Grandes Genios de la Humanidad: René Descartes (1596-1650)

René DescartesPienso, luego existo es una frase universal sobre la cual se edifica toda una corriente de pensamiento occidental que, en estos tiempos, pareciera haber caído en la obsolescencia. ¿Significará lo mismo para aquellas personas cuya característica principal es vivir de manera irreflexiva, como el joven que enciende una camioneta después de haber bebido alcohol y termina atropellando a un joven y, luego, en su afán de huir, lo vuelve a atropellar y lo arrastra hasta casi matarlo? ¿o como el habitante de un distrito asolado por los huaycos que, a pesar de la evidente inseguridad que representa para él y sus hijos pequeños el seguir viviendo allí, no piensa más que en “reconstruir” lo que el deslizamiento se llevó? Las consecuencias de vivir sin pensar traen como resultado la no existencia, tanto de manera metafórica -la que plantea nuestro personaje de hoy- como de manera fáctica, pues expone a la vida a múltiples riesgos. Vivir sin pensar en la conservación del medio ambiente o en los efectos que tendrá para nuestra salud el consumo de cierta clase de alimentos se inscribe en esa no-existencia, aunque por lo general este nuevo ser humano, que no considera el pensar profundamente las cosas como una actividad necesaria para el éxito o el crecimiento personal sí piensa, pero en cosas mucho más superficiales. Un día como hoy nació René Descartes, autor del Discurso del método. Veamos su biografía (Fuente: Universia.es / Imagen: busto de Descartes en el Palacio de Versalles, Francia).

René Descartes (nació 31 de marzo, 1596 – murió 11 de febrero, 1650), fue considerado el filósofo de la duda porque pensaba que, en el contexto de la investigación, había que rehusarse a asentir a todo aquello de lo que pudiera dudarse racionalmente.

Descartes –llamado también Renatus Cartesius- nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye, cerca de Poitiers, Francia. Desde 1967, La Haye se llama Descartes, en honor al filósofo, que fue el tercer hijo del jurista Joaquín Descartes y de Jeanne Brochard. Aunque René pensaba que su madre murió al nacer él, lo cierto es que murió un año después, durante el parto de un hermano que tampoco sobrevivió. Tras la muerte de su madre, él y sus dos hermanos fueron educados por su abuela, pues su padre, consejero del Parlamento de Bretaña, se ausentaba cada año por largas temporadas, y acabó dejando atrás a sus hijos al contraer nuevas nupcias. Fue alumno del Collége Royal de La Flèche, de los jesuitas, entre 1604 y 1612.

La educación en La Flèche le proporcionó, durante los cinco primeros años, una sólida introducción a la cultura clásica, habiendo aprendido latín y griego en la lectura de autores como Cicerón, Horacio y Virgilio, por un lado, y Homero, Píndaro y Platón, por el otro. El resto de la enseñanza estaba allí muy basada en textos filosóficos de Aristóteles (Organon, Metafísica, Ética a Nicómaco), acompañados por comentarios de jesuitas (Suárez, Fonseca, Toledo, quizá Vitoria) y otros autores españoles (Cayetano). Conviene destacar que Aristóteles era entonces el autor de referencia para el estudio, tanto de la física, como de la biología.

El plan de estudios incluía también una introducción a las matemáticas (Clavius), tanto puras como aplicadas: astronomía, música, arquitectura. Siguiendo una extendida práctica medieval y clásica, en esta escuela los estudiantes se ejercitaban constantemente en la discusión.

A su regreso del colegio a los 18 años, René Descartes ingresó en la Universidad de Poitiers para estudiar derecho y posiblemente, algo de medicina. Para 1616, Descartes cuenta con los grados de bachiller y licenciado.

En 1619, en Breda, conoció a Isaac Beeckman, quien intentaba desarrollar una teoría física corpuscularista, muy basada en conceptos matemáticos. El contacto con Beeckman estimuló en gran medida el interés de Descartes por las matemáticas y la física.

Pese a los constantes viajes que realizó en esta época, Descartes no dejó de formarse y en 1620 conoció en Ulm al entonces famoso maestro calculista alemán J. Faulhaber. Él mismo refiere que, inspirado por una serie de sueños, en esta época vislumbró la posibilidad de desarrollar una “ciencia maravillosa”. El hecho es que, probablemente estimulado por estos contactos, Descartes descubre el teorema denominado de Euler sobre los poliedros.

A pesar de discurrir sobre los temas anteriores, Descartes no publica entonces ninguno de estos resultados. Durante su estancia más larga en París, Descartes reafirma relaciones que había establecido a partir de 1622 con otros intelectuales, como Marin Mersenne y Guez de Balzac, así como con un círculo conocido como “los libertinos”.

En esta época sus amigos propagan su reputación, hasta el punto de que su casa se convirtió entonces en un punto de reunión para quienes gustaban intercambiar ideas y discutir; con todo ello su vida parece haber sido algo agitada, pues en 1628 libra un duelo, tras el cual comentó que “no he hallado una mujer cuya belleza pueda compararse a la de la verdad”. El año siguiente, con la intención de dedicarse por completo al estudio, se traslada definitivamente a los Países Bajos, donde llevaría una vida modesta y tranquila, aunque cambiando de residencia constantemente para mantener oculto su paradero. Descartes permanece allí hasta 1649, viajando sin embargo en una ocasión a Dinamarca y en tres a Francia.

La preferencia de Descartes por Holanda parece haber sido bastante acertada, pues mientras en Francia muchas cosas podrían distraerlo y había escasa tolerancia, las ciudades holandesas estaban en paz, florecían gracias al comercio y grupos de burgueses potenciaban las ciencias fundándose la academia de Ámsterdam en 1632. Entre tanto, el centro de Europa se desgarraba en la Guerra de los Treinta Años, que terminaría en 1648.

En septiembre de 1649 la Reina Cristina de Suecia le llamó a Estocolmo. Allí murió de una neumonía el 11 de febrero de 1650. Descartes aceptó la invitación de la reina Cristina para trabajar en su corte como filósofo residente y profesor de la soberana. La encomienda, que acaso Descartes había aceptado para conseguir apoyo para su amiga Isabel, hija de los destronados reyes de Bohemia (Gaukroger), resultó fatal para el filósofo, al verse obligado a iniciar las lecciones a las cinco de la mañana en el invierno de Estocolmo. Falleció a los 53 años de edad.

Obras destacadas: Reglas para la dirección del espíritu (1628), Discurso del método para dirigir bien la razón y hallar la verdad en las ciencias (1637), Meditaciones metafísicas (1641).

 

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3 Responses to Grandes Genios de la Humanidad: René Descartes (1596-1650)

  1. Gladys Leonor Curay Villanueva dice:

    Gracias por mantenernos informados en temas trascendentes, que nos ayudan a seguir crecindo como personas.

  2. Juan Juarez Rosario dice:

    En verdad que me ha parecido muy interesante la presentacion de la biografia del filosofo, por que, vivimos dentro de una sociedad tan inoperante para poner en practica este preciado don, que nos ha brindado Dios,que es del pensar con sentido comun y consecuentemente, somos muy mediaticos e inconscientes en muchos casos.Pienso luego existo, si,por que toda nuestra vida debe incluir resultados de como hemos actuado, distribuido nuestro tiempo,considerado a los que me rodean, etc.y en ese sentido soy lo que soy.

  3. Alfredo Leonel Portilla y Buendía dice:

    Con las disculpas del caso, en relación de los nuevos enfoques en educación, el aprendizaje por competencias, el mover un sinnúmero de capacidades, habilidades y destrezas para lograrlas; pero el estudio de la filosofía a mi parecer es básica y, aquellos que la estudiaron y hoy se dedican a capacitar a los docentes de la educación básica, creo que están en mejores condiciones que los que no la estudiaron. El pensamiento de René Descartes es básico para conocer el mundo, comprenderlo y sobretodo: transformarlo, según las ideas de Carlos Marx.

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