lo toca se sienta sobre él, el ritmo que produce el cajón se trasmite directamente al cuerpo de su ejecutante.
En sus inicios el cajón se utilizó en las danzas de la costa del Perú como la Zamacueca y el Tondero, llegando a ser ampliamente difundido en las fiestas populares. La manera de tocarlo con un ritmo acompasado y acompañado de la guitarra, es una creación netamente peruana. Las costumbres tanto criollas como negras se perciben claramente en la música que se genera con este inusual instrumento y con el tiempo se han amalgamado en nuevas creaciones mestizas de gran belleza.
Es en la década de los setenta, gracias a los grupos de folklore y a las agrupaciones musicales, que adquiere mayor notoriedad en el extranjero. Actualmente, el cajón ha alcanzado su apogeo como instrumento predilecto e imprescindible en gran parte de las manifestaciones criollas.
El Cajón Peruano es un instrumento de percusión, originado en medio de circunstancias históricas acontecidas en el virreinato del Perú, que a lo largo de su evolución ha demostrado ser un hijo noble de nuestro país, un vehículo de mestizaje e integración para nuestra población pluricultural. Y hoy en día esa capacidad integradora ha sido reconfirmada con su aporte enriquecedor a distintos géneros musicales alrededor del mundo.
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