La historia del Conejo y los Huevos de Pascua
Huevos de dulce, pintados y adornados con aplicaciones multicolores, llenan los anaqueles de los principales supermercados limeños durante la época de Semana Santa. Como suele ocurrir con las tradiciones ancestrales en nuestros tiempos, los Huevos de Pascua se han convertido en solo un objeto que hay que vender en estos días, y casi nadie mantiene la costumbre de esconderlos en casa y mucho menos se les asocia al Conejo de Pascua, repartidor de estos simbólicos y coloridos regalos. A mitad de camino entre la Pascua judía y una historia profundamente ligada a la resurrección de Jesucristo, base sobre la que se levanta el credo cristiano, esta tradición es muy interesante. En esta nota les contamos al detalle la historia detrás de los famosos Huevos de Pascua y el misterioso Conejo, sus diversos significados y orígenes:
El conejo que traía los huevos de Pascua fue mencionado por primera vez por el botánico e investigador alemán Georg Frank Von Frankenau en su libro De Ovispaschalibus o Acerca de los Huevos de Pascua, en el que nos narra cómo, según una vieja tradición de la región de Alsacia, en disputa entre Francia y Alemania desde hace varios siglos (después de la Segunda Guerra Mundial pasó a formar parte de Francia de manera definitiva) este animal transportaba una canasta llena de dulces y huevos de colores a las casas de todos los niños.
En De Ovispaschalibus, Von Frankenau explica que los Huevos de Pascua son considerados símbolos paganos de la vida y la fertilidad y los relaciona con la fiesta de Pascua. En un pasaje de su publicación, aparecida en el siglo XVII, el estudioso menciona: “En Alsacia y las regiones aledañas, estos huevos se le han atribuido siempre al conejo para hacer creer a las personas simples y a los niños que el conejo de pascua los esconde entre la hierba de los jardines con el objetivo de que luego sean buscados por los párvulos con entusiasmo y esto genere una atmósfera de deleite y felicidad para todos”.
En el imaginario de la gente, el conejo y la liebre han sido siempre los animales más fértiles que existen, razón por la cual se les relaciona a la repartición de los huevos que simbolizan la vida. Pero, ¿por qué coincide la repartición de los huevos con la fiesta religiosa cristiana que conocemos como Pascua?
Los conejos y las liebres, como muchos de los mamíferos, hibernan durante el invierno y no se dejan ver, pero cuando empiezan a aparecer los primeros rayos de luz en la estación primaveral (en Europa la Pascua se celebra en primavera), estos animalitos aparecen nuevamente, saliendo de sus escondites para correr por las praderas. La Pascua es la celebración de la Pasión de Cristo, que también coincide con la primavera, de allí la relación entre los conejos, sus huevos y la Pascua.
Inicialmente, en la Edad Media, los señores feudales regalaban huevos a sus empleados durante esta celebración religiosa. Los huevos eran adornados con colores brillantes que simbolizaban la llegada de los primeros aires primaverales. Los huevos eran también entregados como ofrendas a las iglesias después de haber sido decorados con múltiples colores.
En Grecia por ejemplo, los huevos son pintados de color rojo, que representa la sangre de Jesucristo en la cruz. Estos huevos, como en el caso de las tradiciones de otros países, también representan la vuelta a la vida, la resurrección del Hijo de Dios. En un juego tradicional de la cultura griega llamado “Tsougrisma”, dos personas con muchos huevos en su poder cada uno, se enfrentan intentando golpear los huevos rojos que el contrincante lleva en la mano, a fin de romperlos. El vencedor será aquel que, al final de la confrontación, tenga menos huevos rotos y se le premiará con buena fortuna durante todo el año.
En Asturias, España, en las localidades de la Pola de Siero y de Sama de Langreo se celebra la fiesta de los huevos pintos el martes que sigue al Domingo de Pascua. En esta tradicional fiesta del norte de España se exhiben, venden y regalan huevos pintados y decorados a mano por artesanos de la región. Los asturianos se atavían con trajes tradicionales y asisten a la fiesta de la bendición de los huevos conocidos como huevos pintos.
Una leyenda cristiana cuenta que, cuando Jesús fue introducido en su sepulcro después de morir, dentro de la cueva había un conejo asustado ante la multitud de gente que acompañaba al cuerpo de Cristo. Cuando el séquito cristiano se retiró, el conejo, absorto, empezó a preguntarse quién sería este señor por el cual lloraba tanta gente. Cuando devino la resurrección del hijo de Dios, el conejo observó cómo un ángel retiró la piedra con la que habían obstaculizado la entrada a la sepultura de Cristo.
Cuenta esta fábula cristiana que el conejo comprendió lo que había ocurrido, pero como no podía hablar, decidió que comunicaría la buena noticia llevando huevos pintados de colores a todas las casas. Estos huevos representarían la vuelta a la vida del Mesías y el mensaje de alegría y paz que caracteriza a la religión.
El Pan representa la Carne; entonces de quiénes debemos tener la Carne. Si Usted es un hijo o una hija de quiénes tienes su carne.
El vino representa su sangre; entonces de quiénes debemos tener su sangre. Si Usted es un hijo o una hija de quiénes llevas la Sangre.
Si ustedes desean ser hijos de Dios deben ser obedientes a sus Palabras. Ap. 22:17 Jn. 4:24 Gl. 4:26 .. En conclusión Dios Padre y Dios Madre nos llaman para darnos el agua de la vida Jn. 4:14 ,6:54, …