Reflexiones Magisteriales: La importancia de ser agradecidos
«Dar gracias» es una de las primeras acciones que nos enseñan desde que somos niños, pues refleja educación y buena crianza. Cuando vamos creciendo, ser agradecido se convierte en un rasgo de la personalidad que nos define como personas de bien, de espíritu elevado y respetuoso. En contraste, no ser una persona agradecida es sinónimo de una actitud egoísta, apartada de las buenas costumbres, poco recomendable para establecer vínculos de cualquier tipo, laboral, amical, sentimental. «Dar gracias a Dios», para las personas creyentes, tiene además un significado extremadamente profundo pues se relaciona con estar conscientes de que nuestra salud, bienestar, trabajo, unión familiar, bonanza económica, son situaciones que no nos han llegado por generación espontánea sino que se trata de dones divinos, por los cuales debemos sentir agradecimiento. Estas dimensiones del «ser agradecido» son, más allá de credos y posturas ideológicas, positivas en esencia y constituyen parte de la reserva moral de la humanidad. Veamos estas interesantes reflexiones aplicables a nuestros alumnos:
Todos se preguntan qué es el “día de acción de gracias” y qué significado tiene en los Estados Unidos y por qué no lo celebramos también en el Perú. No se trata de copiar una costumbre ajena como ya lo hemos hecho a lo largo de los años con tantas otras, se trata tan solo de pensar en silencio ¿Cuántas veces nos acordamos de dar gracias por todo lo que tenemos a diario? Se trata de pensar en el poder de las palabras y en la fuerza de ser una persona agradecida por tener la posibilidad de vivir con salud, con lo indispensable y sin pasar necesidades, todo lo cual es mucho más de lo que la mayoría de la gente tiene en el mundo.
Estimados colegas ¿Cuántas veces les enseñamos a nuestros alumnos a ser agradecidos por el milagro de sus vidas? ¿Cuántas veces dejamos de lado todas nuestras quejas por lo que NO tenemos y enseñamos a apreciar aquello que está por encima de lo que se puede comprar? Si lo pensamos con sinceridad tal vez llegaremos a la conclusión que no lo suficiente.
Una de las más grandes complicaciones en la vida de los seres humanos de nuestra época es pensar que tener es ser o como lo describe el dicho “cuánto tienes, cuánto vales”, pero esas ideas tan popularizadas en la actualidad solo tienen explicación en la ausencia de valoración y agradecimiento que padecemos cada vez más en nuestros hogares y en nuestras aulas escolares.
El agradecimiento es un sentimiento muy complicado de enseñar con palabras, no se forma un ser humano agradecido sin la capacidad de maravillarse con la naturaleza, sin la humildad de asumir los errores y los fracasos como lecciones, sin la grandeza de aceptar las victorias como regalos de la vida que no siempre premia a quienes se lo merecen. Hacer de una persona un ser humano agradecido es todo un reto que padres y maestros debemos perseguir con mucho ahínco.
Ser agradecido es siempre ser una mejor persona. Nos permite mantener una actitud positiva, mantiene nuestros pies en la tierra todo el tiempo pero libera las alas de nuestro espíritu para lograr lo que queremos. Cuando transmitimos agradecimiento la gente lo puede sentir, nuestra expresión cambia y somos un poco más solidarios con todos a nuestro alrededor.
Agradecer a los padres, a los maestros, a los compañeros, al personal de la escuela, al conductor del transporte, simplemente a todos porque somos parte de una sociedad que necesita cada vez más de ciudadanos con capacidad de apreciar las oportunidades y compartirlas para poder mejorar.
Desde la primera infancia el niño es capaz de sentir el poder del agradecimiento y eso le acompañará por el resto de su vida, proporcionando alivio a sus días difíciles y brillo a sus momentos felices. Quien no aprende a ser agradecido sufre mucho en la vida, no comprende las circunstancias que le rodean, reniega de ellas, envidia al otro. ¿Suena conocido? Pero claro que sí.
Siempre que se guarde un resentimiento en el corazón nuestras acciones, por perfectas que parezcan, no lo serán. Si como padre lleno a mis hijos de cosas, juguetes, ropa, zapatos, etc., porque quiero que tenga lo que yo no tuve, no me mueve la gratitud sino la revancha por lo que me faltó y pierdo la oportunidad de enseñarles a mis hijos a ser agradecidos y felices sin tanta cosa material, que si lo pienso bien, no me impidió surgir en la vida y por lo cual solo debería decir: Gracias de todo corazón y enseñarles a ellos a decir lo mismo porque muchos otros no tienen la misma suerte, la misma bendición.
Estimados colegas, no existe necesaria y obligatoriamente un día para dar gracias, por el contrario todos los días tenemos oportunidades maravillosas para transmitir la lección de ser agradecidos, no la dejemos pasar, no permitamos que la rutina, el consumo, ni el ritmo de la vida material nos impidan inculcar una de las lecciones más importante para la vida de nuestros alumnos.
Muchas personas se sorprenden, cuando le dices gracias por algo; Esto es por que no están acostumbrados a decirlo esta palabra mágica que nos acerca mas a las personas,,GRACIAS, GRACIAS….
«La gratitud es la memoria del corazón», ser agradecido es mostrar lo bueno que se tiene como persona, nunca se debe olvidar lo que otros hicieron por nosotros.La palabra gracias debe ser como el hola que estamos acostumbrados a decir cada día, en la vida tenemos mucho que agradecer a cada instante.