¿Quién fue Frida Kahlo y qué sabes de su obra?
Magdalena Carmen Frida Kahlo (1907- 1954), pintora mexicana, creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida, signada por la enfermedad y la imposibilidad de tener hijos.
En su búsqueda de las raíces estéticas de México, Frida Kahlo realizó espléndidos retratos de niños y obras inspiradas en la iconografía mexicana anterior a la conquista. Pero son las telas que se centran en ella misma y en su azarosa vida las que la han convertido en una figura destacada de la pintura mexicana del siglo XX.
La producción de la artista mexicana es un ejemplo de ese tipo de arte que sirve como poderoso instrumento con el que exorcizar la angustia de una realidad hostil. El signo trágico de su existencia, marcada por la lucha contra la enfermedad, había comenzado cuando a los seis años contrajo una poliomielitis que le dejó importantes secuelas. En 1925 sufrió un grave accidente de tráfico que le fracturó la columna vertebral y la pelvis. Durante su larga y dolorosa convalecencia aprendió a pintar, y a través de sus lienzos comenzó a aflorar el complejo mundo psicológico que caracterizó a su obra. Además de imposibilitarle tener hijos, el accidente fue la causa de numerosas operaciones futuras y de una salud siempre precaria.
La obra de Frida Kahlo
Durante la convalecencia del accidente, sin poder ni siquiera incorporarse, comenzó a pintar tomándose ella misma como modelo principal. Le colocaron un espejo bajo el baldaquino de su cama y un carpintero le fabricó una especie de caballete que le permitía pintar estando acostada.
Este fue el inicio de una larga serie de autorretratos, tema que ocupa el grueso de su producción, de carácter fundamentalmente autobiográfico. En una ocasión afirmó: “Me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco.” En poco tiempo Frida desarrolló un vocabulario simbólico propio; con él acompañaba sus retratos para representar metafóricamente sus experiencias y sus pensamientos. En 1929 contrajo matrimonio con el muralista Diego Rivera; tres años después sufrió un aborto que afectó en lo más hondo su delicada sensibilidad.
A través de la pintura, que empezó a practicar en los largos meses de inmovilidad tras el accidente, Frida Kahlo reflejaría de forma soberbia la colisión entre su ansia de felicidad y la insistente amenaza de su destrucción, a la vez que conjuraba la dualidad irreductible entre los sueños (de amor, de hijos) y la realidad (dolor e impotencia).
Cuando André Breton conoció la obra de Frida Kahlo, afirmó que la mexicana era una surrealista espontánea y la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta última en la que no tuvo una gran acogida. Frida nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de sus días rechazó abiertamente que su creación artística fuera encuadrada en esa tendencia.
Influida por las ideas de vindicación de identidad que propagaba el nacionalismo revolucionario, Frida vestía con largas faldas mexicanas, moños trenzados con cintas de colores, collares y pendientes precolombinos. Así la encontramos en Autorretrato como Tehuana (1943, Colección Natasha Gelman, Ciudad de México), representada como mexicana “auténtica” y acentuando sus rasgos mestizos (tenía sangre española, india y alemana).
Producto de esa misma ideología nacionalista son los fondos de algunas de sus obras como Autorretrato con monos (1943, Colección Natasha Gelman, Ciudad de México), en el que su figura aparece recortada sobre plantas selváticas y rodeada de animales, o aquellos en los que retoma imágenes de la cultura precolombina, como Mi nana y yo (1937, Colección Dolores Olmedo, Ciudad de México).
Pero no solo la enfermedad fue causa de sus trastornos y metáfora de sus pinturas; los reveses de su vida afectiva también fueron tematizados en cuadros que constituyen depuradas síntesis simbólicas.
Fuente: www.biografiasyvidas.com
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