Formas de saludo en diversas culturas
El español José Ortega y Gasset fue uno de los pensadores más influyentes del siglo 20. De lucidez y agudeza impresionantes, Ortega escribió sobre prácticamente todas las actividades humanas. En su colección de ensayos El hombre y la gente (1957), dice sobre “el saludo” (citamos de memoria): “Al llegar a una reunión en casa ajena, lo primero que hago es acercarme a cada una de las personas que allí se encuentren, tomar su mano, estrecharla, sacudirla y luego soltarla. Es un acto estrambótico y mecánico, casi inhumano”. Y procede a describir las razones por las cuales esta convención social que expresa respeto y educación, es realmente una acción aprendida, copiada de otros y por lo tanto, poco natural y a un tiempo, importante para dar inicio a cualquier relación social que uno pretenda establecer, de carácter positivo. El saludo es el primer paso, lo que garantiza que uno llega en son de paz. ¿Por qué es tan importante?
Saludar – del latín “salutăre” – es importante porque expresa, como decíamos al principio, que uno se aproxima a otra persona con buenas intenciones, es como la garantía de que, salvo situaciones específicas que se produzcan durante la conversación, no habrá conflictos en ese encuentro. Si varios adultos se encuentran conversando en una sala o en una esquina y un niño o adolescente aparece y saluda, es la máxima demostración de educación y respeto que ese niño puede ofrecer, y por extensión, se convierte en señal de buena imagen para la familia de la cual provenga. En estas épocas, en las cuales es tan poco común ver esta reacción en los menores de edad, encontrar a quienes tengan esa costumbre se ha convertido en un lujo.
Esta costumbre, transversal a las culturas occidental, oriental y africana, es en realidad milenaria y, aunque su origen no ha sido trazado con exactitud, lo más probable es que hayan sido las civilizaciones de la antigüedad (griegas, romanas, egipcias, chinas) las que establecieran este rito como necesario para iniciar el contacto entre dos personas. Entre nosotros, las formas más comunes de saludo son: el apretón de manos, el beso en la mejilla, el abrazo (cuando hay mayores niveles de confianza y efusividad); aunque a veces no es necesario el contacto físico sino una simple frase como “hola ¿cómo estás?” o levantar la mano y moverla, si la persona a quien uno saluda se encuentra lejos.
Algunos saludos clásicos, que demuestran extremada sofisticación y respeto: quitarse el sombrero, acercar la mano de una mujer y besarla discretamente, inclinar el cuerpo hacia adelante (con claras reminiscencias de la cultura oriental en este caso) o sostener los antebrazos de la otra persona, como un medio-abrazo, una muestra de mayor cariño y confianza.
Por supuesto también existen saludos protocolares, de ejecución colectiva: cuando el maestro entra a al aula, por ejemplo, los alumnos se ponen de pie y saludan. Cuando el general pasa revista, la tropa levanta la mano derecha y la coloca, firme, a la altura de la frente. Y así, las diversas culturas humanas han creado una serie de variedades de acuerdo a costumbres y simbologías. Pero hay formas de saludo aun más interesantes y bizarras, para nuestra visión latinoamericana. Aquí les presentamos algunas:
En países como España y Francia lo normal son dos besos cuando las personas se conocen, y un simple apretón de manos cuando no, incluso entre hombres. Entre mujeres y hombres se ha impuesto la tradición de los dos besos siempre, aunque en familia se suele dar uno. Este beso se caracteriza porque es un leve roce de mejillas únicamente.
En Italia también son dos besos, pero comenzando desde el lado contrario, y sin importar el sexo de la persona, siempre que sean conocidos, cuando no lo sean se impondrá el apretón de manos.
En países como Bélgica, Alemania, Suiza y Holanda lo normal es dar tres besos, empezando por la derecha. En Rusia, es conocida la tradición de los tres besos, y en algunas regiones se llegan a ser hasta seis. Otra costumbre es besarse en la boca, muy antigua por cierto, como dejaron plasmada en la famosa fotografía los dos líderes de la Unión Soviético y Alemania Oriental, Brezhnev y Honecker. Por su parte, los británicos son más reacios a este tipo de contacto, y prefieren el saludo tradicional del apretón de manos.
El saludo esquimal, consiste en frotarse la nariz. Mientras tanto, en Oceanía, más en concreto en algunas zonas de la Polinesia, la manera de saludar es muy similar a la de los esquimales. Las mujeres nunca besan a sus parejas en la boca, y en su lugar pegan sus narices durante unos instantes.
En el Tibet, las personas se saludan mostrando la lengua, como señal de que ninguna palabra malintencionada saldrá de la boca de la persona que está ejecutando el saludo.
En China y Japón no se tocan para nada. Los japonenses saludan inclinando la cabeza, y dependiendo del respeto que se tengan la inclinación será mayor. En la India, a la hora de saludarse, la más normal es poner las manos juntas a la altura del pecho y pronunciar la palabra “Namaste”, y si la persona es de un mayor rango, se inclinan y le tocan los pies en señal de respeto. Otras culturas indoasiáticas, se caracterizan por un reconocimiento olfativo de la otra persona.
En el mundo musulmán lo más común es un estrechamiento de manos mientras dicen “salam aleikum”, tanto entre hombre como entre mujeres. Sin embargo, entre un hombre y una mujer nunca se tocan, a no ser que sean familiares, en tal caso se dan la mano y se abrazan, similar a una palmada en la espalda, proseguido de tres besos en los que únicamente ponen la cara.
En el norte de Malawi (África), el pueblo de los Ngá, los hombres se saludan sacudiendo dos veces el órgano sexual del contrario, incluso tres si son familiares. Las mujeres se dan apretones en los senos, en la misma cantidad. Cuando se saludan hombres y mujeres el intercambio entre sacudidas es similar, y en caso de llegar hasta cuatro, significa que hay un interés del uno por el otro. Esta singular forma de saludo viene de la creencia de algunas tribus que consideran un peligro besarse pues en la antigüedad se creía que el alma se les podía escapar por la boca.
En suma, podemos decir que saludar(se) nunca pasará de moda, ya sea como elemento del protocolo social en grupos determinados de personas o como demostración individual de educación. En una época, las personas se saludaban por la calle, independientemente de que se conocieran o no, con un “buenos días-tardes-noches”, lo cual daba sensación de mayor urbanidad y sentido de la convivencia. Quien pasa sin saludar, además de ser una descortesía socialmente inaceptable, de una u otra forma, trata de pasar desapercibido y eso, sin lugar a dudas, despierta suspicacias en los demás.
Muy muy interesante , me gustó muchísimo .
COMO DICE JOSE ORTEGA EL SALUDAR NUNCA PASARA DE MODA,ES UNA CORTESIA PARA TODOS.
Bueno sabemos que el saludo demuestra educación en el idioma que sea.
Este es un blog muy bueno lo estoy pasando para que lo vean gracias.
Las formas de saludar son tan diversas como las culturas. Hay saludos afectuosos, ceremoniosos e incluso sorprendentes
Diversas formas de saludar (empleadas) Decir “Buenos Días” o “Hola” Es una expresión verbal con la que saludamos a personas conocidas y no conocidas.
Más saludos: http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2012/01/te-veo-te-huelo-y-vengo-echarte-de.html