La buena ortografía es una de las principales habilidades cuyo desarrollo debemos estimular a nuestros alumnos, pues constituye una herramienta fundamental para la elaboración de documentos escritos y, por otro lado, revelará en el futuro el grado de cultura y educación del educando tanto en contextos académicos y laborales como sociales, cuando alcance la vida adulta. La forma más antigua e infalible de tener una buena ortografía es, por supuesto, la lectura. Pero como en estos tiempos ese hábito no es muy común, una buena opción para corregir nuestror errores ortográficos -y de paso aprender para no volver a cometerlos- es el uso de los correctores ortográficos online.

¿Problemas con la ortografía? La mejor solución siempre será consultar el diccionario y aumentar la cuota diaria de lecturas. Todo sirve, desde artículos de periódicos convencionales hasta revistas especializadas. Pero en estos tiempos modernos la realidad va más allá de los buenos deseos: el hábito de la lectura, aunque no haya desaparecido del todo, no está en la agenda de prioridades de nuestros alumnos. Por eso, los correctores ortográficos disponibles en la internet se convierten en buen aliado y reemplazo de los voluminosos diccionarios y libros impresos.

De hecho, para los usuarios del programa procesador de textos Word (del paquete Microsoft Office), es ya una herramienta conocida el corrector automático de ortografía, que modifica inmediatamente palabras mal tipeadas. Aunque no es del todo confiable, por asuntos de configuración y amplitud de vocabulario, puede ser útil para errores muy comunes o fáciles de detectar. En las hojas de Word, las palabras mal escritas se pueden identificar cuando aparece un subrayado rojo que la marca en todo el texto (en los errores gramaticales los subrayados son de color verde).

Pero si queremos algo más especializado, existen páginas web como www.mystilus.com o www.correctorortografico.com, de uso sumamente intuitivo (fácil). En los campos para texto, usted puede ingresar palabras y párrafos completos, para detectar y corregir errores ortográficos. Por otro lado, es bueno crearnos el hábito de usar, como página de consulta, la web de la Real Academia Española de la Lengua, y sus anexos.

Dicho todo esto, no está demás repetir que, antes que las computadoras existieran, profesores y alumnos cultivaron el placer y hábito de leer, y como resultado de ello desarrollaron una notable ortografía, libre de los errores (muchos de ellos muy grandes) que vemos hoy en día, por lo que la lectura siempre debe ser el mejor antídoto para atacar este problema.