Instrumentos Musicales del Mundo: Balalaika
Por las principales plazas y avenidas de Moscú y San Petersburgo, las dos ciudades más visitadas de Rusia, abundan las tiendas de souvenires con aquellos símbolos que representan la amplia historia y tradiciones del pasado de este fascinante país euroasiático. Y uno de los recuerdos más populares entre los turistas es un extraño instrumento musical de cuerda, forma triangular y estructura similar a las mandolinas, laúdes y guitarras. Hay llaveros, ceniceros, porta servilletas y hasta miniaturas de este instrumento por todas partes. Sin embargo ni siquiera en las casas musicales rusas es fácil encontrar una real, en la que se puedan interpretar esas clásicas melodías rusas que tienen de música gitana, europea y medio oriental. Las balalaikas son, según los guías turísticos locales, objetos “de museo” y solo pueden oírse en festivales de música folklórica, que no son la prioridad en la oferta turística promedio, más orientada al recorrido urbano y monumental, los museos y catedrales y, en términos de tendencias modernas, las discotecas o restaurantes que ofrecen diversión nocturna para el viajero actual. Sin embargo la balalaika es uno de los instrumentos ancestrales más exóticos que se hayan creado. Si nunca antes habías escuchado sobre ella, esta es tu oportunidad:
La balalaika nació en el siglo XVII y fue un instrumento popular entre los artistas ambulantes. Una caja antigua de forma triangular con nada más que tres cuerdas. Así es la balalaika, un elemento de la cultura eslava que se remonta al siglo XVII.
En este instrumento todo parece extraño, empezando por su nombre, gracioso y trivial: balalaika. En esta palabra reside toda la esencia de este instrumento jovial siempre predispuesto para la diversión. Y más todavía teniendo en cuenta que en el pasado quienes más la dominaban eran los bufones y los artistas ambulantes, gente libre de cargas domésticas.
Los campesinos rusos no estaban para músicas, y por eso tocar la balalaika era considerado una ocupación inútil que no estaba bien vista. “La balalaika no suena, arruina”, solían decir en los pueblos. A los campesinos, naturalmente, les gustaba escuchar la balalaika y cantar y bailar al sonido de este instrumento.
Y eso, por cierto, no era lo único que podían hacer con ella: dado que en cualquier comercio se podía comprar por muy poco dinero a veces se utilizaba con otros fines.
Las crónicas cuentan que los campesinos se perseguían los unos a los otros y se golpeaban con balalaikas. Y así continuó hasta la mitad del siglo XIX. “Una vez estaba disfrutando del silencio cuando de golpe oí unos sonidos desconocidos para mí. ¡En el porche había un campesino sentado tocando la balalaika! La había visto antes en los comercios, pero nunca había oído como sonaba ni podía imaginarme que un instrumento de apariencia tan pobre, con sólo tres cuerdas, pudiera emitir tantos sonidos!”.
Desde aquella misma tarde el músico y comerciante petersburgués Vasili Andréiev, se propuso el objetivo de mostrar a todo el mundo que aquel “pobre instrumento de sólo tres cuerdas”, merecía un rol mucho más digno que ser una simple arma de peleas entre campesinos. Que la balalaika, mejor que ningún otro instrumento, era capaz de descubrir el alma rusa.
Andréiev empezó su labor de difusión, adaptando el instrumento a la realidad de su tiempo: acortó el mástil y hizo que las balalaikas se empezaran a elaborar con madera de arce y abeto, en vez de abedul o pino como se solía hacer, algo que mejoró notablemente su sonido.
Andréiev creó la Orquesta Bielorrusa, un verdadero acontecimiento musical que después de conquistar a Rusia, recorrió todo el mundo. Tal fue su fama que incluso en Inglaterra, EE UU y Alemania se crearon orquestas de instrumentos populares rusos siguiendo el modelo de la Orquesta Bielorrusa.
Ya en Rusia, a la balalaika le aparecieron sus propios Stradivarius y Guarneri: como por ejemplo Semión Nalímov, cuyas creaciones con el instrumento tradicional emitían un sonido comparable con el canto del ruiseñor.
“La huérfana balalaika ha encontrado la calidez en tu buen corazón!- le escribió un siglo atrás a Andréiev el gran cantante ruso Fiódor Shaliapin. -Gracias a tu amor ha crecido y se ha convertido en una belleza rusa que ha conquistado el mundo entero”.
A principios del siglo XX empezaron a aparecer arreglos para balalaika y se empezó a tocar mucho más allá de sus posibilidades como instrumento de baile. El gran Rimski-Kórsakov, autor de El gallo de oro y Sadkó usó la balalaika en su ópera La ciudad invisible de Kítezh y la doncella Fevróniya.
El baile con música de balalaika siguió avanzando en popularidad por todo el mundo con el inicio de la inmigración rusa de los años 20: fue precisamente entonces cuando sonó en todo su esplendor por los restaurantes y cafeterías de Europa y fue a parar a América, tanto del sur como del norte.
Este instrumento triangular, alzó definitivamente el vuelo en el momento en que el mundo entero escuchó el tema de Lara escrito por balalaika, en la legendaria película Doctor Zhivago de 1965.
“Con David Gilmour, guitarrista de la banda británica de rock progresivo Pink Floyd, incluso pensamos como íbamos a hacer un concierto dividiendo el escenario en dos con una pared en medio: en un lado él con la guitarra y en el otro yo con la balalaika”,-cuenta el músico Alexéi Arkhipovski, que ya en la escuela de música empezó a tocar a Paganini y Saint-Saëns con este instrumento. Alexéi actúa por todo el mundo, toca en el programa cultural “Olimpiada” (en Sochi) y en las recepciones presidenciales del Kremlin.
Hay siete tamaños distintos de balalaika desde el más alto de los tonos, al más bajo (desde el más pequeño o “piccolo” al contrabajo). Las tapas se construyen con madera de abeto o pino. En este vídeo podemos apreciar al Trío Barynya en el que hacen una combinación de temas tradicionales rusos, israelíes y hasta de los Beatles. Que lo disfruten…
Fuente: Russia Beyond the Headlines (significa Rusia más allá de los titulares)
Un artículo muy curioso, me encanta la música en general, sobre todo la musica urbana de la cual quiero hacer muchos proyectos con tal de "satisfacer o complacer" a la gente en lo que le gusta.
Me ha encantado leer esto ya que me parece historia y de mucho interes y cultura general.