Reflexiones Magisteriales: La importancia de ser agradecidos

Este mes se celebra, en Estados Unidos, el Thanksgiving Day (Día de Acción de Gracias) que tiene, en ese país, una importancia mayor que la Navidad en términos de fecha especial, en la que familias enteras de únen y comparten momentos de alegría, ilusión y renovación de buenos deseos. Esta fecha, relacionada a un hecho histórico muy concreto de su historia como país -la relación entre colonos y nativos en los albores de la formación de la nación norteamericana o estadounidense- no ha sido trasladada a nuestro calendario como ha ocurrido, por ejemplo, con el Halloween, a pesar de que actualmente hay un despliegue comercial y de espectáculos muy intenso relacionado con esta festividad (desfiles, decoraciones, conciertos, etc.). Pero sí nos brinda una oportunidad para reflexionar respecto de la importancia de dar gracias por lo que tenemos (vida, salud, familia, trabajo, oportunidades) y de inculcar este valor humano entre nuestros alumnos. Precisamente, esa reflexión es la que nos propone nuestra colaboradora Lic. Yvette Ubillús en el siguiente artículo:

No se trata de copiar una costumbre ajena como ya lo hemos hecho a lo largo de los años con tantas otras, se trata tan solo de pensar en silencio ¿Cuántas veces nos acordamos de dar gracias por todo lo que tenemos a diario? Se trata de pensar en el poder de las palabras y en la fuerza de ser una persona agradecida por tener la posibilidad de vivir con salud, con lo indispensable y sin pasar necesidades, todo lo cual es mucho más de lo que la mayoría de la gente tiene en el mundo.

Estimados colegas ¿Cuántas veces les enseñamos a nuestros alumnos a ser agradecidos por el milagro de sus vidas? ¿Cuántas veces dejamos de lado todas nuestras quejas por lo que NO tenemos y enseñamos a apreciar aquello que está por encima de lo que se puede comprar? Si lo pensamos con sinceridad tal vez llegaremos a la conclusión que no lo suficiente.

Una de las más grandes complicaciones en la vida de los seres humanos de nuestra época es pensar que tener es ser o como lo describe el dicho cuánto tienes, cuánto vales pero esas ideas tan popularizadas en la actualidad solo tienen explicación en la ausencia de valoración y agradecimiento que padecemos cada vez más en nuestros hogares y en nuestras aulas escolares.

La necesidad nos rodea, los problemas nos abruman, los temores nos paralizan, razones nos sobran para las quejas, pero pocas veces nos damos un minuto para apreciar que tenemos la oportunidad de pasar un día más con salud, con momentos de alegría y otros de pena tal vez pero que son parte de la vida, de existir y de luchar por seguir adelante.

El agradecimiento es un sentimiento muy complicado de enseñar con palabras, no se forma un ser humano agradecido sin la capacidad de maravillarse con la naturaleza, sin la humildad de asumir los errores y los fracasos como lecciones, sin la grandeza de aceptar las victorias como regalos de la vida que no siempre premia a quienes se lo merecen. Hacer de una persona un ser humano agradecido es todo un reto que padres y maestros debemos perseguir con mucho ahínco.

Cuando somos agradecidos somos capaces de reconocer al otro, comprendemos que a pesar de nuestras fortalezas siempre necesitamos de los demás para desarrollarnos en la vida y que cada cosa que logramos, pequeña o grande, material o no, es algo que no sería posible sin la participación de los que nos rodean. Cuando somos agradecidos disminuye la arrogancia y el rencor porque entendemos que no todos han tenido las mismas oportunidades y somos capaces de ser comprensivos con nuestros semejantes.

Ser agradecido es siempre ser una mejor persona. Nos permite mantener una actitud positiva, mantiene nuestros pies en la tierra todo el tiempo pero libera las alas de nuestro espíritu para lograr lo que queremos. Cuando transmitimos agradecimiento la gente lo puede sentir, nuestra expresión cambia y somos un poco más solidarios con todos a nuestro alrededor.

Agradecer a los padres, a los maestros, a los compañeros, al personal de la escuela, al conductor del transporte, simplemente a todos porque somos parte de una sociedad que necesita cada vez más de ciudadanos con capacidad de apreciar las oportunidades y compartirlas para poder mejorar. Ningún logro es mejor que el que se consigue en un medio donde existe conciencia del valor que tienen las cosas, donde entendemos que no debemos desperdiciar, donde comprendemos que agredir es una manera de demostrar nuestra propia derrota.

Desde la primera infancia el niño es capaz de sentir el poder del agradecimiento y eso le acompañará por el resto de su vida, proporcionando alivio a sus días difíciles y brillo a sus momentos felices. Quien no aprende a ser agradecido sufre mucho en la vida, no comprende las circunstancias que le rodean, reniega de ellas, envidia al otro. ¿Suena conocido? Pero claro que sí.

Siempre que se guarde un resentimiento en el corazón nuestras acciones, por perfectas que parezcan, no lo serán. Si como padre lleno a mis hijos de cosas, juguetes, ropa, zapatos, etc., porque quiero que tenga lo que yo no tuve, no me mueve la gratitud sino la revancha por lo que me faltó y pierdo la oportunidad de enseñarles a mis hijos a ser agradecidos y felices sin tanta cosa material, que si lo pienso bien, no me impidió surgir en la vida y por lo cual solo debería decir: Gracias de todo corazón y enseñarles a ellos a decir lo mismo porque muchos otros no tienen la misma suerte, la misma bendición.

A puertas de las fiestas de fin de año cuando padres, maestros y alumnos se distraen tanto con las celebraciones, no olvidemos a aquellos con carencias, enseñemos a ser conscientes y agradecidos, sin aspirar a acumular. Nada más triste que un niño o joven que exige a sus padres sin consideración y para quien la felicidad es cuestión de tener pero a quien siempre le falta algo más para sentirse feliz. Niños llenos de juguetes pero solos en casa, jóvenes con celular y a la moda que van a fiestas de las que no regresan.

Estimados colegas, no existe necesaria y obligatoriamente un día para dar gracias, por el contrario todos los días tenemos oportunidades maravillosas para transmitir la lección de ser agradecidos, no la dejemos pasar, no permitamos que la rutina, el consumo, ni el ritmo de la vida material nos impidan inculcar una de las lecciones más importante para la vida de nuestros alumnos.

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2 Responses to Reflexiones Magisteriales: La importancia de ser agradecidos

  1. Una costumbre de un país en desarrollo lo llevaría a un país desarrollado.

    GRACIAS TOTALES.

  2. Costumbre de un país desarrollado, si lo implemetaramos en nuestra sociedad, podriamos salir del subdesarrollo? creo que sí.

    GRACIAS TOTALES.

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