¿Y quién fue Isabel Flores de Oliva?

Isabel Flores de OlivaLa primera Santa de América. Patrona de Lima, del Perú (desde 1669), del Nuevo Mundo y Filipinas (desde 1670). Patrona de la Policía Nacional del Perú y de las Fuerzas Armadas en Argentina. Diversas instituciones educativas llevan sus tres nombres: Isabel Flores de Oliva, Rosa de Santa María o Santa Rosa de Lima, el más conocido. Su figura es uno de los íconos que identifican al Perú a nivel mundial, por ser una de las personalidades religiosas más impactantes de la historia debido a su devoción y fervor a Dios, que la llevó a extremos imposibles de entender. El culto a Santa Rosa de Lima se ha extendido en varios países del mundo y su imagen ha sido reproducida en cuadros de artistas como Sérvulo Gutiérrez, célebre artista peruano que la retrató decenas de veces. Durante siglos se ha hecho ya una tradición que, cada 30 de agosto, miles de devotos se acercan al pozo de los deseos, ubicado en la Basílica-Santuario de la Av. Tacna, y depositan cartas con sus plegarias, peticiones y agradecimientos. Actualmente, el Arzobispado de Lima inclusiva ha dispuesto unas “cuenta de twitter” para poder acercarse a la santa limeñapor internet. Conozcamos más acerca de nuestra Santa Rosa de Lima:

Santa Rosa de Lima nació el 30 de abril de 1586. Fue la primera Santa de América reconocida por el Vaticano y canonizada por el Papa Clemente X en 1671. Hija de Gaspar Flores, un hombre natural de Puerto Rico; y de una mujer peruana, María de Oliva y Herrera. La futura santa fue bautizada con el nombre Isabel Flores de Oliva.

En compañía de sus hermanos, la niña Isabel se trasladó al pueblo serrano de Quives, cercano a Lima, cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata. Justamente en Quives, que era doctrina de frailes mercedarios, recibió en 1597 el sacramento de la confirmación, cuando solo tenía 11 años, de manos del arzobispo de Lima, Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, quien efectuaba una visita pastoral en la jurisdicción.

Aunque había sido bautizada como Isabel, en la confirmación recibió el nombre de Rosa, apelativo que sus familiares empleaban prácticamente desde su nacimiento por su belleza y por una visión que tuvo su madre, en la que el rostro de la niña se convirtió en una rosa.

Santa Rosa de Lima mostró desde sus primeros años de vida su vocación por servir a sus semejantes. En la adolescencia, se sintió atraída con singular fuerza por el modelo de la dominica Santa Catalina de Siena (mística toscana del siglo XIV); siguiendo su ejemplo, se despojó de su atractiva cabellera e hizo voto de castidad perpetua. Tal fue su sacrificio en pos de ayudar a los más desfavorecidos en distintas ocasiones, que sus propios padres pretendieron apartarla de este camino con el fin de buscarle un matrimonio conveniente.

Ella nunca cedió ante la insistencia de sus padres y jamás mostró un interés por llevar una vida como la de la gente que no profesa una profunda fe y amor por Dios. Quiso ingresar en la orden dominica, pero al no haber ningún convento de la orden en la ciudad, en 1606 tomó el hábito de terciaria dominica en la iglesia limeña de Santo Domingo. En esta institución religiosa, gozó de una gran reputación por la severa austeridad que la caracterizaba y por su dedicación a la oración constante.

Rosa de Lima mostró, a lo largo de su vida, una caridad sin límites, dedicando todos sus sufrimientos y penitencias a la salvación y santificación de los demás. Entre las penitencias que acostumbraba por su amor a Dios y a los demás estaba la de infligirse heridas mediante violentos golpes de látigo. En ciertas oportunidades el padre Juan de Lorenzana tuvo que intervenir a fin de que no se hiriera daño de una manera demasiado brutal. Juan de Lorenzana contaba que fue estrictamente necesario moderar su forma de presentar penitencia porque Santa Rosa estaba convencida de que su dolor tendría mucho mayor alcance si multiplicaba el número de latigazos.

Su gran dilección por Jesús, su divino esposo, le hacía identificarse con Él en el deseo ardiente de conseguir la salvación de todos los hombres. A pesar de tantas enfermedades y penitencias que tuvo que tolerar, Santa Rosa de Lima fue una mujer cuya existencia fue muy feliz. Pasaba muchos momentos de su vida cantando como forma de plegaria para ayudar a Jesús en su tarea de salvar el mundo.

Un hecho muy llamativo en la vida de Santa Rosa es que confeccionaba vestidos que denominaba vestidos espirituales, los cuales ofrecía a Jesús y a la Virgen María todo el tiempo. Estos vestidos estaban bordados con oraciones, ayunos y disciplinas como un homenaje de amor a Dios. Algunas veces, ofrecía los méritos de estos vestidos espirituales a sus confesores o a la gente que más apreciaba, todo a forma de agradecimiento por la ayuda que recibía. Es sabido que durante la costura de los vestidos, cantaba con gran énfasis alabanzas divinas que ella misma componía.

Juan de Lorenzana, un padre que la conocía muy bien, contaba sobre su muerte que, estando muy enferma a causa de una parálisis que le impedía mover el brazo y la pierna, Santa Rosa de Lima seguía manteniendo una fe inquebrantable. Lamentablemente, la primera santa de América sufrió grandísimos dolores en ambas partes del tórax y el vientre y la medicina que se utilizó para intentar hacer menguar su dolor, solo trajo otro tipo de complicaciones en su organismo.

Santa Rosa de Lima falleció a la temprana edad de 31 años, el 24 de agosto de 1617, fecha que ella misma había profetizado según cuenta el padre Leonardo Hansen. Fue una mujer muy apreciada por los fieles quienes, al enterarse de su deceso, acudieron en masa para tratar de obtener algún objeto o prenda de la venerada Santa.

Ubicada en la primera cuadra de la avenida Tacna, en el Centro Histórico de Lima, se encuentra la casa donde nació y vivió varios años la primera santa americana. Este lugar, hoy convertido en santuario, cuenta con su propia iglesia en cuyo interior se guardan obras de arte colonial así como varias reliquias de Santa Rosa, San Martín de Porres y San Juan Masías.

En el espacio correspondiente a la casa se aprecia un jardín de rosas, la ermita que la santa construyera con ayuda de su hermano para sumirse en la oración, su dormitorio y el de sus padres, que es donde ella nació y también el muy conocido pozo de los deseos. Con permiso especial, se puede visitar un pequeño museo donde se puede apreciar objetos personales de la santa como su imagen del Niño Jesús, que ella llamaba “Doctorcito”, los elementos que usaba para martirizarse y cartas de su puño y letra, entre otros.

Su festividad se celebra el 30 de agosto, a pesar de que ella falleció el 24, debido a lo siguiente: esa misma fecha se celebra la festividad de San Bartolomé, por lo que en el Concilio Vaticano II se decidió mover la fecha a la siguiente semana, hecho que se respeta en Perú y en algunos otros países. Sin embargo, en España se celebra a Santa Rosa de Lima el mismo día de su muerte, es decir el 24 de agosto. El día 30 de agosto también se celebra el Día de la Policía Nacional del Perú, de la cual Santa Rosa en Patrona desde 1989.

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One Response to ¿Y quién fue Isabel Flores de Oliva?

  1. CARME TUPAYACHI LUCANA MARIA CARMEN dice:

    LINDA HISTORIA

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